9o día del Festival. Películas: Into the forest, Veteran, Green Room
Hoy se ha celebrado la penúltima jornada del Festival. La película de clausura ha sido Into the forest, de Patricia Rozema. La película, basada en una novela de Jean Hegland, presenta como cada vez somos más dependientes de la tecnología, mostrando a dos chicas súbitamente aisladas en una casa modernísima situada cerca del bosque cuando se corta la corriente.
Siguiendo la política de potenciar las series de televisión, se ha celebrado una maratón de Serial Sitges en la que de 11 a 20 se han proyectado capítulos sueltos de Fortitude, Game of Thrones, The Leftovers, Real Humans, así como estrenos de las últimas temporadas de Fargo, The Knick y Les Revenants.
Se ha estrenado la esperada cinta Dragon Ball: Resurrection “F”, de Tadayoshi Yamamuro, que resucita a uno de los villanos más conocidos de la saga: Freezer.
La sesión sorpresa ha sido la película argentina El Clan, de Pablo Trapero. Un oscuro thriller que reproduce la historia real de la familia Puccio, dedicada a la extorsión, el secuesro y las ejecuciones en la década de los ochenta.
The Invitation, de Karyn Kusama, se ha llevado el premio a la mejor película de la Secció Oficial Fantàstic de Sitges 2015. Otra vencedora ha sido The Final Girls
Por otro lado, el premio a los mejores efectos especiales a ido a I Am a Hero, de Shinsuke Sato, el premio a la mejor fotografía ha sido para Demon, de Marcin Wrona y el galardón a la mejor música para Anouk Whissell, François Simard y Yoann-Karl Whissell, responsables de la banda sonora de Turbo Kid. El mejor corto ha sido They Will All Die in Space, de Javier Chillon. El premio del público ha ido para I Am a Hero, de Shinsuke Sato, el premio del público de la sección Panorama ha sido para Eslabón Podrido, de Valentín Javier Diment.
Yo empiezo el día muy temprano en el Auditori para ver el primer pase de Into the forest, de Patricia Rozema, la película de clausura del Festival. Into the forest se suma a todas las películas, series y libros recientes que tratan de alguna manera un cataclismo que provoca el fin del mundo tal como lo conocemos. Esto propicia una gran variedad de tratamientos que van desde lo intimista al survival horror. En este caso la película se presenta como un drama intimista. La película se ambienta en una localidad rural muy cerca del bosque y las montañas. Allí dos hermanas, Nell (Ellen Page) y Eva (Evan Rachel Wood), viven junto a su padre Robert (Callum Keith Rennie) en una casa modernísima pero aislada del pueblo más cercano. Cuando se va la corriente eléctrico de todo el país, la casa no resulta tan conveniente. Por si fuera poco, el padre muere en un accidente, dejando a las dos hermanas aisladas.
La película, exceptuando unas pocas pero relevantes contactos con el exterior, se centra por completo en la relación entre las dos hermanas, traumatizadas por las pérdidas: de su padre, la pasada pérdida de su madre y la pérdida de lo tenían que ser sus vidas. Ambas copan de forma muy distinta con las pérdidas, pero les cuesta aceptar que todo será diferente a lo que esperaban. Into the forest tiene sus virtudes: unas fantásticas interpretaciones de Ellen Page y Evan Rachel Wood, que bordan sus papeles y tienen una gran química; una dirección muy elegante, una fotografía fantástica y muy buenos valores de producción. Pero también tiene sus problemas: una historia muy tenue, que se centra en dos personajes que no se definen pasada su superfície, dado el tiempo que se dedica a mostrar sus vidas hubiera agradecido conocerlas más. El ritmo pausado de la narración sumado a las lagunas en la historia hacen que algunos momentos sean aburridos. Aunque en conjunto me ha gustado bastante, no la recomiendo a nadie que espere una película dinámica o con acción. Puede leerse la crítica completa AQUÍ
Continuo a las 15 en el Auditori viendo Veteran, el último trabajo del director surcoreano Ryoo Seung-wan, un director muy asiduo al Festival, especialista en cine de acción con mucho sentido del humor que ha dirigido filmes tan notables como The Unjust, presentada en la edición de 2010. La película tiene como protagonista al veterano detective de la policía de Seúl Seol Do-cheol (Hwang Jung-min). En una redada contra unos ladrones de coches conoce a Bae (Jung Woong-in), un conductor de camiones, y a su hijo. Celebrando el éxito de la redada también se topa con Cho Tae-oh (Yoo Ah-in), el heredero y oveja negra de la familia que dirige el imperio corporativo Sin Jin Trading, que intenta intimidarlo y comprarlo sin éxito. Más adelante Bae y sus compañeros conductores son despedidos por su empresa por afiliarse a un sindicato. Indignados, se quejan al propietario, que les confiesa que su despido ha sido provocado por su principal cliente, la empresa Sin Jin Trading. Eso lleva a una entrevista de Bae con Cho Tae-Oh en la sede de la corporación. Durante el encuentro Cho se comportará con gran violencia y sadismo y acabará provocando la muerte de Bae. El vicepresidente Choi (Yu Hae-jin) se encarga de lidiar con el desastre y encargarse de que el crimen quede impune, disfrázandolo de accidente y usando todo el poder de la empresa para evitar las preguntas incómodas. Naturalmente Seol no lo permitirá, poniendo su trabajo, su vida y los de su esposa en riesgo negándose repetidamente a plegarse a la voluntad del poderoso Cho.
Veteran es un thriller cargado de acción y humor que no se corta al criticar a la élite social, a la minoría que controla las grandes empresas que a su vez controlan el país. Aunque la crítica no tiene la sutileza ni el ingenio que demostraba en The Unjust, el humor y buen trabajo actoral compensan ese ocasional trazo grueso. En el apartado de dirección Ryoo Seung-wan muestra de nuevo sus grandes cualidades para dirigir cine de acción; la película tiene un gran ritmo narrativo y las escenas de lucha y persecución son tan imaginativas como divertidas. Un entretenimiento magnífico. Puede leerse la crítica completa AQUÍ
Termino el día (y el Festival) viendo Green Room, de Jeremy Saulnier, en un abarrotado cine Retiro. La película fue presentada al público entusiasta por el propio director. Saulnier se dio a conocer con su segunda película, Blue Ruin, una magnífico e hipnótico estudio sobre la venganza y sus consecuencias. La película rodada con un presupuesto realmente modesto y protagonizada por un fantástico Macon Blair ofrecía momentos de violencia escalofriante mezclados con una historia de mala sangre entre dos familias. Con su tercer trabajo, Green Room, ha cambiado bastante de tercio ofreciendo un tenso thriller con notas de survival horror.
El grupo de hardcore Ain’t Rights formado por el cantante Tiger (Callum Turner), el bajista Pat (Anton Yelchin), la guitarrista Sam (Alia Shawkat) y el batería Reece (Joe Cole), está de gira por una zona rural con su camioneta. No les está yendo muy bien, no tienen dinero ni para gasolina. Por eso se ven obligados a aceptar un concierto en un remoto bar situado junto a una carretera en medio de Oregon. Una vez allí descubren horrorizados que es el lugar de encuentro de grupos de skinheads racistas de ultraderecha. Obligados por la situación y bastante intimidados, realizan el concierto, aunque al final lo terminen con una nota desafiante, poniéndose el público en contra. Cuando vuelven a la ‘green room’ (la sala donde los músicos esperan antes de salir al concierto) se encuentran con un cadáver recién asesinado. Los supuestos asesinos los retienen, pero ellos logran hacerse con el control y se encierran en la habitación. Darcy Banke (Patrick Steward), el propietario del local al que todos parecen temer y obedecer, intenta convencerlos para que salgan, pero ellos no se fían. Entonces Darcy vacía el bar, reúne a una banda e intenta que salgan por las malas. Desesperados, deberán resistir allí y finalmente intentar huir para poder sobrevivir.
Con Green Room ha realizado una película muy diferente a su trabajo anterior. La película muestra de forma creíble la escena hardcore y su ambiente. Aunque no tenga mucho argumento, la película tiene mucho ritmo narrativo, dosis de violencia dolorosamente realistas y gotas de humor negro. El excelente reparto acaba de ayudar a que la película sea muy redonda; pocas veces se tiene la ocasión de ver al genial Patrick Stewart en un papel de desalmado. Una despedida más que digna de un gran Festival. Puede leerse la crítica completa AQUÍ
(c) 2015 Jordi Flotats