Sexto día del Festival. Mis películas: The Raid, Revenge: A Love Story
Hoy a las 15:30 en la Sala Tramuntana del Auditori Melià Sitges se ha producido un interesantísimo encuentro entre el público y tres de los directores surcoreanos asiduos al Festival: Na Hong-Jin, que presenta su The Yellow Sea a la sección oficial; Ryoo Seung-wan, que presenta The Unjust en la sección Panorama Casa Asia y es jurado de la sección oficial; y finalmente Yim Pil-Sun, ganador de la Sección Orient Express en 2005 con Antarctic Journal, participante con Hansel and Gretel en 2007 y este año jurado de la sección Panorama Casa Asia. De los tres, el más serio y activo era Ryoo Seung-wan, secundado casi siempre por Yim Pil-Sun, estando Na Hong-Jin algo distraído y con una pinta terriblemente soñolienta. Antes de empezar con el turno de preguntas, la moderadora ha mostrado una imagen muy divertida de Ryoo Seung-wan tomada en una edición anterior del Festival Sitges con una revista cuya portada era Simpathy for Lady Vengeance, de Park Chan-wook, de quien comentó le gustaría algún día llegar a ser un maestro como él. Ello ha ocasionado que se le preguntara los motivos de esa admiración; Ryoo Seung-wan ha comentado que empezó como ayudante de dirección de Park Chan-wook. Cuando era muy joven y aún no había entrado en el mundo del cine le encantaron e influyeron las críticas que realizaba Park Chan-wook (empezó trabajando como crítico cinematográfico), hasta el punto que decidió que si algún día se decidía a intentar ser director, iría a buscarlo para colaborar con él, cosa que acabó haciendo cuando aún no había rodado JSA y era un director completamente desconocido. En estos años de cierta penuria la tenacidad que le demostró cuando continuó escribiendo guiones y dirigiendo a pesar del escaso éxito le provocó mucha admiración, hasta el punto de tomarlo como referencia. Ryoo Seung-wan también comentó que cuando empieza un nuevo proyecto, acude en primer lugar a él en busca de opinión y consejo.
Se preguntó a los directores por la reducción de la cuota de pantalla del cine coreano, un tema que en Corea del Sur ha causado mucha polémica entre los cineastas. Ryoo Seung-wan comentó que los problemas entre la industria de Estados Unidos y la de Corea no han finalizado, tras las manifestaciones y protestas por la reducción no se ha acabado de llegar a ningún acuerdo que satisfaga a todas las partes. Esto afecta sobre todo al cine independiente, que tiene más problemas para llevar adelante nuevos proyectos. Aunque para él el principal problema en su país son las descargas ilegales, dado que las protestas de la industria del cine caen en saco roto. Yim Pil-Su estuvo de acuerdo, afirmando que, aunque todos estos problemas siguen sobre la mesa, ya nadie habla de ellos, quizá porque incluso la industria de cine de su país ha dado el tema por perdido. Para quitarle algo de severidad al tema, Ryoo Seung-wan comentó que a pesar de la invasión del cine de Hollywood, las películas coreanas continúan con muy buenas recaudaciones, superando a las estadounidenses en los rankings de las más vistas de forma habitual, mostrando así la buena salud que aún demuestra su cinematografía y que lo importante es hacer buenas películas que interesen al público. Otro tema muy interesante que comentó es que, al margen de la cuota de pantalla, en Corea existen megaempresas que controlan todo el proceso de creación y comercialización del cine, desde la financiación, pasando por la distribución y terminando por la exhibición en los cines. Esto provoca que sean estas empresas las que deciden qué se proyecta en los cines, dándose situaciones en las que en cines de diez salas sólo se exhiben tres películas distintas, quitando opciones y variedad a los espectadores y dificultando la creación cinematográfica.
Cuando Na Hong-Jin fue preguntado por la inversión extranjera de la Fox en The Yellow Sea, en el sentido que rompe ese monopolio de empresas del que estaban hablando, comentó en primera instancia y de forma sarcástica que también podía considerarse también un punto negativo. Elaborando más la respuesta comentó que no tenía nada que ver, ya que Fox sólo puso dinero en la realización de la cinta, pero no interviene en su distribución y exhibición local, el punto del que se estaban quejando. Comentó también que la situación que se está dando en Corea ya se dio en Estados Unidos, acabando por romperse el monopolio y finalizó diciendo que personalmente él no consideraba a estas empresas ni buenas ni malas.
Se les preguntó sobre la escasa distribución internacional del cine coreano a pesar de su obvia calidad, a lo que Yim Pil-Sun comentó que la distribución internacional era un tema un poco extraño, poniendo como ejemplo a su película Hansel y Gretel, un fracaso en Corea que encontró mucha salida internacional, pudiendo distribuirse en más de 30 países y siendo invitada en muchos festivales. También influye el tamaño de la película, las películas más caras y más orientadas al gran público en Corea se preocupan menos por ir a llamar a todas las puertas de distribución foránea, aunque sea a pequeña escala. Preguntado sobre qué le llevó a hacer Hansel y Gretel, Yim Pil-Sun respondió que partió de un cuento infantil al que él quiso dar una ambientación asiática y una vertiente de cine de género, aunque al final gastó demasiado dinero en la realización.
Cuando fueron preguntados por la distribución legal por la red de sus películas en fórmulas de VoD tipo Netflix, Ryoo Seung-wan se mostró escéptico. Comentó que Corea del Sur, un país pequeño de 50 millones de habitantes, tiene una cinematografía viva, activa y en funcionamiento, algo que considera poco menos que un milagro. Añadió que su país cuenta con la red de datos de internet más rápida del mundo, pudiendo descargar una película entera en un simple trayecto de autobús, siendo sede de compañías tecnológicas potentísimas, que, a la hora de la verdad tienen más poder que la industria cultural. De esta forma el gobierno coreano evita legislar a las empresas proveedoras de servicios para evitar descargas. Enlazando con esta respuesta, Ryoo Seung-wan fue preguntado si con The Unjust, tan políticamente incorrecta, quiso ajustar cuentas con su gobierno, a lo que contestó prudentemente que aunque no evitó la crítica, no era su intención principal criticar directamente a la autoridad.
Los directores fueron preguntados sobre el pesimismo del cine coreano, por sus finales tan habitualmente amargos. Na Hong-Jin comentó que esta es una pregunta que siempre le hacen cuando sale de su país a festivales; en cine coreano hay muchos tipos de películas distintos y sólo una minoría tiene un punto de vista pesimista. Yim Pil-Sun añadió que en el Festival de Sitges lógicamente sólo trae cine de género, más violento y negativo, no siendo una muestra significativa del cine de su país. Ryoo Seung-wan discrepó un poco de sus colegas, afirmando que en Corea sólo cinco películas de producción propia han tenido más de diez millones de espectadores; cuatro acaban en tragedia y en las cuatro se habla del pasado de alguna forma. Ha relacionado esto con la historia de Corea, un país con una guerra civil en tregua y que ha recibido muchas invasiones a lo largo del tema, comentando que este sentido de la tragedia también está en otras displicinas artísticas, como la literatura, siendo una característica nacional del pueblo de Corea. Tras haberse comentado que la mayor parte de las películas coreanas son melodramas y comedias románticas, Na Hong-Jin ha querido añadir que cada vez que se plantea realizar una nueva película, la decisión sobre qué tipo de película será es muy complicada, existiendo la opción estable de realizar una de estas películas o la valiente, elegir una película de género. Na Hong-Jin también ha manifestado el deseo de que aumente la variedad en la cinematografía de su país, que los gustos de los espectadores también giren hacia más tipos distintos de película.
Cuando se planteó el tema de las descargas ilegales en España y cómo debido a la escasísima distribución del cine coreano en nuestro país son a veces el único canal en el que puede conseguirse, e incluso que puedan ayudar a su popularización, Ryoo Seung-wan comentó que ese problema era tan grande en Corea que lo que pasara en España le preocupaba poco. Yim Pil-Sun comentó que en Corea pasaba lo mismo, a él le gustaría ver Balada triste de trompeta pero está seguro que tardará mucho en llegar a Corea por medios legales, quedando sólo los Festivales como forma legítima de ver cine de difícil distribución.
Bryan Singer, uno de los directores americanos "mainstream" más inclinados hacia el cine de género (es el responsable de Sospechosos habituales, X-Men, X-Men 2, Superman Returns), está presente en Sitges para recoger el Gran Premi Honorífico del Festival. A las 16:40 acudo a la rueda de prensa que ofreció. Singer comentó que desde muy joven era un gran fan de la ciencia-ficción y el cine de género como Star Wars y Star Trek, así que de forma natural al empezar en el cine se dirigió a este tipo de películas, películas que suelen tener grandes presupuestos pero que él intenta encarar con un espíritu independiente, pensando en los fans de los que aún se siente parte e intentando balancear la comercialidad con elementos personales. Él mismo sería un chaval de los que vienen al Festival como el de Sitges, por ser un festival más encarado a los aficionados al género por lo que afirmó estar encantado de haber vuelto (ya estuvo hace 18 años presentando Public Access, su primera película) a recoger un premio que se siente muy honrado de recibir.
Preguntado sobre si le ha costado mucho introducir temas sociales, temas de más calado en superproducciones de Hollywood y cintas de superhéroes, Singer respondió que no, que siempre ha podido colarlas; por ejemplo el núcleo de X-Men ya contiene un debate sobre la tolerancia, así que introducir escenas que lo destacaran no traicionó la esencia del cómic. También afirmó que mientras se pudiera mantener la diversión, el humor y la acción en una película, a los estudios no les importa qué pueda haber en medio. Para él una buena película tiene que tener un núcleo temático, algo de sustancia.
A la pregunta de si considera que ha puesto las bases para la adaptación de cómics a película, influyendo en gran manera las subsiguientes películas de este tipo, Singer ha respondido que es cierto que cuando hizo X-Men, hacía años que no se realizaban adaptaciones de cómic a cine, algo raro dado que Marvel estaba en bancarrota en ese momento. Afirmó que lo que hizo él fue recordar a la gente que se podía hacer lo mismo que hizo Richard Donner años atrás: demostrar que se podía rodar una adaptación de un cómic que fuera buena película, con buenos actores que pudiera ser tomada en serio.
Cuando se le inquirió sobre la fiebre de reboots y remakes actuales, Singer comentó que desconoce la motivación detrás de remakes tan recientes como el Spiderman, pero que como espectador le interesará verla, Andrew Garfield le parece una buena elección. El motivo detrás del de Superman es un tema de derechos, por el que Warner Bros debe terminar la película muy rápido, antes de un determinado plazo. Sobre por qué no hubo una secuela de su Superman, comentó que en su día no tenía una historia muy clara, empezó otro proyecto y además el estudio no estaba muy interesado en el tema. Sobre ambas películas, comentó que probablemente serán distintas y que le gustará verlas.
Cuando le preguntaron sobre si es posible mantener la integridad artística en un Hollywood muy devorador, contestó que los ejecutivos a veces creen saber lo necesario para que una película tenga éxito, además las producciones tienen unos costes muy elevados, lo que supone también grandes riesgos, lo propicia que los resultados finales muchas veces no sean todo lo inventivos y originales que podrían ser, de forma que a veces el propio miedo al fracaso en las grandes producciones es lo que las acaba arruinando. Como director sólo puede intentar quedarse con los consejos que considera buenos, intentando eliminar en lo posible los que cree negativos, no hay una fórmula para triunfar.
Cuando le pidieron que hablara sobre sus próximos proyectos, Bryan Singer demostró estar muy ocupado: acaba de finalizar el rodaje como director de Jack The Giant Killer, con Nicholas Hoult, Ewan McGregor, Stanley Tucci, Bill Nighy e Ian McShane; la película, que se estrenará en Junio de 2012, se rodó en Inglaterra y al parecer es una revisión del mito de Jack The Giant Killer que originó el cuento de Jack and the Beanstalk, contada como si fuera la historia real que los originó. También está produciendo una película llamada uwantme2killhim? basada en un artículo de hace siete años de la revista Vanity Fair que dirigirá Andrew Douglas y empezará a rodarse la semana que viene en Inglaterra. También ha finalizado la producción de una serie de webpisodes rodada en Chile llamada H+, de entre 40 y 50 entregas que van de los 3 a los 6 minutos de duración; al parecer es una serie de ciencia-ficción que cuenta una historia apocalíptica de forma no lineal que va cobrando sentido a medida que se va avanzando en ella. House, de la que es creador y productor, está en pleno rodaje de su octava temporada. Y aparte de todo esto, está involucrado en el desarrollo de cinco o seis series de televisión. Sobre Excalibur, Singer comentó que al final no se rodará porque había otro proyecto relacionado con el Rey Arturo que estaba más avanzado, pero también avanzó que ha llegado a un acuerdo con Universal para rodar una película sobre Battlestar: Galactica, una cinta sobre la que tiene alguna idea bastante radical pero que no interfiere con lo narrado en la serie de televisión.
Se presenta Emergo, de Carles Torrents, una película de terror sobre un equipo de investigación que acude a un supuesto apartamento encantado a estudiar de forma científica los fenómenos que allí sucedan. La película, con guion de Rodrigo Cortés, iba a ser su siguiente proyecto tras Buried, pero lo tuvo que dejar para rodar Red Lights, siguiendo el desarrollo de la película en un segundo plano. Carles Torrents, el director elegido para sustituirle, ha firmado con esta su primera película. Presente en Sitges, Torrents ha hablado sobre lo mucho que ha aprendido de Rodrigo Cortés durante el rodaje, especialmente la obsesión por el detalle, el sentido del ritmo de dirección y montaje y su forma de crear suspense. De Emergo ha destacado lo experimental de su lenguaje, usando muchos tipos distintos de sistemas de grabación (cámaras de seguridad, de móvil, de mano,…) para contar de una forma distinta una historia muy medida que mezcla el terror y el drama con unas gotas de humor. Torrents, que actualmente está instalado en Estados Unidos, comentó que los directores españoles están de moda, especialmente en el género fantástico, gracias a las aportaciones de Fresnadillo, Cerdá, Bayona, Plaza, Vigalondo, Balagueró, Cortés, Collet-Serra, Berdejo, López-Gallego o los hermanos Pastor.
Se ha presentado The Woman, de Lucky McKee, una de las cintas que a priori genera más expectación por las recientes polémicas en su presentación en el Festival de Cannes, en que un espectador llegó a increpar al director llamándole misógino durante la proyección. En la cinta Lucky McKee parte de un guión escrito a cuatro manos con Jack Ketchum, del que ya había adaptado su novela Red en su anterior trabajo (presentado en Sitges 2008). Buena parte del equipo de la película está en Sitges estos días; aparte de su director también está Jack Ketchum, que protagonizará mañana un encuentro con los aficionados;las actrices Pollyanna McIntosh y Carlee Baker y los productores Andrew van den Houten y Lluis Fe Pérez. Hoy Lucky McKee ha comentado un poco algunos aspectos de su film, empezando por el tratamiento de los personajes de la Mujer y el malvado padre de familia que la captura; en ellos hay contrapuestos dos formas de violencia: la instintiva y de supervivencia de una contra la refinada y calculadora del otro, mucho peor por ser perfectamente consciente de lo que hace. También ha comentado que el espectador puede empatizar con todos los personajes femeninos de la película, ya que todos están encadenados de una forma u otra. De su película ha dicho que la mezcla de tonos (humor negro, drama y violencia extrema) es consciente para poner al espectador en una situación emocionalmente confusa en la que no sabe qué esperar y que no le permite acostumbrarse a lo que ve. A este último punto también ayudan las historias de Jack Ketchum, ya que llevan las situaciones a un punto en que no hay reglas y cualquier cosa puede suceder. McKee ha comentado que después de The Woman quiere dedicarse a un proyecto más luminoso, ya que con esta película ha ido todo lo lejos que quería llegar.
A las 10:00 acudo a un cine Retiro llenísimo para ver The Raid, una película indonesia de Gareth Evans. The Raid es una cinta de acción de planteamiento muy sencillo: un grupo de unos veinte policías de élite tipo SWAT realiza una incursión en un edificio habitado por un gran jefe del crimen y sus secuaces; un edificio tan controlado que incluso otros delincuentes alquilan pisos para estar más seguros. El objetivo del equipo es entrar sigilosamente y arrestar al gran jefe sin despertar el avispero. Lógicamente, eso no sucede, alguien les ha traicionado y les estaban esperando. Al cabo de un rato, el grupo queda atrapado dentro del edificio y aislado del exterior. No pueden contar con ayuda externa porque el oficial al cargo no informó a nadie de donde iban para evitar filtraciones. Acorralados, aislados y diezmados, deberán luchar por la pura supervivencia.
The Raid es una cinta de acción total: en ella hay tiroteos, explosiones, luchas con garrotes, machetes, cuchillos, artes marciales y pelea sucia. Todo ello rodado de una forma que sólo puede calificarse de impactante; la coreografía de acción de toda la película es increíble, con golpes dolorosos, cortes escalofriantes y auténticas proezas acrobáticas. Las escenas se suceden una tras otra sin ofrecer respiros, con una variedad impresionante de recursos que evita la repetición y mantiene al espectador al borde del asiento. Aparte de los grandiosos especialistas y coreógrafos, la dirección de Gareth Evans es muy acertada, imprimiendo un ritmo frenético y una fotografía de interiores correcta. La historia no tiene mucha miga ni un gran desarrollo, pero ofrece lo suficiente: el planteamiento de una situación más o menos plausible y unos personajes menos moralmente claros que normalmente; aparte de buenos y malos también aparecen personajes en la escala de grises moral. Sin duda la película de acción más impactante que he visto en unos cuantos años.
Termino mi día de películas a las 18:00 viendo Revenge: A Love Story, de Wong Ching-po, en el cine Retiro. La película se inicia con los brutales asesinatos de dos mujeres embarazadas, ambas familiares de policías de una comisaría, de los cuales uno ha sido hallado muerto y el otro ha desaparecido. La policía rápidamente acordona las zonas de los crímenes y en el segundo de ellos detiene a un sospechoso, Chan Kit (el cantante y actor Juno Mak), un joven que huía para no enseñar los papeles y que ya tenía antecedentes en esa comisaría. Pero mientras los detectives, que ya lo conocen, lo interrogan de forma brutal, es descartado como sospechoso gracias a un hecho aún más brutal. Tras esto, la película nos muestra cómo se ha llegado a esa situación, explicando la historia de jóvenes enamorados, Chan Kit, un joven muy sencillo que trabaja en una tienda de barrio y Cheung Wing (la estrella de cine para adultos japonesa Aoi Sola), una chica muy guapa, dulce y positiva, pero con un ligero retraso mental. Ambos, por una serie de circunstancias desgraciadas, acabaron en la comisaría de policía para presentar una denuncia, y encima de recibir terribles abusos, ella acabó en una institución estatal y él seis meses en la cárcel. Esto provoca en Chan-Kit el irresistible deseo de vengarse, iniciando una espiral de violencia que difícilmente puede acabar bien.
Revenge: A Love Story es la segunda película producida por 852 Films, productora fundada por la actriz Josie Ho tras la tremenda Dream Home. La película cuenta con una realización muy cuidada; con buena dirección de Wong Ching Po y una fotografia impactante, preciosista y bien iluminada. Su forma de contar la historia es muy particular, pero muy pertinente, ordenando las piezas del puzzle en un orden no cronológico pero que nunca despista y sí acerca progresivamente al espectador a los personajes. Unos personajes, especialmente los protagonistas, la joven pareja y un policía a punto de jubilarse (interpretado por Lau Wing), sometidos a unas situaciones y emociones extremas que les conducen a comportamientos a veces terribles, retratados de forma que pone los pelos de punta. Las tres emociones que dominan la cinta son el amor, la venganza y el odio, muy bien canalizadas por una historia algo rocambolesca pero fácil de creer gracias a lo bien contada que está. Las actuaciones de los actores son excelentes, los tres protagonistas bordan sus papeles: Chan Kit transmite perfectamente tanto el amor y la preocupación que siente por su amada como el odio y el deseo de venganza; Sola Aoi crea un personaje inocente, puro y positivo que tiene que pasar por una ordalía, que supera sin amargarse ni acumular rencor; mientras que el veterano Lau Wing da vida a un policía corrupto, brutal y violento que al final tiene una especie de revelación. Revenge: A Love Story me pareció una buena película, incómoda, tensa y extrema, con un final algo excesivo pero extrañamente pertinente.
(c) 2011 Jordi Flotats