Quinto día del Festival. Películas vistas: Strangerland, Helios y Office
Hoy en el marco del Festival se ha entregado el Premio Internacional de Ciencia-Ficción de Ediciones Minotauro al escritor, guionista y director de cine Elio Quiroga por su novela Los que sueñan. Quiroga, director y guionista de las películas Fotos (premio al mejor guion y premio especial del jurado en la edición de 1997 de Sitges), La hora fría, No-Do y el documental The Mystery of the King of Kinema ha declarado su voluntad de jugar con las expectativas del lector a la hora de escribir su novela. Después de la entrega del premio, se ha proyectado su cortometraje Sirena Negra.
Tras la entrega del premio Minotauro se ha proyectado la película I am a hero, de Shinsuke Sato, una adaptación del manga de Kengo Hanazawa. El protagonista de la película es un dibujante de manga de vida miserable cuyo mundo se vuelve del revés cuando su pareja le ataca, convertida en zombi. Después de eso comprende que deberá sobrevivir en un Japón invadido por unos muertos viventes muy particulares.
En el apartado de series, se ha realizado el preestreno de la segunda temporada de Fargo, que propone una nueva historia tras la autoconclusiva primera temporada. También se ha preestrenado la segunda temporada de The leftovers, de HBO, una serie que provocó odios y amores entre el público y que tiene como curiosa premisa el hecho que un día desapareciera al mismo tiempo aproximadamente el 3% de la población mundial. La serie, que tiene como showrunner a Damon Lindelof, uno de los creadores de Lost, aunque parte de una premisa que la sitúa dentro del género fantástico, está más dedicada a estudiar las reacciones de los que han quedado atrás que a explorar las causas de la desaparición.
Yo empiezo el día en la sala Tramuntana viendo la película australiana Strangerland (sección Noves Visions One) de Kim Farrant. La historia arranca cuando una familia se muda al remoto pueblo de Nathgari, situado en el desierto australiano. La familia está formada por el matrimonio Catherine y Matthew Parker (Nicole Kindman y Joseph Fiennes) y sus dos hijos; uno de unos doce años, Tommy (Nicholas Hamilton) y una chica de quince, Lily (Maddison Brown). Lily es muy rebelde y coquetea provocativamente con todo el mundo y el matrimonio parece algo distante. Un día, durante una terrible tormenta de arena, los chicos desaparecen. Cuando finaliza, con todo el pueblo cubierto de polvo rojizo, todo el mundo se pone a buscarlos, conducidos por el policía local, David Rae (Hugo Weaving). Pero pasan los días y no aparecen; por el pueblo empieza a correr el rumor que los culpables han sido sus padres. El matrimonio está devastado, pero reaccionan de formas casi opuestas; él se pone a buscarlos por su cuenta mientras que ella se hunde y empieza a buscar por qué pueden haber desaparecido. Todo esto les separa aún más.
Strangerland es una película muy curiosa, con un atmósfera cargada y un gran énfasis en la ambientación. El desierto que rodea al pueblo es casi un personaje más, mostrado con muchas tomas aéreas. Los actores realizan bien sus papeles, especialmente una Nicole Kidman que parece haber dejado de abusar del bótox, pero no hay mucha química entre ellos. La historia tiene momentos de interés, buenos personajes y una dirección y fotografía correctas, pero no me terminó de convencer, en mi opinión le sobra metraje y le falta un poco más de argumento, o al menos concretar más las posibilidades que apunta. Puede leerse la crítica completa AQUÍ.
Continuo por la tarde en el Retiro viendo Helios (sección Oficial Òrbita), de Longman Leung y Sunny Luk. La película empieza con dos violentos pero competentes criminales (Chang Chen y Janice Man) que han robado un dispositivo nuclear portátil, el DC8, de Corea del Sur. Al parecer podría tratarse del criminal internacional Helios, perseguido por varios gobiernos. Parece que el arma va a cambiar de manos en Hong Kong, por eso se crea una fuerza conjunta coordinada por el policía antiterrorista Lee (Nick Cheung) y que incluye a los expertos surcoreanos Choi (Ji Jin Hee) y Pok (Choi Si Won) y al profesor de física Siu (Jacky Cheung) como consejero científico. En un primer momento parecen tener éxito, pero el enviado de Beijing An (Xueqi Wang) quiere usar el arma para conseguir ventaja para China. Pronto Helios recupera la iniciativa y siempre parece ir un paso por delante de ellos.
Helios es un thriller de acción e intrigas internacionales centrado en Hong Kong. Las escenas de acción y las persecuciones están rodadas de forma muy competente y resultan espectaculares. El argumento es muy manido, y los personajes muy arquetípicos pero su problema principal es la forma de contar la historia. Las tramas se confunden en un montaje atropellado y un final no conclusivo que nos informa que sólo estamos viendo la primera parte de una serie de películas. No me convenció nada. Puede leerse la crítica completa AQUÍ.
Salgo y vuelvo a entrar al Retiro para ver el thriller surcoreano Office (sección Panorama Fantàstic), de Hong Won-Chan. Kim (Seong-woo Bae) es un trabajador ejemplar; ocupa un cargo intermedio en uno de los departamentos de ventas de una gran empresa de alimentación. Una noche vuelve a casa como cada día, cena con su familia y a continuación los mata a todos con un martillo y desaparece. El inspector de homicidios Jong-Hoon (Sung Woong Park) visita su lugar de trabajo en busca de pistas; todo el mundo coincide que era un trabajador inagotable aunque algo tímido, pero él sospecha que le están ocultando algo, especialmente la tímida trabajadora interina Mirae (Ah-sung Ko). Mientras tanto, comprobando las cámaras de seguridad de la empresa, descubren que tras cometer los asesinatos Kim volvió allí y aparentemente no salió; podría estar ocultándose dentro del laberíntico edificio. Cuando se conoce este hecho sus compañeros empiezan a ponerse nerviosos. Mientras Mirae está terriblemente inquieta por su futuro laboral; lleva mucho como interna, no terminan de pasarla a plantilla y para colmo contratan a otra interna con mejor currículum y mucho más encanto personal. Ella hace lo que puede, trabajando jornadas maratonianas e intentando congraciarse con sus compañeros, pero cuanto más hace, menos parece servir.
Corea del Sur es uno de los tres países con mayor tasa de suicidios del mundo, hecho para nada extraño si se tiene en cuenta que su sociedad es salvajemente competitiva. Desde la escuela se compite para ir a los mejores institutos, desde allí a las mejores universidades y finalmente a las mejores empresas. Dentro del entorno laboral la competitividad continúa con ferocidad; no son extrañas las jornadas laborales agotadoras, tener marcados objetivos incumplibles ni recibir reprimendas a grito pelado. Todo esto está presente en Office visto a través de los ojos de la tímida interna cuyo único contacto cordial era un tipo que acabó matando a su familia con un martillo. Esta trama se mezcla con la de thriller de una forma que a veces resulta un poco forzada. En algunos momentos la historia parece dudar entre uno y otro enfoque. El final, aunque cierra la mayor parte de los cabos sueltos, es un poco demasiado largo. Técnicamente la película está bien; tiene una buena fotografía y los actores están muy bien en sus papeles. Aunque la película me gustó, la habría preferido con menos thriller y un metraje más recortado. Puede leerse la crítica completa AQUÍ.
(c) 2015 Jordi Flotats