3er día del Festival. Películas: Housebound, Satellite Girl and Milk Cow, I Origins, The Guest
Hoy se ha presentado en Sitges La distancia, el segundo trabajo de Sergio Caballero tras La distancia, presentada en la edición de 2010 del Festival de Sitges. Caballero, músico y co-director del festival Sonar, cosechó un éxito de crítica considerable con ella, ganando el premio en el festival de Rotterdam. La distancia es una mezcla de suspense y ciencia ficción en la un trío de enanos rusos tiene que efectuar un robo en una central térmica en Siberia. La película está protagonizada por actores no profesionales. El director y parte del equipo han estado en Sitges para presentarla.
También se ha presentado Pos eso un film de animación español realizado con la técnica de stop motion. El director, Sam, que ha venido acompañado del actor Josema Yuste y la actriz Esperanza Felipe, ha comentado que la idea de la película, protagonizada por la bailaora Trini, surgió de la cotidianidad, de lo que puede verse en la televisión.
Hoy se ha presentado en la Sala Tramuntana el libro Pantalla rasgada, el libro oficial del Festival, escrito por Desriée de Fez y Jordi Sánchez Navarro. Recoge quince entrevistas a directores, productores y guionistas que hablan de películas relacionadas con el mundo de los sueños. En la misma sala, y siguiendo con la sección Serial Sitges, dedicada a la televisión, se ha presentado un capítulo de la serie Juego de Tronos.
Yo empiezo el día muy temprano yendo a las 8:30 al Retiro a ver Housebound, el primer largometraje del director neozelandés Gerard Johnstone. La película, mezcla de terror, misterio y comedia, ha gozado de gran aceptación de público en todos los festivales donde se ha presentado hasta ahora. Ha ganado el premio a la mejor película en el festival internacional de cine fantástico de Neuchatel.
La protagonista de la película es Kylie (Morgana O'Reilly), una pequeña delincuente bastante aficionada a las drogas. Tras ser capturada por enésima vez, el juez la condena a ocho meses de arresto domiciliario en casa de su madre. Le colocan un brazalete en el tobillo y le prohiben salir del jardín de la casa, condenándola a vivir con su sufriente madre y su calladísimo marido. De vez en cuando la visita un psicólogo y Amos. un guarda de seguridad que vive en el barrio, para verificar el funcionamiento del brazalete. Kylie no soporta a su madre, que además cree en lo paranormal y afirma que la casa está encantada. Ella se ríe de todo esto hasta que empieza a oír ruidos y experimentar cosas raras ella misma. Llegado un punto, ella y su madre deciden confesárselo a Amos, que resulta ser un investigador paranormal aficionado. Con su ayuda, descubren que la casa tiene un pasado tenebroso y que allí aconteció una muerte que puede ser clave para explicar los sucesos actuales. A medida que investigan y van descubriendo más cosas, la situación se va complicando, hasta el punto que sólo descubriendo qué sucedió en realidad podrán escapar del creciente peligro.
Housebound constituye una mezcla de géneros muy homogénea. Tiene bastante de película de terror, con una casa llena de ruidos, apariciones y cosas que aparentemente se mueven solas; mucho de whodunnit, con un asesinato del pasado sin resolver, posibles culpables y sorpresas; y muchísimo de comedia, con un humor que permea toda la película, en ocasiones de forma sutil, en ocasiones en forma de gags divertidísimos. Su reparto es fantástico, los actores, especialmente su protagonista, están perfectos en sus papeles, demostrando una gran vis cómica. La película se mantiene bien equilibrada; inquieta cuando quiere, mantiene la tensión cuando lo necesita y hace reír en casi todo momento. Una muy buena película, absolutamente recomendable. Se puede leer la crítica completa AQUÍ.
A las 14:30 acudo al Casino Prado para ver The Satellite Girl and Milk Cow, un film de animación surcoreano de Jang Hyung-yun. Acudo algo dividido, porque aproximadamente a esta hora están pasando dos películas que me hubiera gustado mucho ver y no podré, The Midnight After y Hwayi: A monster boy. The Satellite Girl and Milk Cow es el primer largometraje de su director, conocido por el surrealista e impactante corto A Coffee Vending Machine and Its Sword. El surrealismo en el tema continúa en esta propuesta. La película arranca con un satélite que lleva años observando Corea del Sur y recopilando datos sobre el comportamiento de la gente. Está particularmente interesado en la música; un día mientras escucha una canción, se produce una avería y cae a la Tierra, donde se acaba convirtiendo en una chica robot. Mientras, el cantautor autor de la canción se ha transformado en vaca después que su novia le dejara. El destino de los que les rompen el corazón es ser transformado en animal. Por si no fuera bastante a estos animales les persigue un robot gigante, El Incinerador, que los atrapa y los arroja a un enorme horno que tiene en el pecho. También van detrás de ellos cazadores para robarles los órganos. Pero no todo está en contra del cantante-vaca; tendrá la ayuda de Merlín, el gran mago, que por un capricho del destino ha sido convertido en un rollo de papel higiénico y también, naturalmente, de la chica robot.
El arranque de la película me gustó mucho. Su estilo de animación le debe mucho al del Estudio Ghibli, pero con mucho menos recursos, lo que se nota mucho en los fondos y las transiciones entre escenas, pero en cambio el diseño de personajes es muy bueno; imaginativo, personal y gracioso. Pero me dió la sensación que toda la pólvora se gastaba en los primeros 10-15 minutos, cuando se presentan los personajes con mucho humor y se introduce alguna idea genial (en particular un traje de humano hecho de papel que le hace el mago a la vaca). Por desgracia a partir de este punto la acción se diluye y se estanca. El ritmo narrativo se enlentece y además el tono se empieza a azucarar hasta llegar al apoteosis al final de la película. La conclusión de la película es horriblemente noña. Lástima, me equivoqué de elección; aunque tiene algunos detalles buenos, en conjunto me quedo con las ganas de haber visto cualquiera de las otras dos películas. Se puede leer la crítica completa AQUÍ.
Por la tarde acudo al Auditori a ver I Origins, del director norteamericano Mike Cahill. El director y la bellísima actriz Astrid Bergès-Frisbey estuvieron en la sala para presentar la película. I Origins es el segundo trabajo del director tras Another Earth, que ya se pudo ver en la edición de 2011 del Festival. Como en su ópera prima, en su nuevo trabajo el director y guionista vuelve a usar la ciencia-ficción como excusa para tratar el tema central de la película. En este caso, plantearse muchas de las grandes preguntas que lleva haciéndose el hombre desde que es hombre y confontar (de nuevo) ciencia y religión.
El protagonista de la película es un biologo molecular (Michael Pitt) que intenta demostrar que los animales desarrollaron los ojos mediante un proceso evolutivo, no mediante el diseño inteligente, descartando así la figura de un creador. Empieza a colaborar con él una brillante estudiante (Brit Marling), que le sugiere una nueva y prometedora vía. Su campo de estudio no es casual; está obsesionado con los patrones únicos de los iris, hasta el punto de coleccionar fotos de ojos de amigos y conocidos. Un día conoce a una joven misteriosa (Astrid Bergès-Frisbey) de la que se enamora a primera vista, pero pierde el contacto con ella. Gracias a una serie de coincidencias es capaz de volver a encontrarla y viven una gran historia de amor que acaba de forma trágica. Tras unos años se topará casualmente con una línea de investigación que puede conducir a increíbles revelaciones.
Vaya por delante que I Origins me ha gustado muy poco. La película tiene unas cuantas virtudes innegables; tiene una buena fotografía y una excelente banda sonora. Es de visionado agradable, aunque a ratos abuse demasiado de la estética de videoclip y de las cámaras lentas. Los actores están acertados; aunque Michael Pitt sea un científico algo improbable, tiene carisma y saber hacer. Brit Marling siempre está bien en el papel que sea, me encanta esa actriz. Por el lado negativo me ha parecido demasiado seria, demasiado ambiciosa y que se toma demasiado en serio a sí misma. La película se plantea, sin ironías, preguntas como ¿existe un plano espiritual fuera del ámbito científico? ¿existe el alma? ¿existe la reencarnación? ¿qué pasaría si la ciencia pudiera probar la existencia del plano espiritual? Y también sin ironías no duda en responder de forma velada a algunas de ellas. Su guion terriblemente solemne machaca metáforas sin piedad y ofrece presagios a los espectadores que los irán guiando hacia las revelaciones, de una forma que cualquiera que le preste un poco de atención sabrá lo que va a pasar a continuación antes que los mismos personajes. Eso sin hablar del enfrentamiento entre ciencia y religión que (como siempre) termina con olor a incienso en el campo de batalla. Una decepción. Se puede leer la crítica completa AQUÍ.
Termino el día viendo The Guest en el Auditori. The Guest es el último trabajo de Adam Wingard, tras la fantástica You're next. Como en esta última, una familia disfuncional está en el centro de una trama llena de un sentido del humor muy negro.
La familia Peterson, que reside en una pequeña localidad de Nuevo Mexico, está devastada por la muerte en Afganistán de su hijo mayor. La madre, Laura (Sheila Peterson) intenta mantener a la familia en marcha, pero no puede y descuida más a su dos otros hijos; Anna (Maika Monroe), la mayor, está a punto de acabar el instituto y ya trabaja y sale con chicos; Luke, el menor, es mucho más tímido y sufre bullying. El padre, Spencer, está obsesionado por ascender en el trabajo e intenta liberar la tensión con el alcohol. Un día reciben la visita de David (Dan Stevens), un soldado acabado de licenciar que les visita cumpliendo la promesa que hizo a su hijo. Al principio todos lo acogen con recelo, pero poco a poco se los gana ayudándoles a conseguir lo que desean y ejerciendo prácticamente de ángel de la guarda. Sólo Anna desconfía un poco y lo relaciona con los hechos delictivos y muertes misteriosas que han empezado a azotar el pueblo. Cuando llama al ejército para verificar su identidad, la situación se empieza a descontrolar.
The Guest homenajea sin complejos el cine de acción de bajo presupuesto de la década de los ochenta desde una óptica moderna y una mirada llena de sentido del humor que nunca llega a la parodia. Su banda sonora de sintetizadores es puro John Carpenter. El reparto, encabezado por un peligroso y loquísimo Dan Stevens, es muy bueno. La película está muy bien rodada, en general mejor que las producciones a las que rinde homenaje. La dirección de Wingard es firme, especialmente buena en los momentos de acción, El guion en general está bien, aunque tiene algunos problemas de ritmo; la parte en que David se va ganando a la familia me pareció algo larga. Aunque algo irregular y peor que You're next la película me ha gustado y me ha divertido. Después de los dos últimos pinchazos lo necesitaba. Se puede leer la crítica completa AQUÍ.
(c) 2014 Jordi Flotats