Crónica del Sábado 3/10/2009

Crónica del tercer día del Festival. Mis películas: Crows II y Pontypool






Una edición más, el Festival vive la fiebre adolescente de la saga de Crepúsculo con motivo de la presentación del tráiler de la segunda película de la serie, Luna Nueva, que se estrenará en España el 18 de Noviembre, dos días antes que en Estados Unidos. A la proyección asistió el actor británico de 21 años Jamie Campbell Bower, que interpreta a uno de los villanos de la nueva película. Algunas jóvenes llegaron a hacer 27 horas de cola (!) para poder entrar en el Auditori las primeras, y es que la sala se llenó completamente de fans que dedicaron todo tipo de piropos a Bower.

Se presenta Grace, de Paul Solet, en la sección Oficial, una película de tema polémico en que una mare pierde a su hijo mientras está embarazada pero se niega a que so extraigan. Finalmente nacerá y querrá sangre...

Antes de la proyección de Vampyres (Las hijas de Drácula) en el Casino Prado se entregó el premio La Màquina del Temps al director, productor y guionista H.G. Lewis, considerado el creador y padre del gore con multitud de producciones en las décadas de los 60 y 70.

En el Auditori se presenta Pandorum de Christian Alvart con Dennis Quaid, un thriller de ciencia-ficción que transcurre en una nave espacial. Su director declaró que quería explicar un cuento claustrofóbico que diera ejemplo de la conducta de los seres humanos sometidos a condiciones extremas. Sus tres películas favoritas son Psicosis, Alien y El Día de la Bestia.

Se proyecta Dogtooth del director griego Yorgos Lanthimos, ganadora del premio Un Certain Regard de la pasada edición del Festival de Cannes y que sin duda causará controversia entre los espectadores. Antes de su proyección se ha otorgado el premio Nosferatu al veterano actor estadounidense Jack Taylor, afincado en España en los años 60 y que protagonizó numerosas cintas de terror de Paul Naschy y Jesús Franco.

Antes de la proyección de la película Sorority Row en el Auditori se ha hecho entrega del premio María Honorífica al director español de películas de terror y exploitation José María Larraz.

Yo empiezo el día con el visionado de Crows II, de Takashi Miike, continuación directa de Crows: Zero presentada en la pasada edición del Festival. Miike es un cineasta entre un millón, que trabaja a una velocidad portentosa (no es muy amigo del detallismo) y que puede realizar todo tipo de películas: adrenalínicas historias de yakuzas como Dead or Alive, películas de zombies musicales como The Happiness of the Katakuris, enfermizas historias familiares como Visitor Q, thrillers psicológicos con torturas explícitas como Audition, películas con violencia prácticamente de cartoon como Ichi the Killer o delirios kitsch como Zebraman o la reciente Yatterman. Miike tiene un sentido del humor y de la estética que podrían ser calificados fácilmente como enfermizos; en más de una ocasión no sólo se rie con el público sino que parece más bien que se esté riendo de él. Algunos de sus proyectos (¡son tantos!) me parecieron simplemente infumables, como Izo o Sukiyaki Western Django; en ocasiones su estilo (que no su oficio) se difumina un tanto al estar trabajando por encargo, esos proyectos además suelen ser bendecidos con el favor de la taquilla japonesa como One missed call, The Great Yokai War o la propia Crows: Zero.

Sin duda Crows II pertenece a este grupo de películas. Continuando la historia de la anterior entrega, Genji, el hijo de yakuza que llegó a la cima del instituto Suzuran a base de puños y mala leche para demostrar a su padre de lo que era capaz, se enfrenta ahora a un doble reto: conseguir la adhesión de todos los grupos, vencidos pero no sometidos en la anterior entrega, para hacer frente a una nueva amenaza, una guerra contra el temible instituto Hosen. La película sigue las mismas pautas que la anterior entrega; escenarios cuidadosamente destartalados, épica de la testosterona, banda sonora con grupos de J-Rock, toneladas de gomina y un delirio de puñetazos y patadas. Miike emplea considerable oficio al rodar la película, sacando partido a cada yen invertido en ella, rodando con elegancia y eficacia unas coreografías de lucha que buscan un cierto realismo y dando a todo el conjunto un aire de no tomarse demasiado en serio a sí mismo imprescindible para poder pasar un rato divertido. La cinta termina prácticamente con la presentación de la siguiente entrega, que si cuenta con Miike en la dirección me puede contar como espectador.

Para terminar voy a ver Pontypool del canadiense Bruce McDonald, presentada por su productor Jeffrey Coghlan, presente en la proyección. Coghlan comentó la excitación que les produjo el guión de Tony Burgess, lo que sumado a lo modesto del coste previsto de la cinta, provocó que ni siquiera se plantearan iniciar trámites para pedir subvenciones al gobierno canadiense, consiguiendo el dinero en tres meses a través de inversores privados.

Pontypool es ciertamente de bajo presupuesto, su guión, dirección y actores son de muchos quilates. La película transcurre en la emisora de radio local del pequeño pueblo de Pontypool; allí, un veterano locutor realiza el programa de las mañanas junto a su productora y una joven técnico. Durante la emisión del programa empiezan a recibir informes de comportamientos de violencia grupal en el pueblo, con gente actuando de forma muy extraña; los incidentes irán escalando hasta llamar a las mismas puertas de la emisora. Pontypool puede parecer una película de zombies durante sus etapas inciales, pero al desarrollarse la trama se revela cómo una propuesta más original, montada alrededor de una idea muy interesante y con una puesta en escena magnífica de Bruce McDonald, que sabe jugar muy bien con la tensión y con los escasos escenarios en que se desarrolla la historia. Los actores están soberbios, especialmente Stephen McHattie, que además cuenta con una magnífica voz. Una gran película.

(c) 2009 Jordi Flotats

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Subido por Jordi Flotats con fecha 08/10/2009 10:37:11