SPIDER-MAN: LEJOS DE CASA

Tras el tono épico de Avengers: Endgame, Marvel ha decidido cerrar la Fase 3 del MCU con una película mucho más ligera. Por eso ha elegido a Spider-Man, su superhéroe más juvenil. La película es un cóctel explosivo de comedia y acción trepidante con unos magníficos efectos visuales y un reparto excelente.

Después de la impresionante Vengadores: Endgame, Marvel tenía complicado dar el siguiente paso para desarrollar su universo cinematográfico y cerrar la llamada Fase 3 de los ciclos de películas; después de afrontar una amenaza que amenazaba al Universo entero, es imposible hacer una historia más épica o crear un villano más malvado. Por eso supongo que han optado por realizar una película de Spider-Man, un héroe que en su encarnación actual es aún un estudiante de instituto de 16 años que aún se ve incapaz de ocupar un lugar entre los Vengadores. Spider-Man: Lejos de casa continua directamente donde se quedó Vengadores pero lo hace en un tono mucho más ligero y juvenil, renovando los efectos visuales y ofreciendo toneladas de acción. Una vez más Marvel demuestra que es capaz de aplicar con éxito la fórmula que les garantiza películas perfectas para todos los públicos; entretenimiento, acción y toques de humor adaptados al tono general del personaje principal. En este caso la película conecta con la comedia adolescente ofreciendo un auténtico carrusel de acción y comedia.

La película arranca en un mundo que acaba de volver a cambiar radicalmente; tras reducirse a la mitad la población mundial, cinco años después, gracias a los Vengadores, los que se fueron han vuelto con la edad que tenían cuando se desvanecieron. En la Escuela Midtown de Ciencia y Tecnología de Nueva York donde asiste Peter Parker (Tom Holland) se están adaptando como pueden a la situación. La escuela organiza un viaje de verano de dos semanas a Europa. Muy afectado por la muerte de Tony Stark y por la lucha contra Thanos, Peter sólo desea dejar de pensar en Spider-Man, irse con sus amigos de vacaciones y declarar su amor a MJ (Zendaya). Pero Nick Fury (Samuel L. Jackson) y Maria Hill (Cobie Smulders) tienen otros planes para él; unas fuerzas naturales misteriosas se están manifestando en diferentes lugares del mundo, creando muerte y destrucción a su paso. Cuentan con la ayuda del misterioso Quentin Beck (Jack Gyllenhaal), un hombre con superpoderes del que no tenían noticia hasta ahora que afirma venir de otra dimensión de la Tierra, pero de todos modos contactan con Peter para que Spider-Man entre en la lucha. Peter, que además recibe un regalo póstumo e inesperado de Tony Stark, está hecho un lío; quiere ser un adolescente normal, pero también acepta su responsabilidad y además teme no estar a la altura de su mentor si se le pide.

El primer tercio de Spider-Man: Lejos de casa está principalmente dedicado a los personajes, mostrando el lado juvenil de Peter Parker; su cuidadosamente planeada declaración de amor a MJ o las peripecias de su mejor amigo. Este Peter Parker es inmaduro e inseguro; -sin querer- está a punto de usar un dron lanzado desde un satélite sólo para que un rival en el amor de MJ no le enseñe una foto poco halagadora. La relación que desarrolla con Quentin Beck, en cierto modo sustitutoria de la que mantenía con Tony Stark, desencadena el tramo final de la película, ya plenamente volcado en la acción y la trama superheroica.

Jon Watts (Cop Car) dirige con energía una película desenfadada, trepidante y ligera. Me gustaron mucho los efectos visuales de la película; aprovecha perfectamente su argumento y la naturaleza de la amenaza que afronta Spider-Man para ofrecer escenas tan espectaculares como imaginativas. La fotografía es muy luminosa, resaltando los preciosos paisajes urbanos de Venecia, Praga y Londres donde transcurre la mayor parte de la trama.

El reparto es muy bueno; Tom Holland me parece el mejor Spider-Man hasta la fecha, el que mejor refleja la naturaleza juvenil e irreverente del personaje -también es el más joven-. Zendaya demuestra tener carisma, lo más importante para interpretar a su personaje, no demasiado desarrollado hasta el momento. Jack Gyllenhaal también es un gran acierto; es un gran actor, capaz de echarle carisma y sentido del humor a partes iguales cuando la película se lo pide.

Spider-Man: Lejos de casa demuestra que la fórmula de Marvel está lejos de agotarse. Ligera, divertida y trepidante, es una película de verano perfecta. Como todas las demás, hace avanzar las historias y los personajes enmarcados en el MCU. Como casi todas, la película cuenta con dos escenas después de los créditos, ambas -especialmente la primera- importantes.

(c) 2019 Jordi Flotats