Crónica del Viernes 7/10/2016

Primer día del Festival. Películas vistas: The Age of Shadows, Colossal y Seoul Station





Arranca la 49 edición del Festival de Sitges con un programa lleno de películas atractivas y muchos invitados de auténtico lujo. La temática de este año, dedicada al aniversario de Star Trek, atraerá al pueblo a muchos trekkies. Personalmente, espero mucho del cine surcoreano que llega con estrenos de Park Chan-wook (The Handmaiden), Na Hong-jin (The Wailing), Kim Jee-woon (The Age of Shadows) o Yeon Sang-ho (Train To Busan y Seoul Station). Pero la oferta no se limita al cine de ese país, llegan títulos muy atractivos de Japón, cine arriesgado y terror de toda la vida. Esta edición tiene uno de los line-ups más atractivos de los últimos años. Para enfado de la prensa más convencional la sección oficial cuenta con treinta títulos. Personalmente pienso que el viraje del festival hacia el público es acertado.

La película inaugural de esta edición ha sido Inside, de Miguel Ángel Vivas, un remake de la cinta de culto francesa À l’intérieur. La protagonista de la película es Sarah, protagonizada por Rachel Nichols, una mujer embarazada a punto de tener a su hijo. Una noche alguien irrumpe en su casa dispuesto a arrebatarle a su bebé nonato. Según el director, la película es sobre mujeres y el hecho de la maternidad.

El la Gala Inaugural se ha entregado el Gran Premio Honorífico de Sitges 2016 al gran actor sueco Max Von Sydow. El actor, con más de 150 películas en su carrera y actor emblemático de directores como Ingman Bergman, Sydney Pollack, Steven Spielberg o Martin Scorsese, ha comentado que "son muchos los films de los que guardo grandes recuerdos, pero si he de escoger uno me quedo con Pelle, el conquistador, no solo por el personaje que interpreté sino también por la historia, una historia acerca de la intención de devolver la dignidad a la gente trabajadora”.

El director J.A. Bayona, un habitual del Festival y uno de los directores españoles más internacionacionales, ha presentado el libro Un monstruo viene a verme: El arte de la película y la visión de sus autores, escrito por la periodista y crítica cinematográfica Desirée de Fez. Bayona también ha mantenido un encuentro con los estudiantes que han acudido por la mañana a la proyección para escuelas de Un monstruo viene a verme en el Auditori Meliá Sitges.

Yo empiezo el Festival con la cinta surcoreana The Age of Shadows, de Kim Jee-woon (The Good, The Bad, The Weird, I saw the devil), que ha vuelto a Corea del Sur tras su experiencia en Hollywood rodando El último desafío, con Arnold Schwarzenegger. The Age of Shadows se inspira en hechos reales en la Corea de la década de 1920. Por aquel entonces el país estaba ocupado por Japón. Lee Jung-chool (Song Kang-ho), es un coreano que trabaja para la policía japonesa cuya lealtad está dividida entre su uniforme y sus simpatías por la patria coreana. Esa incomodidad se acentúa cuando le encargan la persecución de rebeldes independentistas. La película arranca con la persecución de uno de ellos, antiguo amigo de Lee, que prefiere la muerte a la captura. Tras esto, el jefe de la policía japonesa, Higashi (Shingo Tsurumi), le encarga que viaje a China con un ambicioso detective japonés, Hashimoto (Um Tae-Goo) para descubrir a una célula rebelde que pretende introducir gran cantidad de explosivos en Seúl. La célula está liderada por Jung Chae-San (Lee Byung-hun), Kim Woo-Jin (Gong Yoo) y Yun Gye-Soon (Han Ji-min).

The Age of Shadows es una película terriblemente entretenida y excelentemente realizada que mezcla el drama del agente doble con la lealtad dividida con la acción y el cine de espionaje. Prácticamente no hay ni un minuto que sobre en los 140 que dura la película. Destacan especialmente las escenas de acción; la cinta arranca con una trepidante persecución por los tejados de Seúl y en su tramo final hay una magnífica escena en un tren donde la policía japonesa intenta identificar a los rebeldes infiltrados. El patriotismo algo exacerbado de la película no resulta molesto, sólo me molestó algún flashback que a mi entender sobra que parece buscar eliminar ambigüedades del protagonista.

Tras The Age of Shadows vuelvo al Auditori para ver Colossal, de Nacho Vigalondo. Antes de la película se ha proyectado el corto Nuestra amiga la luna, de Velasco Broca. El director ha contado la pintoresca historia de la creación de su película, que arrancó en la India y finalizó en España. El corto me pareció un sinsentido, pretencioso y vacío de contenido. Según la web del festival, "Hadji es un joven hindú con discapacidades físicas que vive humildemente a orillas del Ganges. Tras perder lo poco que tiene, es aceptado como discípulo por un extraño guía espiritual de origen ruso”. No puedo decir haya captado nada de eso en las imágenes, excepto que el protagonista parece hindú y efectivamente sufre discapacidades graves.

Nacho Vigalondo, también presente en la sala ha presentado su película comentando su cansancio tras una larga gira por festivales y ha bromeado con el público sobre la presencia de Anne Hathaway en la sala, dando a entender lo complicado de la agenda de una estrella de Hollywood. En Colossal, Hathaway da vida a una chica alcohólica que vive con su novio (Dan Stevens) en un lujoso piso en Nueva York. Harto de sus desvaríos nocturnos y de su falta de éxito en rehabilitarse, la echa, dejándola sin dinero y de patitas en la calle. Por eso recurre al último recurso, se muda al pueblo donde creció en la casa de sus padres, ahora vacía. Pronto se cruza con un antiguo amigo de la infancia (Jason Sudeikis), que lleva el bar que había pertenecido a su padre. Su amigo le da trabajo como camarera y la ayuda a instalarse; empieza a pasar las noches bebiendo con él y dos amigos suyos (Tim Blake Nelson y Austin Stowell) después de cerrar el bar. Un día despierta con la asombrosa noticia que un monstruo gigante ha aparecido en Seúl, ha realizado extraños movimientos y se ha desvanecido. Pronto se da cuenta que el monstruo sólo aparece si ella está en una zona de arena de un parque infantil a las 8:05 y que reproduce exactamente sus movimientos durante un rato, tras el cual desaparece. Tras contárselo a sus amigos, un robot gigantesco empieza a aparecer también.

Colossal tiene una premisa tremendamente original, que acaba prometiendo más de lo que entrega, aunque el resultado final no sea desdeñable. La cinta propone una mezcla de comedia, drama y cine de monstruos que pone mucho más énfasis en el drama, tratando en clave metafórica las adicciones, la pérdida de control de los adictos y sus consecuencias. El buen trabajo de los actores, con una Anne Hathaway espléndida, lo original de la propuesta y los buenos momentos que ofrece el guión dan a lugar una película apreciable, de fácil y agradable visionado. La parte de los monstruos en Seúl está muy subdesarrollada, hasta el punto de ni siquiera plantearse qué haría la gente en una situación como esa; cada vez que aparece (y lo hace siempre a la misma hora), hay gente alrededor. Si se hubiera desarrollado más y la parte de Estados Unidos fuera algo menos convencional creo que el resultado final sería mucho mejor.

Termino el día en sesión golfa viendo la película de animación surcoreana Seoul Station, de Yeon Sang-ho. El director también presenta en el Festival Train to Busan, una cinta de imagen real situada en el mismo entorno que esta cinta, que puede entenderse como precuela.

Delante de una enorme estación de Seúl un anciano ensangrentado y sufriente camina hasta caerse en la acera. Un hombre trajeado se interrumpe mientras comenta a su acompañante que está a favor de la sanidad universal para ver lo que le pasa; tras un momento comenta que no hace falta intervenir porque sólo se trata de un apestoso homeless. Nadie más parece querer intervenir, sólo el hermano del hombre, que es ignorado por trabajadores sociales, denigrado por la policía y asaltado por matones. Cuando finalmente el anciano muere se transforma en un zombie y empieza a infectar a todo el mundo, empezando por los homeless que duermen en la estación. Los protagonistas de la película son una chica que ha huido de su vida anterior de semiesclavitud en un burdel para vivir con su inútil novio, que pretende prostituirla a través de internet. Tras una discusión por este tema, la chica se va de casa y se ve atrapada por el caos de la estación. El novio, junto al padre, que ha aparecido para reencontrarse, la buscarán, esquivando tanto a los zombies como a las autoridades, que inicialmente reaccionan como si se tratara de una insurrección violenta, poniendo el ejército en la calle para suprimirla.

Seoul Station es una película de zombies muy canónica con una historia trepidante con muchos momentos amargos, personajes sólidos y un final con bastantes sorpresas. A la vez critica sin cortapisas a una sociedad surcoreana cada vez más desigual y con menos solidaridad y empatía. Una gran película.

(c) 2016 Jordi Flotats

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Subido por Jordi Flotats con fecha 17/10/2016 12:56:34