Crónica del Sábado 11/10/2014

Crónica del noveno día del Festival. Películas vistas: The Kingdom of Dreams and Magic y The Signal





Los protagonistas de la jornada de clausura del Festival, y quizá de todo el certamen han sido dos clásicos del cine fantástico: el director Joe Dante y el actor Dick Miller. Joe Dante, director de películas tan emblemáticas de la década de 1980 como Gremlins (I y II), Aullidos o El chip prodigioso está en Sitges para presentar su último trabajo Burying the ex en la gala de clausura. La película es una comedia de zombies de presupuesto ajustado de la que Dante ha comentado sentirse satisfecho por la libertad que le ha brindado trabajar sin demasiadas presiones. La película trata sobre un chico que descubre que su novia es demasiado controladora y manipuladora para su gusto, pero tiene miedo de poner fin a la relación. Por desgracia, ella sufre un accidente y muere. Meses después, él rehace su vida al conocer a la chica de sus sueños, pero la cosa se complicará cuando su ex salga de su tumba e insista en continuar con su relación.

El actor Dick Miller, una auténtica leyenda del cine fantástico y de serie B, un secundario de lujo que ha trabajado en más de 170 películas, ha recibido el premio Màquina del Temps del Festival por su dilatada trayectoria. El Festival proyectó ayer el documental sobre su figura That guy Dick Miller. Miller y Dante han coincido en diferentes actos y presentaciones, como en el pase de Gremlins, que celebra ya su treinta aniversario. Joe Dante ha comentado de él que es un gran profesional al que prácticamente no hay que dar indicaciones porque ya sabe lo que tiene que hacer.

Hoy también ha visitado Sitges el director Carlos Vermut, que ha presentado su trabajo Magical Girl tras haber ganado la Concha de Oro en el último Festival de San Sebastián. El director se ha encontrado con el público en el Espacio Fnac.

Se han hecho públicos algunas cifras de la venta de entradas de esta edición. Al parecer se han vendido unas 58.000 entradas sin contar con los bonos multipelícula, más o menos el mismo número que el año pasado, que fue un año récord. Esto confirma el éxito de público que está teniendo el Festival en los últimos años, porque este año no había ningún festivo durante la semana. Por si fuera poco el cambio de sistema de venta ha tenido bastantes problemas de funcionamiento y ha reducido los medios de venta al ser exclusivamente a través de internet. Sin duda una buena noticia, porque en estos tiempos de recortes y menosprecio estatal de los actos culturales sólo el éxito sostenido de público puede asegurar la continuidad y la buena salud del Festival.

También se ha echo público el Palmarés de la 47 edición del Festival, más repartido que nunca. La ganadora de la sección Oficial ha sido I Origins, de Mike Cahill, con un Gran Premio del Jurado para The Babadook, de Jennifer Kent. El director del Festival, Ángel Sala, ha comentado las cifras de venta de entradas, valorándolas de forma positiva. También se ha disculpado por las incidencias en los primeros días de venta y por los cambios de última hora en la Sección Oficial (se han incluido Maps to the stars y Adieu au langage 3D. Ha destacado también la importancia de las redes sociales para valorar en tiempo real la respuesta del público a la programación, que en conjunto ha encontrado positiva. Sobre la evolución futura del Festival, Sala ha comentado que se eliminarían secciones y premios y se intentaría potenciar al máximo el número de títulos proyectados.

Yo empiezo el día temprando yendo a la proyección del documental japonés The Kingdom of Dreams and Madness, de Mami Sunada. El documental ofrece la posibilidad de ver el funcionamiento del proceso creativo del Studio Ghibli y de uno de los grandes genios de la animación, Hayao Miyazaki. El documental fue rodado durante la creación de la que se anunció como su última película, The Wind Rises. En esa época, su compañero de estudio, amigo y rival Isao Takahata también estaba intentando completar su también último trabajo The Tale of Princess Kaguya, proyectada hoy en el marco del Festival. Al parecer a la directora se le dio acceso completo al interior del estudio, a Miyazaki y al productor Toshio Suzuki, auténtico motor de la compañía.

Hayao Miyazaki tiene una rutina muy rígida en sus horarios; va al estudio a trabajar cada día de once de la mañana a nueve de la noche. Pero su proceso creativo es todo lo opuesto; no le gusta escribir guiones, crea la película realizando storyboards con un cronómetro para ver el ritmo de cada escena. Esos storyboards serán ampliados y plasmados a película por un equipo de más de cien artistas, cuyas mesas están al lado de la del maestro. Su proceso de trabajo es completamente orgánico, hasta el punto que hasta prácticamente el final de la realización de The Wind Rises tenía decidido un final completamente distinto, mucho más pesimista. El estudio tiene un entorno idílico para trabajar, está situado en un edificio nuevo y luminoso en un barrio tranquilo, con un gran jardín y una buena terraza. Como mascota tienen a un gato, que pasea y se despereza a sus anchas por todo el lugar. Pero esto no quita que las jornadas allí puedan ser muy largas; los plazos son ajustados y la labor ingente, ya que muchos de los artistas aún trabajan a mano. Además Miyazaki parece tener las ideas muy claras y un gran ojo por los pequeños detalles y no duda en exigir de su equipo que todo quede exactamente como él quiere. Como ejemplo de esto, la cinta lo muestra instruyendo a un grupo de animadores a qué velocidad deben levantar el cuerpo los personajes tras realizar una inclinación, porque según él, en la década de los treinta la gente lo hacía más despacio que hoy en día. También lo muestra en el proceso de selección de la voz del protagonista, que finalmente le fue ofrecida a Hideaki Anno (el creador de Neon Genesis Evangelion y cómo le instruye durante las grabaciones del proceso de doblaje.

El Miyazaki que nos muestra la película es un hombre cordial, un fumador empedernido con un particular sentido del humor, pero tras la crisis económica y el desastre de Fukushima muy desencantado, muy pesimista con el devenir de la sociedad de su país. Tampoco tiene nada claro el futuro del estudio, muy basado en las personalidades y las metodologías de sus principales artistas, todos ya a punto de jubilarse. La creación de The Wind Rises provocó en él un alud de recuerdos de su infancia y de su padre, que durante la Segunda Guerra Mundial era propietario de una fábrica que hacía hélices para los aviones de combate A6M Zero. A pesar de su trabajo en pro de la guerra, recuerda a su padre como un hombre amable al que gustaba ayudar a la gente. También en cierta forma identifica la obsesión del protagonista de la película con su trabajo con la suya propia, encontrándolas vanas en última instancia, "sueños malditos", pero inevitables.

Otro de los temas centrales de la película es la extraña relación entre Miyazaki y Isao Takahata. Takahata es a la vez su socio, amigo, maestro (es algo mayor que él), compañero y rival implacable. Trabaja en otro edificio y sigue también su propio modo de trabajo, también obsesivo con los detalles pero que casi siempre le impide cumplir con sus plazos. Aunque no se ven prácticamente nunca, Miyazaki habla mucho de él durante el documental, evidenciando lo complicada que es su relación. Tanto lo puede criticar por su (según él) vena autodestructiva, que le lleva a no querer acabar sus películas, como elogiarlo por su talento y su ojo por los detalles. Al final del documental aparece la visita que realiza Takahata al edicifio de Miyazaki y el encuentro entre ambos, cordial y (aparentemente) relajado.

El documental también arroja luz sobre una figura situada más en la sombra del estudio pero que se revela capital para su funcionamiento, el productor Toshio Suzuki. Suzuki es el motor del estudio; conveció tanto a Miyazaki como a Takahata para que realizaran sus últimas películas; controla aspectos de financiación, toma decisiones sobre el merchandising; aparece en los encuentros con la prensa; visita los principales cines donde se exhibirán las películas y apoya a los autores (básicamente a Miyazaki, pero también a Isao Takahata y a Goro Miyazaki) durante el proceso creativo. Su energía parece no tener fin, haciéndose imprescindible para poder llevar a término con éxito los proyectos.

The Kingdom of Dreams and Madness es un documental interesantísimo para todo el mundo, pero para los aficionados a la animación es un auténtico regalo, una ventana abierta para ver cómo trabajan algunas de las personas que han revolucionado el género. Mami Sunada ha optado por resultar tan invisible como ha podido, dejando hablar a los protagonistas. También, a través de planos muy tranquilos ha intentado captar el espíritu de un lugar y un momento. Ahora que parece que los dos genios de Ghibli se han jubilado del cine, el documental se ha revelado como irrepetible, básico para entender un modo de crear y de funcionar que por un lado son únicos y por otro empiezan ya a pertenecer a otra época.

Continúo el día viendo The Signal a las 19:30 en el Retiro. The Signal es el segundo trabajo de William Eubank, tras Love, que también pudo verse en la edición de 2011 del Festival. Con esta película se ha mantenido en el terreno de la ciencia-ficción para crear un thriller lleno de giros de guion con el que continúa demostrando que es capaz de crear un trabajo visualmente excelente con un presupuesto más que ajustado.

El film arranca con tres jóvenes estudiantes universitarios que realizan un viaje en coche. Son Nic (Brenton Thwaites), un joven que va en muletas debido al progreso de su enfermedad degenerativa; su mejor amigo Jonah (Beau Knapp) y su novia Haley (Olivia Cooke). Nic y Jonah la están acompañando a su nueva universidad en California. Nic teme que la distancia, sumado al progreso de su enfermedad los termine alejando. Él y su amigo son hackers aficionados, y durante el viaje han contactado con Nomad, otro hacker al que no conocen que parece tener un gran talento. Nomad les demuestra que puede localizarlos y entrar en sus ordenadores, y ellos, picados, logran obtener una localización física donde creen que podrán encontrarlo en persona. Con alguna dificultad, convencen a Haley de realizar un desvío en el camino para ir al sitio, que termina resultando ser una casucha en medio del desierto de Nevada. Cuando la exploran parece vacía, pero luego algo sucede cuando salen, porque Nic despierta en una instalación aparentemente subterránea sin recordar cómo llegó allí. En la instalación hay gente vestida con trajes de astronauta que parece realizar tareas médicas. A él lo interroga un hombre que se presenta como Damon (Laurence Fishbourne). A cambio no le cuenta casi nada, sólo que podría haber sido la víctima de una EBE (Entidad Biológica Extraterrestre). A partir de este punto es mejor no contar mucho más para no estropear ninguna sorpresa, pero el argumento continúa ofreciendo eventos extraños y de difícil explicación y giros inesperados.

Temáticamente la película me recordó mucho a The Twilight Zone, una historia de ciencia-ficción que va planteando intrigas a cada paso del camino hasta un final en que la mayor parte de ellas quedan resueltas. Su planteamiento me pareció muy bueno, su final no tanto, pero tampoco estropea el resultado final. El argumento está bien, pero está sujeto por completo al efectismo de la parte visual, que es estupenda. Eubank ha realizado una película de cuatro millones de dólares que parece haber costado diez veces más. La fotografía y el diseño de producción son estupendos, así como los efectos especiales. La película no es de acción, pero alguna de las escenas es realmente memorable, digna del mejor James Cameron. En conjunto una película apreciable, entretenida y que tiene la valentía de no ser la típica producción de ciencia-ficción. Puede leerse la crítica completa AQUÍ.

Me hubiera gustado terminar el día y el Festival viendo Tusk, la al parecer incalificable mezcla de terror y comedia de Kevin Smith, pero una indisposición me lo ha impedido. Qué lástima, porque esta película ha levantado bastante polémica por donde ha pasado, cosechando tanto admiradores como detractores acérrimos.

(c) 2014 Jordi Flotats

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Subido por Jordi Flotats con fecha 22/11/2014 07:11:52