Crónica del cuarto día del Festival. Películas vistas: Monsoon Shootout y Machete Kills
Hoy se ha realizado la presentación de Patrick, aunque se proyectara ayer. Tanto el actor Charles Dance como Pino Donaggio, el compositor de su banda sonora, recibieron premios Màquina del Temps del Festival. Aparte de ellos, su director Mark Hartley y la actriz Sharni Vinson han acudido a Sitges a hablar del film. La película es un remake de la cinta de terror de 1978 en la que un paciente en estado vegetativo de un sanatorio con un doctor muy sádico tiene poderes para afectar a su entorno. Una enfermera acabada de contratar se encontrará en medio de ambos.
El director filipino Brillante Mendoza ha presentado en Sitges Possession, su primera incursión en el género de terror. Mendoza ha realizado una crítica de los medios de comunicación a través de una historia de posesiones infernales. Mendoza, que 2009 se llevó el premio al mejor director por Kitanay, ha defendido el realismo en la realización de películas. No he podido ver Possession, pero a juzgar por los comentarios sobre ella que me han llegado, tiene las marcas de fábrica de su director: rodaje realizado cámara en mano, con iluminación natural y ritmo narrativo muy lento.
Hoy se ha presentado Borgman, del holandés Alex Van Warmerdam. El director, guionista y actor ha recibido un premio Màquina del Temps en reconocimiento a su trayectoria.
Yo empiezo el día a las 8:30 en el Auditori viendo Monsoon Shootout, de Amit Kumar (sección Oficial Fantàstic a Competició). Monsoon Shootout es la primera película del director procedente de India Amit Kumar. La cinta, una coproducción entre India, Gran Bretaña y Paises Bajos, es un thriller con aire de cine noir con algo de experimentación narrativa. La película se ambienta en un corrupto Mumbai azotado por el monzón, donde Adi (Vijay Varma), un joven policía que se acaba de incorporar al cuerpo tiene que enfrentarse a una difícil elección. Adi tiene como compañero al veterano Khan (Neeraj Kabi), un policía que prefiere disparar antes que preguntar y luego arreglar las pruebas. Ambos persiguen a Shiva (Nawazuddin Siddiqui), el cruel e implacable ejecutor de un jefe mafioso local. Durante la persecución, Adi lo arrincona en un callejón y durante un momento lo tiene a tiro. Adi, indeciso, no sabe qué hacer, puede disparar, no disparar o intentar detener al criminal. La película examina qué pasaría con la historia si tomara cada una de estas decisiones.
Tal como le dice la madre del protagonista a su hijo, hay tres formas de hacer las cosas: bien, mal y por el camino del medio. La película propone opciones para intentar resolver una situación que tiene mala solución, llegando a distintas conclusiones, ninguna de ellas muy ideal. La película retrata una sociedad corrupta, donde la policía, los políticos y el crimen organizado pactan a conveniencia para conseguir ventajas. Una situación donde un personaje tan íntegro y honrado como el protagonista no tiene más opciones que corromperse en alguna medida o ser destruido.
Monsoon Shootout tiene una realización correcta, con una buena fotografía, una buena ambientación y buenas interpretaciones de sus actores principales. Me gustó mucho lo imaginativo de la propuesta y las diferentes resoluciones de las tres posibilidades. En cambio el final de la película no me convenció en absoluto, pero es un detalle que no me estropeó su visionado. El ritmo narrativo que impone su director es alto, dando la importancia justa a los detalles y a los personajes secundarios.
Termino mi día viendo a las 23 Machete Kills, de Robert Rodriguez (sección Oficial Fantàsic Gales) en un abarrotado Auditori. Robert Rodriguez demostró desde su debut su amor por el cine de serie B y los excesos de topo tipo del explotation. Con Desperado y Abierto hasta el amanecer se forjó su reputación; su éxito le condujeron a lanzarse en brazos del género, con producciones como Planet Terror y el paso a película de uno de los trailers falsos que acompañaban la cinta, Machete. Aunque la actividad más rentable de Rodriguez hasta la fecha ha sido la producción y dirección de la exitosa saga de películas infantiles Spy kids. Ahora el director vuelve a la carga con la continuación de Machete.
Machete, interpretado por el curtido e impasible Danny Trejo, antiguo oficial de policía reconvertido a espía, es reclutado por el presidente de los Estados Unidos (Charlie Sheen, Carlos Estévez en los créditos) para que detenga al revolucionario mexicano Mendez (Demián Bichir). Mendez se propone lanzar un misil a Washington cuyo mecanismo de lanzamiento está implantado en su corazón. Si muere, se lanza el misil. Pero Machete descubre que eso es sólo la punta del iceberg; el peligro auténtico es el billonario fabricante y traficante de armas Luther Voz (Mel Gibson), que conspira para orquestar atentados en varios países y huir al espacio cuando el caos estalle.
A diferencia de la primera parte, un claro homenaje al explotation con visos de comedia, Machete Kills es casi una parodia de una comedia de acción, una especie de versión alucinada y de mal gusto de Austin Powers. O tal como la definió un amigo mío, un Spy Kids para adultos. El propio protagonista pasa de Charles Bronson macarra y mexicano a máquina de luchar invencible (llega a recibir disparos sin inmutarse) que habla de si mismo en tercera persona. La película no tiene un argumento como tal; las escenas se suceden una tras otra, priorizando el gag y la violencia de cartoon a los diálogos o el desarrollo de un argumento.
En el reparto de la película hay muchas caras conocidas; Charlie Sheen da vida a un presidente de los Estados Unidos macara y mujeriego; Lady Gaga, Cuba Gooding, Jr., Antonio Banderas y Walton Goggins interpretan al mismo personaje, un asesino que cambia de cara cada vez que mata; Sofia Vergara da vida a la madame de un burdel de lujo con metralletas en el sujetador; Mel Gibson, el mejor actor con más de dos líneas de guión de la película, hace lo que puede con su villano de opereta; Michelle Rodriguez retoma su personaje de la primera parte.
Machete Kills me pareció divertida a ratos, con algunos gaga buenos y momentos gamberros que me hicieron reír, pero su falta total de argumento hizo que se me hiciera larga. 107 minutos para acabar contando tan poca cosa son demasiados. Y eso que la película empieza con el trailer de su tercera parte, Machete Kills in Space. Creo que esa no la veré.
(c) 2013 Jordi Flotats