MACHETE

Robert Rodriguez continúa en su línea explotation

Robert Rodriguez es un director que siempre ha mostrado su cariño por el cine explotation; desde su debut con El Mariachi y en especial en sus continuaciones ya mostró que en su cine había una veta del género. Su amistad con Quentin Tarantino, cristalizada profesionalmente con Abierto hasta el amanecer y Grindhouse la hizo salir por completo a la superfície. Ahora, con Machete, Rodriguez ha realizado lo que prometía en el tráiler de la película que rodó para Grindhouse: una película de acción desenfrenada, bajo presupuesto, diálogos acartonados, bellísimas mujeres fatales con poca ropa y durísimos y violentos machotes con su propio código de honor (o de villanía, que casi es lo mismo). Pero Rodriguez ha hecho algo de trampa; a esta mezcla y puesta en imágenes le ha añadido buenas dosis de sentido del humor que hacen la mezcla digerible para nuestros estómagos del siglo XXI, logrando un homenaje cariñoso a ese tipo de cine sin hacerlo caer en los terrenos de la parodia.

La película cuenta la historia de un ex-policía federal mexicano, apodado Machete (Danny Trejo) por su amor por esa arma que fue traicionado y casi muerto por el malvado narco Torrez (Steven Seagal), que también asesinó a su mujer e hija. Ahora malvive en los Estados Unidos, donde entró ilegalmente para huir de Torrez. En Tejas el senador John McLaughlin (Robert de Niro) busca la reelección apelando a la expulsión de los inmigrantes ilegales y la construcción de una cerca electrificada entre Tejas y Mexico, apoyando a los violentos vigilantes que cazan a los mexicanos que intentan cruzar, liderados por Von Jackson (Don Johnson). Contrapesando a los vigilantes está la Red, una organización compuesta por todo tipo de gente que se solidariza con los que quieren cruzar, encabezada por la misteriosa Ella (Michelle Rodriguez). Esta organización está siendo seguida de cerca por la agente Sartana Rivera (Jessica Alba) de inmigración. Machete se verá envuelto en esta guerra cuando se le ofrece una gran suma por matar al senador, y tendrá la oportunidad de vengarse.

Por un lado Machete es un ejercicio de estilo, es una película de género que cumple con todas las convenciones; argumento manido que gira alrededor de la venganza y donde el mal recibe un castigo "privado", llevado a cabo por un rudo justiciero (no sale ningún policía en toda la cinta); dosis altísimas de violencia exagerada, mujeres guapísimas y fatalísimas que van a detener delincuentes con tacones de aguja o a la revolución con bikinis de cuero. Incluso con el color y la textura de la imagen se ha buscado una aproximación a esas producciones de los setenta y los ochenta. Por otro lado, tal como comentaba antes Rodriguez homenajea este tipo de cine y a la vez lo actualiza, introduciendo elementos que conducen a un resultado final diferente (y para mi gusto) más satisfactorio.

En primer lugar hay que destacar que Machete tiene sentido del humor, que sin llegar nunca a los terrenos de la parodia, impregna todas las escenas de la película, con algunos gags realmente divertidos y que deja claro al espectador que la película es un divertimento. También hay que destacar el reparto de lujo de la cinta: su protagonista, el rocoso Danny Trejo, encarna perfectamente al héroe, duro, inexpresivo, con su propio código moral y que habla de sí mismo en tercera persona. Pero es en los secundarios donde brilla más el reparto; Robert de Niro realiza uno de sus mejores papeles en los últimos años interpretando a un senador sin escrúpulos de ningún tipo; Jeff Fahey, en el papel de su mano derecha ejecutora también hace un buen trabajo aportando carisma, ambigüedad y sentido del humor; Jessica Alba y Michelle Rodriguez le añaden carisma a su evidente belleza y la interpretación de Steven Seagal de su papel de villano mexicano resulta tan, tan, mala que acaba resultando divertida; también sorprende el retorno a la gran pantalla de Don Johnson, en un papel de villano que la verdad es que le queda muy bien. A los fans de Robert Rodriguez les agradará ver a sus secundarios de siempre, Cheech Marin y Tom Savini, como siempre divertidos en sus papeles.

En el aspecto técnico, la película también tiene una factura mucho más acabada que las cintas que homenajea. El color y el aspecto general busca la semejanza con las cintas de los 70 y los 80, de un modo similar a su anterior producción, Planet Terror. La película tiene un ritmo alto y la acción se sucede sin grandes lagunas; su argumento, aunque deliberadamente manido, está bien plasmado en un guión que combina los diálogos casposos con constantes guiños al espectador, que cuenta cuenta con momentos realmente divertidos y que incluso añade una cierta moralina para denunciar la situación de los inmigrantes mexicanos en Estados Unidos, un tema (por desgracia) de rabiosa actualidad por las leyes del estado de Arizona.

En conjunto disfruté de Machete, no dudo en recomendarla a todos los fans de Robert Rodriguez y del cine de serie B sin complejos; sin duda no les hará reflexionar sobre las grandes cuestiones de la existencia pero es muy probable que les divierta y les entretenga. Conmigo lo consiguió.

(c) 2010 Jordi Flotats