Crónica del Sábado 12/10/2013

2o día. Películas: The Green Inferno, Blind Detective, Space Pirate: Captain Harlock y Magic Magic





Terry Gilliam, uno de los invitados estrella de este año, ha ofrecido una masterclass donde ha hablado de su última película, The Zero Theorem, presentada ayer, como de la producción cinematográfica en general. The Zero Theorem, una cinta distópica que presenta un futuro casi tan negro como el de Brazil, tiene como protagonista a un programador y matemático que busca el sentido de la existencia. Gilliam comentó que las dificultades presupuestarias a las que tuvo que hacer frente le dieron, por contra, libertad total a la hora de rodar. También comentó que la película, aparte de una mirada crítica a la alienación que pueden llegar a provocar el consumismo, las nuevas tecnologías y los lugares de trabajo, tiene muchas posibles interpretaciones.

Se han entregado los premios SGAE Nova Autoria en el espacio Cañateca. El evento está organizado por la Fundación Autor de la Sociedad General de Autores y Editores. Los premios se entregan con la voluntad de promocionar y descubrir a las producciones audiovisuales de alumnos de las escuelas cinematográficas catalanas.

Un año más, los zombis han invadido Sitges en la Sitges Zombie Walk. Afortunadamente este año, a diferencia del pasado que llovió a cántaros, hacía un día espléndido y los participantes han podido ser maquillados sin incidentes desde el mediodía para la procesión de la tarde, tan multitudinaria que casi no se podía andar por las calles del pueblo.

Hoy han estado en Sitges Eli Roth, Nicolás López y Lorenza Izzo presentando The Green Inferno. Roth y López, director y productor, estuvieron ya el año pasado presentando Aftershock, una película rodada y ambientada en Chile que presenta la lucha por la supervivencia de un grupo de amigos tras un intenso terremoto que desencadena el caos. En esa ocasión los papeles estaban invertidos, Roth producía y aparecía como actor y López se ocupaba de la dirección. The Green Inferno, rodada en la selvas de Chile y Perú, es un claro homenaje a cintas de terror italianas como Holocausto Caníbal (1980, Ruggero Deodato) o Caníbal Feroz (1981, Umberto Lenzi) que demuestra que el autor de cintas como Hostel o Cabin Fever no ha perdido su gusto por la sangre. La buena sintonía del equipo de producción ha propiciado que se anuncie una continuación a la película, Beyond The Green Inferno, que será dirigida por Nicolás López.

Yo empiezo el día viendo el pase matinal de The Green Inferno (sección Oficial a Competició) en el Auditori, ya lleno a unas tempranas 10:30 de la mañana. La película cuenta cómo un grupo de quince estudiantes universitarios de Nueva York liderados por el concienciado Alejandro (Ariel Levy) se embarca en una cruzada para salvar una parte de la selva amazónica que amenaza con ser talada en Perú y que constituye el hábitat ancestral de una tribu que hasta hoy ha tenido poco contacto con el resto del mundo. En el grupo están la bella Justine (Lorenza Izzo), enamorada de Alejandro , cuyo padre tiene un cargo bastante importante en las Naciones Unidas. El grupo viaja hasta allí para encadenarse a la maquinaria de tala y retransmitir el evento para atraer la atención de la gente. Cuando vuelven a casa, el avión que los saca de la jungla se estrella y los chicos quedan a merced de la tribu de nativos que venían a rescatar. No sólo no parecen estarles muy agradecidos, sino que además tienen unos hábitos alimentarios poco convencionales.

El inicio de la película ridiculiza sin piedad el ejercicio de vanidad disfrazado de corrección política de los estudiantes, que protestan contra la codicia corporativa retransmitiendo el evento con sus iPhone. A partir del accidente, la acción se centra en los intentos que realizan los estudiantes para huir de los nativos, que, desde que capturan a los supervivientes se dedican a organizar un festín tras otro de carne humana. En esta parte Roth no duda en mostrar grandes cantidades de sangre y carnaza, mostradas de forma efectiva por el gran equipo de maquillaje de la cinta, encabezado por los veteranos Gregory Nicotero y Howard Berger. A diferencia de Holocausto caníbal, que mostraba un viaje al corazón de las tinieblas sin esperanza para los viajeros, The Green Inferno es en el fondo una historia de supervivencia, no exenta de sentido del humor en ningún momento, ni en los más sangrientos. La cinta es entretenida y divertida de ver si al espectador no le molesta la la violencia extrema que la empapa.

Técnicamente la cinta tiene una buena realización. Eli Roth dirige con pulso firme y un ritmo muy bueno. Las localizaciones naturales donde se rodó, estupendas y muy adecuadas para la historia, son realzadas por una buena fotografía. La banda sonora de Manuel Riveiro realza bien la acción. Los actores también están correctos, aunque el argumento no les da mucho trabajo a partir de la segunda mitad de la historia. Aunque desde luego no es para todos los públicos, The Green Inferno es una buena película que hará las delicias de los fans del terror y el gore. Los espectadores con estómagos sensibles mejora que se abstengan de verla.

Me quedo en el Auditori para ver Blind detective (sección Oficial Fantàstic a Competició), de Johnnie To. To era uno de los invitados estrella de esta edición del Festival, pero finalmente tuvo que cancelar su visita por motivos de salud. A sus 58 años To ya se ha ganado el status de leyenda por sus contribuciones al cine de Hong Kong. Sus películas cubren casi todos los géneros posibles y por ellas han pasado todas las estrellas de esa industria. Desde que fundó en 1996 la productora Milkyway junto al escritor, productor, director y colaborador habitual Wai Ka-fai, sus producciones subieron el listón de calidad de una industria conocida por lo reducido de sus costes y la rapidez de sus rodajes. Para Blind Detective ha vuelto a contar, no sólo con Wai Ka-fai (que guioniza y produce), sino también con las superestrellas Andy Lay y Sammi Cheng en la que es su séptima película juntos (cuatro de ellas con To, la última Yesterday Once More en 2004).

Andy Lau da via a Chong, un policía que perdió la vista cuatro años atrás. Desde entonces se gana la vida cobrando recompensas que ofrece la policía por solucionar casos. Sus sentidos restantes se han aguzado, aunque su principal baza es su capacidad de deducción, que sumada a sus recreaciones de la escena del crimen le permiten entender las motivaciones de los perpetradores. Sammi Cheng interpreta a la oficial de policía 'Goldie' Ho. Ho es su reverso, rápida de reacciones y con gran puntería, pero poco amiga del procedimiento deductivo. Cuando conoce a Chong durante un caso le pide su ayuda para resolver un caso que le afecta personalmente; la desaparición, muchos años atrás, de una amiga de adolescencia.

Blind Detective es una mezcla extraña de comedia, acción, romance y misterio. El tono general es de comedia, con un humor entre marciano y simplón con el que me costó mucho conectar, aunque la cinta tiene escenas muy violentas y sangrientas. Su guión es muy confuso, con una historia principal muy tenue (el caso de la antigua amiga desaparecida) y muchas subtramas en forma de casos que van resolviendo. En mi opinión demasiadas, porque la cinta no explica lo suficiente de caso, sólo partes, en general la resolución, que hacen difícil entrar en la película. También dedica una cantidad desproporcionada de tiempo en mostrar cómo comen los personajes, sin que venga demasiado a cuenta en la historia. Eso sí, la comida tiene un aspecto delicioso.

Los actores tampoco me gustaron nada; sobreactúan de forma en ocasiones ridícula, y gritan al menos la mitad de sus líneas de guión. Si esta fuera la primera película de Andy Lau que veo, hubiera pensado que es un mal actor, pero muchos de sus otros trabajos demuestran lo contrario. No me explico por qué les hicieron exagerar tanto sus interpretaciones.

Muy a mi pesar Blind Detective me ha parecido una muy mala película aunque su equipo de producción sea de lujo. Con ese director, ese guionista y esos actores protagonistas parecería que resulta imposible realizar una mala película, pero por desgracia no ha sido así. Es el peor trabajo de Johnnie To en años, una mezcla indigesta de géneros con un guión confuso y un ritmo irregular.

Sin tiempo a asimilar la decepción, continuo en el Auditori para ver Space Pirate: Captain Harlock (sección Oficial Fantàstic Gales), de Shinji Aramaki. La película es una puesta al día de la serie de animación de 1978 que a su turno se basaba en un manga de Leiji Matsumoto. La serie se convirtió en un éxito en alguno de los países a los que se exportó, entre ellos España, un hecho que supongo que ha motivado al estudio que la produjo, Toei Animation, a realizar un remake usando las últimas técnicas de animación y cambiando algo el argumento para que sea más acorde al zeitgeist de la época actual.

La acción se sitúa en un futuro lejano en el que los quinientos mil millones de humanos están dispersos por la galaxia. Sus antepasados fueron exiliados de una Tierra escasa de recursos para tratar de colonizar nuevos mundos. Pero los mundos que encontraron no eran muy adecuados y tenían pocos recursos. Cuando muchos trataron de regresar, estalló una guerra larga y sangrienta que terminó con la corrupta y represiva Coalición Gaia gobernando sobre los supervivientes y protegiendo a la Tierra y manteniéndola despoblada como reserva natural, reverenciada como un símbolo. El Capitán Harlock, un renegado de la pasada guerra, a bordo del crucero de batalla Arcadia mantiene su lucha contra la Coalición y tiene sus propios planes para ayudar a la humanidad. La Coalición quiere eliminarlo, por eso Ezra, el líder de la flota de Gaia, manda a su hermano Logan a infiltrarse en la Arcadia como espía y asesino. Una vez allí Logan verá su lealtad dividida al comprobar que Harlock puede tener razones para su lucha.

Argumentalmente la película tiene poco que ver con el material original. Se mantienen algunos de los personajes de la tripulación de la nave, aunque no se les da demasiada cancha. Los auténticos protagonistas de la película son Logan, Ezra y el triángulo amoroso que forman con la esposa de Ezra; Harlock es casi un personaje secundario en su película. El argumento conecta con las preocupaciones sobre el medio ambiente y el control de información gubernamental del siglo XXI y se aleja de las aventuras de capa y espada con contexto antifascista de la serie original. En principio nada de todo eso me pareció mal, el problema creo que está en el ritmo demasiado lento y moroso que le imprimen a la narración, haciendo algunos fragmentos aburridos. El clímax final, que prometía ser espectacular, es anticlimático y algo decepcionante.

Técnica y visualmente la película es simplemente espectacular. La estética es muy de videojuego, con unos fondos animados de forma increíble y unas texturas ricas y detalladas. Siguiendo la tradición japonesa, los personajes son muy inexpresivos y poco realistas. El diseño de las naves me gustó bastante y sus batallas, realzadas por la más que correcta animación en 3D, me encantaron. Aunque la parte visual está a la altura de las expectativas, la película tiene un ritmo narrativo demasiado lento y un argumento un poco demasiado alambicado. Viéndola en un buen cine en 3D disfruté de la experiencia, si la hubiera visto en televisión me hubiera aburrido bastante.

Termino mi día de cine viendo Magic magic (sección Oficial Fantàstic a Competició), del director chileno afincado en Nueva York Sebastián Silva. Antes de la proyección el Festival ha entregado el premio Nosferatu a la trayectoria profesional al actor Simón Andreu. Andreu, de 72 años y más de 150 películas a sus espaldas, es una de las caras más reconocibles del cine español de los últimos 40 años. Ha trabajado con casi todos los directores españoles más reconocidos y participado en todo tipo de películas de variados géneros. El actor, visiblemente emocionado, tanto por el premio como por la recopilación de imágenes de sus películas que se ha proyectado antes de la entrega, ha defendido la calidad del cine español y el uso del catalán, un tema muy polémico actualmente en las Islas Baleares, su tierra nata.

La protagonista de Magic magic es Alicia (Juno Temple), una joven norteamericana que deja su país por primera vez para visitar a su prima Sarah en Chile. Una vez llega, Sarah la lleva de excursión junto a unos cuatro amigos suyos, incluyendo a Brink (Michael Cera), un extraño y algo sádico estudiante americano de intercambio. Cuando Sarah tiene que irse unos días por motivos profesionales, Alicia se queda tirada en una remota isla con ellos. Desconcertada, asustada e incapaz de dormir, poco a poco va perdiendo contacto con la realidad y entrando en una espiral de paranoia.

Magic Magic es una película extraña, un relato de descenso a la locura visto desde el punto de vista de la persona que está enloqueciendo, algo que hace plantear al espectador cuanto de lo está viendo es la realidad o una manifestación de la enfermedad de la chica. Aunque la historia y la realización tengan un fondo inquietante, la película nunca llega a entrar en el género de terror. Sebastián Silva, que también firma el guión, realiza un trabajo excelente mostrando la química del grupo de amigos, poniendo mucha atención en los pequeños detalles que van acumulándose y contribuyendo a desasosegar a la protagonista; conversaciones en castellano que no entiende, bromas compartidas por el grupo de la que se siente excluida o miradas de impaciencia. El final de la película no me terminó de gustar, aunque es difícil acabar la historia con el mismo tono en que se había desarrollado todo el rato.

La fotografía de la película es excelente y realza los preciosos pero desolados paisajes del distrito lacustre chileno de Lago Ranco. El casting también es muy bueno; Juno Temple, la protagonista absoluta, realiza una interpretación mayúscula, llena de ingenuidad y vulnerabilidad. También me gustó Michael Cera, que da vida a un americano muy integrado en Chile y amante de atraer la atención del grupo que se convierte en la némesis de la inocente chica americana que interpreta cada detalle como una muestra de exclusión.

En conjunto Magic Magic es una buena película, ambiciosa y muy difícil de realizar, una historia que recuerda al Polanski de Repulsión o La semilla del diablo. Pero Polanski es mucho Polanski y aunque el resultado final es apreciable, no está a la altura de sus referentes. Con todo me alegro de haberla visto, es de esas películas que dan mucha conversación tras su visionado.

(c) 2013 Jordi Flotats

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Subido por Jordi Flotats con fecha 21/10/2013 03:48:28