Crónica del quinto día del Festival. Mis películas: Musashi: The Dream of the Last Samurai, Jugando con números, Metropia y Mr. Nobody
A las 21:50 se hace entrega del premio Méliés de Oro, otorgado a la mejor película de género fantástico. Las candidatas son las ganadoras del premio Méliès de Plata que se han ido otorgando en festivales europeos asociados a la Federación de Festivales de Cine Fantástico Europeo (EFFFF). Desde el año 2008, Sitges se ha convertido en sede permanente de la entrega de este premio. Este año el jurado está formado por Antje Mönning, Tim League y Toni Mesa. El premio de 2008 ha ido a parar a la película francesa Martyrs de Pascal Laugier, que ya levantó numerosos comentarios en la edición pasada del Festival de Sitges por su escalofriante violencia y donde consiguió el Méliès de Plata. El premio al mejor cortometraje ha sido otorgado a Cold and Dry de Kristoffer Joner. Las otras películas nominadas eran Sauna (Méliès de Plata en el Festival de Cine Fantástico de Bruselas), Mum and dad (Plata en el Festival de Leeds), Butterfly zone (Plata en el Fantafestival de Roma), Absurdistán (Plata en Fantasporto de Oporto), 3 días (Plata en el Festival de Amsterdam), Linkeroever (Plata en el Festival de Neuchâtel), Moon (Plata en el Festival de Espoo) y Panique au village (Plata en el Festival de Lund). El premio fue entregado por el director general de Cinematografía, Ignasi Guardans. En la misma gala se ha entregado el premio honorífico Maria al director y productor Antonio Isasi-Isasmendi.
Se presenta Bronson del danés Nicolas Winding Refn, que también presenta en este Festival Valhalla Rising. Bronson es un biopic sobre Michael Peterson, uno de los presos más violentos de las cárceles británicas, que ha pasado 30 de los 34 años de su condena en celdas de aislamiento. A su propia brutalidad se contrapone la del sistema penitenciario, pero a pesar de ello tambien ha sido capaz de publicar varios libros de poesía y de entrenamiento personal. Winding Refn ha confeccionado un curioso cóctel, al parecer narrado con viveza e intentando hacer un estudio sobre la violencia más que juicios de valor. El director ha manifestado que intenta utilizar esa violencia para provocar la reflexión del público. De Valhalla Rising ha comentado que su protagonista es un personaje parecido al Snake Plissken de 1997: Rescate en Nueva York pero situado en los escenarios típicos del cine de Andrei Tarkovsky.
Se ha presentado en sesión especial la película española The Frost, una adaptación de la obra El niño Eyolf de Hernik Ibsen, rodada en Noruega. Para presentarla han acudido parte del equipo de la película, entre ellos su director Ferran Audí y Aitana Sánchez-Gijón, su protagonista. Audí ha declarado que eligió esta obra de Ibsen por su modernidad a pesar de tener más de cien años y por la forma que cuestiona nuestra forma de amar explicando la historia de unos padres que pierden a un hijo que no amaban. Tambiñen ha comentado que en la forma de narración de la cinta se mezcla el sueño con la vigilia intentando emular la forma de la obra original, una fábula nórdica para adultos donde se utiliza el realismo mágico. Aitana Sánchez-Gijón comentó que lo que le había atraido inicialmente de su papel era que era el de una madre que no amaba a su hijo, un aparente contrasentido que le suponía un reto interpretativo.
En la entrega del premio Méliès de Oro se han proyectado la películas Les derniers jours du monde de los hermanos franceses Jean-Marie y Arnaud Larrieu y Cargo del suizo Ivan Engler. Los Larrieu, responsables de una cinta que sucede en pleno apocalipsis, declararon que para romper los tópicos de este tipo de películas, el protagonista de su película no se preocupa por lo que está pasando a su alrededor. También comentaron su intención de rodar con el máximo naturalismo posible, incluidas escenas grabadas en unos sanfermines. Engler comentó las dificultades de rodar una película ambientada en el espacio con muy poco presupuesto y con una persona encargada de muchas de las labores. Al parecer emplearon ocho años para terminar la película.
Empiezo mi día cinematográfico con Musashi: The Dream of the Last Samurai, un anime producido por el potente estudio Production I.G., dirigida por Mizuho Nishikubo y con un guión de Mamoru Oshii. La película cuenta en clave de documental la historia del legandario samurai japonés Musashi Miyamoto (1584-1645), intentando aportar claves para entender su vida, la de un guerrero en tiempos de paz, vencedor en innumerables duelos y un maestro de la espada que recogió su experiencia en el libro El libro de los cinco anillos. También relata con cierta extensión las tácticas militares japonesas de la época y sus estilo de lucha contrapuesto al practicado en Europa. La película tiene partes en 2D, bellamente ilustradas, que relatan duelos particulares o batallas donde participó Musashi y partes en 3D de estilo caricaturesco donde un particular profesor y su asistenta explican la historia, llenas de un humor algo cargante a ratos. Musashi: The Dream of the Last Samurai es un buen (aunque curioso) documental, con una muy buena banda sonora, datos interesantes y bellas escenas en 2D. Merece la pena darle una oportunidad.
Antes de ver Metropia en el Auditori, los responsables de la dirección y el guión del corto español Jugando con números, Jordi Pastor y Miguel Ángel Barral presentaron su obra, gestada al parecer durante otra edición del Festival. El corto, rodado en los parajes desolados de los Monegros, presenta una idea interesante que especula con la nanotecnología y sobretodo con la naturaleza de la realidad; el problema es que la desarrolla poco, el corto es todo planteamiento, carece de desenlace como tal.
Después del corto se proyecta Metropia, de Tarik Saleh, una de las películas que esperaba con más expectación. Metropia es una película sueca de animación que presenta un mundo futuro completamente distópico, en que la crisis económica y energética han convertido Europa en un lugar sombrío y mucho más pobre. Una gigantesca red de metro controlada por una megacompañía privada conecta todo el continente para facilitar la movilidad laboral a sus ciudadanos. Roger, su protagonista empieza a notar cosas raras y a oir voces mientras viaja en el metro; cuando empieza a investigar descubrirá una gigantesca conspiración para dominar física y mentalmente a la población.
El estilo de animación de Metropia es particularísimo, la animación está generada por ordenador utilizando tratamiento de fotografías de gente de la calle (a excepción del actor Alexander Skarsgard, que cedió su rostro al personaje al que pone voz) y aplicando una curiosa distorsión a las figuras y los caras. Las texturas son detalladísimas, especialmente de la piel y el pelo, los colores, muy de acuerdo con el tema, son escalas de grises y azules para dar el conveniente aire de decadencia a los escenarios.
Como aspectos positivos de la película deben señalarse su interesante idea de ambientación, su originalísimo aspecto visual y el gran nivel de competencia de los actores que aportaron las voces a los personajes (Vincent Gallo, Udo Kier, Juliette Lewis y Stellan y Alexander Skarsgard). Por desgracia Metropia está lastrada por algunos problemas importantes; en primer lugar el estilo de animación provoca que los movimientos de los personajes sean lentos y envarados y sus rostros muy inexpresivos, empeorado por su escasa definición y lo absurdo de alguna de sus reacciones; en segundo lugar la trama es muy escasa y previsible; a un buen escenario y buen planteamiento no se le ha sumado una buena historia ni buenos personajes.
En conjunto Metropia es una película interesante por su novedoso aspecto y planteamiento, pero me decepcionó su guión y debo confesar que a pesar de su brevedad en algunos momentos me aburrí bastante.
Después de Metropia entro a ver Mr. Nobody, del belga Jaco Van Dormael. Van Dormael llevaba ya casi diez años sin dirigir una película, lo que resulta una auténtica lástima, porque su último trabajo es para mí una de las películas de este Festival y probablemente de este año. Mr. Nobody es una fábula de ciencia-ficción, llena de poesía, humanidad, reflexión y humor. La historia cuenta las vidas posibles de un hombre ancianísimo a las puertas de la muerte, Nemo Nobody (un magnífico Jared Leto), en un futuro en que casi todo el mundo puede acceder a un tratamiento para detener el envecimiento. Nobody va contando sus distintas posibles vidas (y muertes) que resultaron de las decisiones importantes (o no tanto) que tuvo que tomar y de circunstancias accidentales que le sucediero. De esta forma Mr. Nobody son muchas películas en una, ya que su protagonista se transforma, hasta cierto punto, en varios personajes cuyas vidas son muy dispares.
Mr. Nobody cuenta con un guión espléndido, un auténtico mecanismo de relojería, que combina la poesía con una muy buena construcción de personajes; la especulación filosófica con un (y de hecho varios) argumentos sólidos; el humor con la ternura y también con la crueldad de la realidad cotidiana. En el apartado técnico la película también sobresale, logrando que identifiquemos las distintas tramas de un vistazo sólo con sutiles cambios en su aspecto visual.
Los actores, especialmente Jared Leto, están inspiradísimos; logran sacar matices muy distintos a sus personajes en cada realidad alternativa sin olvidar que básicamente están interpretando a la misma persona con vivencias distintas. Vayan a ver Mr. Nobody, merece mucho la pena.
(c) 2009 Jordi Flotats