Crónica del Sábado 8/10/2010

Tercer día del Festival. Mis películas: Mientras duermes, Hell, Attack The Block y The Divide






Como es costumbre en los últimos años, la saga Crepúsculo hace su aparición en Sitges, y con ella el fenómeno fan que arrastra. Sin duda, las novelas de Stephanie Meyer y las adaptaciones cinematográficas correspondientes han cosechado un éxito increíble entre el público adolescente, especialmente femenino. En esta ocasión, el Festival invitó al actor Booboo Jackson, que encarna a un hombre lobo, y a la guionista Melissa Rosenberg para hablar de la nueva película de la serie, Crepúsculo: Amanecer (Parte I) y presidir el pase del tráiler en castellano y alguna escena de la cinta. Como en otras ocasiones, la asistencia fue masiva, con multitud de adolescentes apostados en el Auditori durante horas (cuentan que algunos más de dieciséis) para poder ver más de cerca a sus ídolos. Melissa Rosenberg comentó al público la dificultad de pasar a imágenes las novelas de la saga sin traicionar su esencia, mientras que Booboo Jackson, tras saludar en castellano al respetable y recibir una lluvia de piropos, deleitó a sus fans con una pirueta de artes marciales.

Hoy se presenta en Sitges el último trabajo de Jaume Balagueró, Mientras duermes, con la presencia del director y los actores protagonistas en Sitges. Balagueró comentó que lo que le atrajo del proyecto era el hecho de que no fuera una cinta de terror sino un thriller basado en elementos cotidianos, en el que el malvado es el protagonista con el que, de alguna forma, el público acaba conectando. Precisamente las escenas en las que está a punto de ser atrapado, sin hacer avanzar la trama, hacen que el espectador empatice más con él. Según Balagueró, uno de los temas centrales de la película a la hora de incomodar al espectador es mostrar los potencialmente devastadores efectos de la falta de intimidad, mostrados en el control que tiene el protagonista sobre las vidas de los demás a través de detalles nimios pero muy personales. El director comentó que a pesar no haber escrito el guion de la cinta (es la primera película suya en que no consta como guionista), colaboró de forma muy estrecha con Alberto Marini, que acabó realizando también una novela sobre el mismo tema, pero tratado de forma más lenta y contemplativa. Balagueró, que ha recicibido el premio Màquina del Temps del Festival en el pase nocturno de su película, ha agradecido mucho el gesto al Festival, del que se ha declarado fan desde niño, cuando ahorraba todo el año para comprar el abono para el cine Prado. También ha recordado a su familia, al productor Julio Fernández y al director Paco Plaza, con el que codirigió REC.

El Festival ha entregado el Premio Nosferatu a Luigi Cozzi por toda su dilatada trayectoria profesional. Nacido en 1947, inició su trayectoria en el cine tras llamar la atención de Dario Argento con un film de ciencia-ficción casi de aficionado. Argento le permitió iniciarse como guionista y asistente de dirección. En 1975 dirige su primera película  L'assassino è costretto ad uccidere ancora, cuyo éxito le permite dirigir cintas de mayor presupuesto, como la célebre Starcrash (1979), Contamination (1980) y, muy especialmente, su díptico Ercole (1983) y Le avventure dell'incredibile Ercole (1985), protagonizadas por el culturista estadounidense Lou Ferrigno. Aparte de su fama como director de explotation, Cozzi se ha caracterizado también por la labor divulgativa del cine de género, publicando varios libros y dirigiendo algunos documentales. Precisamente en este festival presenta Roma fantastica, un documental que trata sobre la edad de oro del cine fantástico italiano. Según Cozzi, el género fantástico en su país ha sido siempre minoritario porque la gente no tiene interés en él, prefiriendo la comedia; ni siquiera películas como E.T. o Star Wars llegaron a encabezar la taquilla cuando se estrenaron. Por este motivo, lógicamente los productores prefieren gastar menos (la comedia es más barata) para recaudar más. Cozzi comentó que abandonó el género fantástico en 1989, tras dirigir Il gatto nero, básicamente porque el negocio del cine en su país estaba cambiando, haciendo aún más difícil conseguir financiación para rodar.

Por onceavo año consecutivo, el Instituto Buñuel de la Fundación Autor junto con el Festival Internacional de Cinema Fantàstic de Catalunya han convocado los premios Nova Autoria, creados para promover y ayudar a difundir las nuevas producciones audiovisuales elaboradas por los alumnos de las escuelas de cine de Cataluña. Los Premios Nova Autoria de este año han sido otorgados a los alumnos de la Universitat Ramon Llull-Blanquerna, la Universitat Autònoma de Barcelona, la Universitat Pompeu Fabra, la Universitat Oberta de Catalunya y la escuela de cine Bande à Part. El jurado de los Premios Nova Autoria 2011, integrado por Arnau Bataller, compositor; Sílvia Munt, directora, realizadora, guionista y actriz, y Maria Ripoll, directora, realizadora y guionista, decidió otorgar el premio Nova Autoria 2011 a la mejor dirección-realización a La gota, presentado por la Universitat Ramon Llull-Blanquerna, trabajo del cual son autores Daniel Piera y Beatriz Escolar; el premio Nova Autoria 2011 al mejor guión ex aequo a Camille, presentado por la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), del cual es autora Carme Puche, y a Ejercicio, presentado por la escuela de cine Bande à Part, del cual es autor Raúl Pérez; y el premio Nova Autoria 2011 a la mejor música original a Chroma, presentado por la Universitat Pompeu Fabra, de la cual es autor Juan Andrés González. Así mismo, el jurado decidió otorgar una Mención Especial por el interés del trabajo documental a Me llamo Peng, presentado por la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB), del cual son autores Jahel Guerra y Victoria Molina de Carranza.También decidió otorgar una segunda Mención Especial por el interés del trabajo de animación a Desde el averno, presentado por la Escuela de Animación de Cataluña, 9 Ceros, del cual son autores Raúl García, Núria Argemí, Mariona Consuegra, Saúl Darú, Maria Moreira, Clara Vallvé y Bernat Vilaseca.

A unas tempranísimas 8:30 empiezo mi día peliculero en el Auditori con Mientras duermes, el último trabajo de Jaume Balagueró. La sesión contó con una gran afluencia de público, llenando más de la mitad de la sala a pesar de la hora, una muestra clara del tirón de la película y del propio Festival. Con Mientras duermes, Balagueró ha contado la historia de César (Luis Tosar), un conserje en un edificio del Eixample barcelonés. César es una persona infeliz, depresiva, que sólo se consuela con la desdicha ajena; desdicha que su posición le permite administrar sutilmente a los inquilinos de la finca. Él conoce los más sutiles detalles de sus vidas y dispone de copias de las llaves de sus pisos, mientras que él para ellos es un ser prácticamente invisible, parte del mobiliario. Pero su reto y su obsesión es Clara (Marta Etura), una inquilina cuyo novio está fuera de la ciudad que posee un optimismo y una visión positiva del mundo aparentemente inquebrantables.

Con Mientras duermes Balagueró ha firmado la que es en mi opinión su mejor película; una cinta centrada en un personaje monstruoso, confinada en unos escenarios muy concretos, los mismos que componen su pequeño mundo: una portería, su piso en el sótano, la habitación de hospital donde visita a su anciana madre y el piso de Clara. La cinta transmite malas vibraciones desde el principio, mostrando cómo puede causarse dolor con pequeñas cosas, para ir escalando progresivamente hasta su estremecedor final. Luis Tosar vuelve a brillar con un personaje torturado, un monstruo lo suficientemente humano como para que a ratos incluso pueda empatizarse con él, un ser infeliz y cruel, capaz de tener una cara amable que engaña a casi todo el mundo. La película me ha parecido soberbia, llena de un terror cotidiano, terrenal y plausible mucho más terrorífico  que el de REC. Quizá lo único que le he echado de menos es algo más de desarrollo de alguno de los interesantes personajes secundarios.

Continuo en el Auditori yendo a ver Hell a las 14:00, que ha contado con la presencia de Tim Fehlbaum, su director, encantado de poder presentar su primer trabajo en una sala llena y que ha remarcado que la palabra "hell" significa "luz" en alemán, un juego de palabras muy pertinente una vez vista la película. Antes se ha proyectado el corto Estomago, de Camille Achour y Jean Thomas Seite, sobre un hombre encerrado en un gran hotel donde se cuelan horribles seres en un ambiente de pesadilla; la verdad es que me pareció que dejaba bastante que desear en el aspecto técnico y tenía poco que contar en el aspecto temático. Hell se sitúa en un futuro cercano, en el que ha cambiado la naturaleza de la radiación solar, aumentando más de diez grados la temperatura del planeta. Se han secado la mayor parte de los cursos de agua y las plantas y los animales han muerto, siendo imposible estar mucho rato al sol sin protección. Lógicamente, la civilización se ha venido abajo, los escasos supervivientes malviven rapiñando los restos de los supermercados y demás depósitos de suministros. La película está protagonizada por un grupo formado por Marie (Hannah Herzsprung), su hermana menor Leonie (Lisa Vicari) y Philip (Lars Eidinger), novio de la primera. Viajan en un viejo coche en dirección a las montañas, con la esperanza de encontrar allí alguna fuente de agua que les permita sobrevivir. Pero el camino no será fácil.

Hell es una película muy bien realizada que cuenta con una fotografía impactante, iluminada con una luz brillantísima y saturadora en las escenas diurnas y buenos claroscuros para los interiores y las escenas de noche. Los actores también realizan un buen trabajo, especialmente Hannah Herzsprung, que demuestra tener registros distintos a lo largo del film a medida que va tomando un papel más activo en lo que sucede. Su punto más flojo me pareció el guion, dividido en dos mitades demasiado diferenciadas que no acaba de definir qué tipo de película estamos viendo y con algún personaje cuyo propósito en la trama no queda muy claro. La primera parte se centra en el drama de la supervivencia en un mundo seco, mientras que la segunda es más propia de una película de horror. Curiosamente, aunque me interesó más el planteamiento inicial, encontré mucho más entretenida la segunda mitad de la cinta, rodada con más brío y energía. De todas maneras me pareció una película bastante correcta y divertida de ver, un buen debut para Tim Fehlbaum, que ha demostrado suficientes dotes en la dirección como para esperar cosas aún más interesantes de sus siguientes trabajos.

A las 16:20 asisto a la rueda de prensa de The Divide, a la que asistieron su director Xavier Gens y los actores Michael Biehn, Jennifer Blanc y Iván González. Xavier Gens empezó comentando que cuando recibió el primer guion de la película no le convenció mucho porque era una slasher-movie con ocho personajes encerrados en un sótano que se dedicaban a matarse entre sí. Sólo aceptó realizarla si se reescribía la historia, introduciendo más elementos personales. En seis meses se escribió por completo el guion, manteniendo algunos personajes pero elaborando de nuevo la historia. Tras buscar localizaciones se decidió rodar en Winnipeg, Canadá, en los mismos estudios donde se rodó Moon. Justo antes de empezar, con los decorados ya construidos, la compañía de seguros que proporcionaba la financiación se echó atrás por tener un calendario de rodaje demasiado ajustado. El proyecto pudo continuar gracias a que uno de los meritorios de producción, que estaba realizando un trabajo de verano para la película, consiguió que sus padres pusieran dos millones de dólares.

Michael Biehn comentó que por primera vez los 35 años que lleva como actor, el director le dio la libertad para crear un personaje, pudiendo cambiar elementos del guion; también por primera vez pudo realizar un rodaje secuencialmente, rodando las escenas en el mismo orden en que luego aparecen en la película, permitiendo mostrar así cómo los actores iban perdiendo peso y les iba creciendo la barba. Valoró en gran manera la forma en que Xavier Gens les permitió reinterpretar el guion, cambiar sus personajes e incluso improvisar muchas escenas sobre un marco común, haciendo que los actores entraran muchísimo en sus papeles y logrando un ambiente de rabia y ansiedad muy conveniente para el tema de la película. De su personaje comentó que evolucionó del "malo", del antagonista a un papel más ambiguo al final de la película. Por todos estos motivos, Biehn valoró su experiencia en esta película como una de las más interesantes de su carrera. Jennifer Blanc comentó que participó en la película de forma muy tangencial; en una visita que realizó a su marido, Xavier Gens, viendo la fantástica relación que tenían, incorporó una escena haciendo que su foto apareciera como la esposa fallecida del personaje de Biehn.

Iván González, preguntado sobre la debilidad de su personaje, comentó que precisamente esa debilidad era lo más difícil, ya que tenía que hacer que su personaje no mostrara la ira en ningún momento. También recalcó la tensión que había en el set de rodaje, y cómo intentaba evadirse un poco de ella para concentrarse en hacer que su personaje siempre buscara la solución razonable, pero siempre definido por el miedo y los celos. Del tema de la película destacó como mostraba hasta que punto se puede deshumanizar el ser humano cuando se le somete a determinadas condiciones, llegando a perder toda referencia moral.

Xavier Gens, preguntado por la relación de la película con los sucesos del 11-S, comentó que la relación está en el personaje de Michael Biehn, retratado como un superviviente de los sucesos con síndrome de estrés post-traumático. Michael Biehn comentó que muchas veces en las películas hay escenas especialmente queridas por los actores por lo bien que quedan o por lo mucho que definen a su personaje que quedan fuera del montaje final; mencionó una suya en Terminator y otra de Sigourney Weaver en Aliens. Para The Divide se rodó una escena que mostraba cómo su personaje, un bombero superviviente del 11-S que había perdido a su familia estaba afectado de PSD, empezaba a beber, perdía su empleo y se iba volviendo paranoico. La escena definía del todo a su personaje, pero quedó fuera del montaje final, pero ayudó a la película de todas maneras porque le ayudaba a él a interpretar mejor al personaje y darle los matices correctos. Con buen humor, comentó que incluso podría ser que Gens hubiera rodado la escena sabiendo de antemano que no iría en la película.

Sobre la factura técnica, Xavier Gens comentó que buscó un diseño de sótano muy específico, suficientemente grande y con suficientes rincones como para hacer la filmación variada y permitir a los personajes interactuar por separado; buscando un diseño que siguiera las pautas estéticas de la Alemania nazi, entroncando con el tema de la película. El sótano final se diseñó de forma muy parecida a uno de Frankfurt, construido durante el periodo nazi. La iluminación se cuidó mucho también, haciendo que cada habitación tuviera su propia luz; también se cuidó que al principio la luz fuera evolucionando desde colores fríos (verdes, azules) a colores más primarios (rojos, ceniza) para ir enfatizando cómo los personajes pasaban de la civilización a la barbarie. Preguntado sobre el final de la película y sobre lo que pueda ocurrir fuera del sótano, Gens comentó que, aunque él sabía qué es lo que pasaba, optó por mostrar sólo lo que veían los personajes.

A las 18:00 voy al Auditori a ver Attack the Block de Joe Cornish. Cornish, presente en la sala para presentarla al público, comentó que desde crío era fan de películas de extraterrestres tipo E.T. o Encuentros en la tercera fase, pero que siempre se había preguntado por qué los aliens siempre aterrizaban en Estados Unidos, en el patio de atrás de alguna encantadora familia de clase media-alta. Con Attack the Block quiso plantear el mismo tema pero haciendo que aterrizaran en un suburbio pobre londinense más parecido al barrio donde creció. Según el director, su cinta puede definirse como un cruce entre 8 Millas y Super 8. También quiso destacar el excelente trabajo de los jóvenes actores que la protagonizan.

Attack the Block transcurre durante toda una noche en un suburbio de Londres. Allí, la enfermera Sam (Jodie Whittaker) es atracada por un grupo de adolescentes a punta de navaja mientras vuelve a su piso después del trabajo. En medio del robo, algo cae sobre un coche y los distrae, resultando ser algo vivo, que los chavales se apresuran a perseguir e intentar atrapar. Pero cuando empiezan a caer más y con muy malas pulgas, las cosas se irán poniendo feas, estableciéndose un juego del gato y el ratón en un gigantesco edificio de apartamentos entre los chicos, los aliens, la policía y los traficantes locales.

Attack the Block combina con total eficacia la comedia y la acción desenfadada. La película tiene un ritmo muy alto y un guion muy ingenioso, retratando con naturalidad a unos chavales al borde de la delincuencia juvenil (un poco al estilo de la serie Misfits), mezclando con mucho tino las escenas de comedia pura y dura con las persecuciones y luchas con unos aliens que tienen bastante más malas intenciones que el buenazo de E.T.. Los actores realizan un gran trabajo, estoy completamente de acuerdo con el director en que los jóvenes están completamente naturales, especialmente John Boyega, que demuestra además un gran carisma; los secundan a la perfección veteranos de la comedia como Nick Frost. Merece mención la banda sonora de Steven Price, una mezcla de hip-hop y electrónica que va como anillo al dedo a los entornos que se retratan. La película está muy bien realizada y no tiene más pretensiones que las de divertir. Y desde luego conmigo lo consiguió, no dudo en recomendarla a todo el mundo.

A las 22:45 termino mi día de películas viendo The Divide, de Xavier Gens en el cine Retiro. La proyección fue presentada por el director, Michael Biehn y su esposa Jennifer Blanc, que volvieron a destacar la libertad otorgada a los actores durante el rodaje y lo sencillo que resultó ir haciendo crecer la tensión por haber rodado las escenas de la película en orden cronológico. The Divide empieza con una explosión atómica en plena ciudad de Nueva York; allí, los habitantes de un bloque de pisos huyen de sus casas escaleras abajo, pero la calle está impracticable; sólo sobreviven algunos de los que bajan escaleras abajo y logran colarse a un sótano antes que su propietario cierre la puerta blindada. Mickey (Michael Biehn) es un hombre solitario y arisco, un supervivencialista que tenía más o menos preparada esa eventualidad; su sótano tiene puerta blindada, suministro eléctrico propio y gran cantidad de comida y bebida acumuladas. No le hace ni pizca de gracia tener que compartirlo, pero como una de sus premisas es no volver a abrir la puerta en mucho tiempo se tiene que resignar a ello. Eso sí, impone al grupo una serie de normas: no abrir la puerta, no meterse en su habitación y no cuestionar sus decisiones. Poco a poco la tensión irá creciendo en el grupo, más cuando un suceso inesperado les convencerá que el rescate no será inminente.

The Divide es una película tensa, claustrofóbica y muy pesimista respecto al egoísmo y a la barbarie que muchos de nosotros tenemos bajo la superficie, listos para aflorar cuando sucede una situación extrema como la que se plantea. En pocos días, un grupo de gente normal, sometido a estas condiciones, no tarda en romperse, degenerando en actitudes serviles, de abuso o extremo egoísmo. Los actores realizan un trabajo soberbio, llevando el peso de la historia, todos y cada uno de ellos realiza un papel que va de lo correcto a lo brillante. Destacan Michael Biehn, que logra humanizar y dar carne y huesos a un personaje algo típico al principio; Milo Ventimiglia y Michael Eklund, que pasan de personas más o menos correctas a terribles abusadores; Rosanna Arquette, que interpreta a una madre devastada por la pérdida que pierde el norte por completo; Lauren German, una chica que intenta mantener su humanidad y dignidad a toda costa y Iván González, su asustadizo novio, dominado por completo por el miedo. La realización de Xavier Gens es impecable, con una magnífica fotografía y un montaje que logran no aburrir en ningún momento. Aparte de algunos (disculpables) agujeros en el guion y una secuencia muy importante cuya interpretación se deja al espectador, la película me pareció muy buena en conjunto y por desgracia muy plausible en su planteamiento.

(c) 2011 Jordi Flotats

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Subido por Jordi Flotats con fecha 18/10/2011 14:25:34