Crónica del quinto día del Festival de Sitges. Películas vistas: Speak no Evil, Emergency Declaration, Something in the Dirt
Después de su pase ayer en un Auditori abarrotado, hoy se ha realizado la rueda de prensa de presentación de Unicorn Wars, segunda cinta de animación de Alberto Vázquez tras Psiconautas. El director ha afirmado que el coctel de referencias que manejó para la película incluye obras tan dispares como Bambi, Apocalypse Now y la Biblia, además de maestros del anime japonés como Hayao Miyazaki o Masaaki Yuasa, premio Máquina del Tiempo de esta edición. Asimismo, ha tenido ocasión de explicar el por qué de su interés por los temas que se plantean: “Además de sobre la guerra externa, esta película también va sobre el trauma, sobre la perdida de la inocencia. Yo no tengo hermanos, pero sí es curioso como dos hermanos que nacen y viven en un mismo entorno social pueden ser completamente diferentes y antagónicos. Al mismo tiempo, me interesaba reflejar la relación de dependencia, y algunas preguntas como cuál es el origen del mal. ¿El mal nace o se hace? Era una de las premisas de la peli.”
Hoy se ha realizado el el estreno europeo de la película española , un thriller de venganza dirigido por Sadrac González-Perellón. El director ha comparecido ante los medios de comunicación a media mañana acompañado del reparto de la película, compuesto por Asier Etxeandia, Silvia Abascal, Ivan Massagué y las jovencísimas Jana San Antonio y Blanca Valletbò.
Yo empiezo el día en el Auditori viendo la cinta danesa Speak no Evil, de Christian Tafdrup. El director ha estado en la sala junto a su hermano Mads, guionista de la película y el productor Jakob Jarek. Tafdrup ha comentado que escribieron la película con su hermano durante la pandemia y que su voluntad fue crear una historia de terror que impactara al espectador. En Speak no Evil dos familias, una danesa formanda por Bjorn (Morten Burian), Louise (Sidsel Siem Koch) y su hija Agnes (Liva Fornsberg) y otra holandesa formada por Patrick (Fedja van Huet), Karin (Karina Smulders) y hijo Abel (Marius Damslev) se conocen en unas vacaciones en la Toscana y hacen buenas migas. Ya de regreso a sus respectivas casas, la familia danesa es invitada por la otra a pasar unos días en su casa situada en el campo holandés. Pero una vez allí los holandeses demuestran ser una familia muy rara, mientras que los super-educados daneses intentan no caer en el conflicto a pesar de las crecientes microagresiones.
Speak no Evil es una película cuya trama va cociéndose a fuego lento; la historia se centra más en la pareja danesa, muy bien interpretada por Morten Burian y Sidsel Siem Koch. Son personas educadísimas, políticamente correctas, temerosas de meter la pata y que para nada quieren hacer sentir mal a sus anfitriones. Para ello están dispuestos a tolerar que les den carne a pesar de ser vegetarianos, ir en un coche con el conductor borracho y otras lindezas a las que son sometidos. La película pasa la mayor parte de su metraje explorando hasta que punto piensan aguantar a unos anfitriones cuya grosería y extrañeza crece por momentos. Christian Tafdrup rueda con contención una historia que culmina en un climax muy divisivo. Personalmente creo que el guion justifica muy poco el final de la historia, que me pareció artificioso y nada realista. Todo el buen trabajo de los dos primeros tercios se echa por la borda en 15 minutos que parecen pertenecer a otra película. Con todo, Speak no Evil tiene muy buenos valores de producción y está muy bien rodada e interpretada. Lástima de final.
Continuo por la tarde viendo la cinta surcoreana Emergency Declaration, de Han Jae-Rim. Un vuelo comercial sale de Incheon, en Corea del Sur con rumbo a Honolulu, Hawaii. El vuelo es secuestrado por Jin-seok (Yim Si-wan), un biólogo descontento que libera un virus mortal en el avión. A medida que el virus se expande, los pasajeros y la tripulación caen en el pánico y viejas historias se airean, como la animadversión que el copiloto (Kim Nam-gil) siente por un ex aviador (Lee Byung-hun) que viaja con su hija en el avión. En tierra, un sargento de la policía (Song Kang-ho) cuya esposa está en el avión, busca desesperadamente una antiviral que pueda salvarle la vida.
Emergency Declaration es una película con un reparto coral formado por alguno de los actores más reconocibles de Corea del Sur. Su mezcla de thriller con cine de catástrofes y gran presupuesto recuerda un poco a producciones tipo Aeropuerto 77. La película está muy bien rodada y nos propone imágenes potentes, una trama con buen ritmo narrativo y muy buenos actores. Eso sí, también nos da sentimentalismo de lágrima fácil y abundante, absurdas coincidencias, trama inverosímil y exageradas emociones a flor de piel. Si se es un espectador difícil para el melodrama como yo alguna parte de la película se siente casi como de comedia por lo exagerado. Este punto, junto con la buena factura técnica hizo que pasara un rato entretenido, y probablemente gustará a los amantes del cine de catástrofe, pero en mi opinión su guion hace que el conjunto sea flojísimo.
Termino el día en la Sala Tramuntana viendo Something in the Dirt, de Justin Benson y Aaron Moorhead. Levi (Justin Benson) es un camarero que está planeando dejar Los Angeles para siempre, pero antes se instala en un destartalado apartamento sin muebles para acabar de arreglar sus asuntos. Allí conoce a su vecino John (Aaron Moorhead) y rápidamente traban amistad. Ambos alucinan cuando descubren que en el piso de Levi suceden fenómenos gravitacionales aparentemente imposibles. Tras pensarlo un poco deciden realizar un documental sobre los fenómenos sobrenaturales para poderlo vender.
Justin Benson y Aaron Moorhead son un dúo de cineastas que siempre se ha movido con presupuestos ajustados para sus producciones, pero esta Something in the Dirt, escrita, dirigida, interpretada y fotografiada por ellos mismos, se lleva la palma. La película parece alternar la forma de documental falso, intercalando testimonios de "expertos" o de los propios protagonistas con una narración de los fenómenos que supuestamente están observando. Los directores realizan un buen trabajo actoral, creando a dos personajes muy distintos; uno muy castigado por la vida, probablemente toxicómano y con un pasado oscuro a cuestas y el otro un amante de las conspiraciones con un trasfondo religioso inquietante. Toda la película está repleta de diálogo entre ambos discutiendo las diversas teorías para explicar los fenómenos extraños. Las teorías están básicamente compuestas por coincidencias ligadas con datos aleatorios que no parecen llevar a ningún sitio.
Precisamente esto último me sacó de la película, porque los personajes plantean muchas posibles explicaciones pero la historia no se resuelve. El conjunto de la película resulta poco coherente y los diálogos son bastante cargantes. Lo cual me parece una lástima porque la película aprovecha al máximo los menguados recursos de la producción. Es posible que guste a los amantes del cine indie y de las conspiraciones.
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