EL HOMBRE DEL NORTE

Robert Eggers, un director con una visión muy personal de las historias que cuenta, vuelve al cine con una película en la que decide aproximarse al mundo de los vikingos. Por un lado ha intentado ser lo más fiel posible a los detalles históricos sobre su forma de vida y costumbres, mientras que por el otro ha creado un argumento que viene directamente de las sagas nórdicas. El resultado es desigual pero visualmente impactante.

Robert Eggers es un director con mucha personalidad y una gran preocupación por la estética. Debutó en la dirección en 2015 con La bruja, una película de terror ambientada en el siglo XVII donde el elemento sobrenatural no está casi nunca en primer plano con una gran ambientación y un gran guion. Su siguiente trabajo fue la arriesgada El Faro, una película ambientada por completo en un faro situado en un islote donde dos hombres (interpretados magníficamente por Robert Pattinson y Willem Dafoe) tendrán que convivir durante meses en un ambiente de pesadilla. La película tiene una fotografía y un aspecto increíble y una vez más Eggers introduce sutilmente el terror en una película tan intensa como claustrofóbica. Para su tercer trabajo, El hombre del Norte, Eggers ha contado con más presupuesto, creando una epopeya de vikingos basada en leyendas nórdicas donde intenta aunar la precisión histórica en los detalles de la vida y las creencias de esos pueblos con su mitología y religión. La película es una vez más visualmente arrolladora, aunque el resultado final no me ha parecido tan redondo como sus dos anteriores trabajos.

El protagonista de la película es Amleth (Alexander Skarsgard), un joven príncipe de un pequeño reino situado en una isla. Su padre, Aurvandil (Ethan Hawke) lidera con brutalidad grupos de vikingos que asolan poblaciones y se llevan mercancías y personas a las que venden como esclavos. Su esposa, Gudrun (Nicole Kidman) permanece en la isla criando a Amleth, mientras que su medio hermano Fjolnir (Claes Bang), otro guerrero brutal, lo acompaña en sus incursiones. Tras su última salida Aurvandil vuelve herido, por eso decide nombrar a Amleth su heredero delante de los dioses, por lo que juntos van a ver al sacerdote (Willem Dafoe) para realizar la ceremonia, donde el niño jura solemnemente vengar a su padre en caso que fuera necesario. Por la mañana padre e hijo son emboscados por Fjolnir, que mata a Aurvandil para conseguir su reino. También ordena la muerte de Amleth, pero éste logra huir de la isla, decidido a cumplir su juramento, vengar a su padre y salvar a su madre.

Años después vemos a Amleth convertido en hombre. Parece que lo acogieron en una banda de bersekers, guerreros vikingos que combaten semidesnudos, sumidos en un trance provocado por alucinógenos consumidos en ceremonia ritual cuya agresividad era legendaria. Esta en un grupo que realiza incursiones en Rus. Tras el saqueo de un pueblo, recibe una visión de una sacerdotisa (interpretada por Bjork) que le recuerda su obligación de venganza y le ofrece pinceladas de lo que será su destino. Se entera que Fjolnir perdió su reino y huyó a Islandia, donde tiene una granja. Se casó con Gudrun y tuvieron un hijo. Ameth decide marcarse como esclavo y colarse en un barco que va a entregar su mercancía a la granja de su tío. Durante el viaje conoce a Olga (Anya Taylor-Joy), una chica eslava esclavizada en la última incursión, decidida a huir y recuperar su libertad. Una vez en la granja intentarán compatibilizar sus planes.

El hombre del Norte demuestra unas preocupaciones a la hora de tratar el tema que a priori parecen contradictorias. Por un lado busca el realismo y la credibilidad histórica en los vestuarios, los edificios, las costumbres y la organización de las sociedades nórdicas. En este sentido la película se siente real; sucia cuando toca, brutal en muchas ocasiones. Supongo que debido al argumento se salta los detalles cotidianos "normales" que sin duda existían. Por otro lado la historia se sumerge en la religión y los mitos de esos pueblos; muchos de ellos han llegado hasta nuestros días gracias a la fascinación que han provocado los vikingos en las sociedades occidentales que sufrieron sus incursiones. En este sentido, Eggers abandona en buena medida el elemento sobrenatural presente en sus dos anteriores obras, introduciendo esos mitos y dioses a través de sueños y visiones inducidas por drogas. Me gustó que ese elemento se juntara con el realismo mostrando que para los protagonistas de la película esos mitos y dioses eran reales, formaban parte de su visión del mundo y estaban integrados en sus vidas.

La parte que me gustó menos de la película son los personajes; Eggers y Sjon, los guionistas, los han creado como arquetipos. Ninguno de ellos se siente real; representan sus roles sin ninguna profundidad ni rasgo de personalidad aparte de los necesarios para el argumento. Supongo que esto es una elección consciente de los escritores que busca remarcar el aire de saga nórdica de la película. También me pareció remarcable la falta de sentido del humor de la película; supongo que también intencionada, para evitar caer en la parodia. Y es que en algunos momentos me pareció estar viendo una versión bestia de Hamlet sin los elaborados diálogos interiores de los personajes o una versión seria de Conan con más realismo.

Visualmente la película es apabullante; la fotografía de Jarin Blaschke, colaborador habitual de Robert Eggers, es fría, gris y azul, potenciando los áridos pero preciosos paisajes de Islandia donde transcurre buena parte del metraje. Las escenas oníricas son impresionantes; la Valkiria llevando a Amleth en su caballo alado y la lucha de Amleth con el guardián del túmulo son de los mejores momentos del metraje.

El hombre del Norte es una película arriesgada; seria, ultraviolenta en ocasiones y rigurosa en su documentación de los mitos y la vida cotidiana de los pueblos escandinavos en la Baja Edad Media, los famosos vikingos. La película no hace concesiones ni se ponen didáctica en ningún momento; nos lo enseña sin más, algo que agradecí. La artificiosidad de los personajes es buscada, pero en mi caso me sacó en muchos momentos de la narración. A pesar de que apreció lo que hizo Robert Eggers, disfruté mucho más con sus dos anteriores trabajos. De todas maneras el hecho de que gastara una buena cantidad de dinero en un proyecto que no deja de ser arriesgado a pesar de los actores taquilleros es una buena noticia en si misma, Hollywood necesita arriesgarse mucho más.

(c) 2022 Jordi Flotats