VIOLATION

Violation es una película tan dura como bien realizada. Nos muestra la devastación personal que puede causar una violación, pero también las consecuencias de la venganza. Gráfica, dura e incómoda pero apropiada y relevante.

Madeleine Sims-Fewer y Dusty Mancinelli debutan en la dirección con Violation, una película cruda, una rape-revenge con ecos del existencialismo de Lars Von Trier y la frialdad expositiva de Michael Haneke que presenta la violencia, el trauma y sus consecuencias de forma tan gráfica como realista.

La película arranca con ecos de El resplandor, con una pareja que viaja en coche por una carretera de montaña rodeada de un paisaje boscoso acompañada por una música inquietante, indicando que con toda seguridad algo terrible va ocurrir. Son Miriam (Madeleine Sims-Fewer) y Caleb (Obi Abili), un matrimonio que está pasando por un bache que viajan desde Londres a una remota zona de Quebec para visitar a Greta (Anna Maguire), la hermana de Miriam, que vive en una idílica cabaña con su esposo Dylan (Jesse LaVercombe). Pronto las dos hermanas mostrarán su cercanía pero también sus tensiones; Greta siente algo de envidia por el estilo de vida cosmopolita y el trabajo de Miriam. Tras una cena y una larga sobremesa, Miriam y su cuñado se quedan solos hablando y bebiendo. Recuerdan el pasado, se sinceran sobre sus vidas y tienen un momento de conexión. Cuando ella se queda dormida, él la empieza a violar; al despertar se intenta resistir, pero no puede. Al día siguiente, él actúa como si hubieran compartido un acto consentido y consensuado. Aparte del trauma por el propio acto, Miriam ve como su matrimonio se acaba de desmoronar y su relación con su hermana queda tocada de muerte. Por eso decide matar a Dylan y deshacerse del cuerpo.

El resumen argumental en sí puede dar una idea equivocada de la película. La intención de Madeleine Sims-Fewer y Dusty Mancinelli, directores, guionistas y en el caso de ella, protagonista de la historia, es buscar un enfoque realista. La película muestra el trauma de Miriam; una mujer que empieza la película ligeramente deprimida y metida en una relación que no funciona. La violación la deja devastada y acaba de hacer pedazos su vida, hasta el punto de plantearse el asesinato. Un asesinato que cuando perpetra ni la cura ni le procura ninguna satisfacción aparte de poder ver a su hermana sin su cuñado presente.

El asesinato, cuando llega, es crudo, metódicamente planificado y mostrado al espectador sin tapujos tanto la muerte como el proceso de deshacerse del cuerpo.

La violación en sí, rodada de manera prácticamente tan dolorosa de ver como el asesinato, resulta creíble, así como la reacción del violador, que al día siguiente finge que la relación fue consentida. Si ella afirma que fue violada es para negar el adulterio y porque es una persona más bien inestable. Por desgracia esta situación es frecuente, sumando la culpa al trauma para la víctima.

La estructura y el montaje de la película también la alejan por completo de cualquier pretensión de exploitation. La histora se narra en pequeños episodios desordenados en el tiempo que siguen dos lineas temporales: antes y después de la violación. Al principio no parece haber mucha lógica en el montaje, pero poco a poco la historia se va aclarando.

La fotografía de Adam Crosby enfatiza los colores fríos y la oscuridad de los paisajes boscosos y los ambientes, creando un fondo muy en armonía con la historia.

Madeleine Sims-Fewer interpreta con una entrega total a la protagonista, recreando su trauma, su depresión y su rabia con total convicción.

Violation me ha parecido una muy buena película. Quizás el montaje fragmenta demasiado la historia para mi gusto, y le sobran algunos paralelismos con el mundo natural que me parecieron algo pretenciosos, pero en conjunto me gustó el guion, la dirección, los actores y el planteamiento de la historia. Su crudeza extrema me transmitió la impresión de que sus autores habían hecho la película más para perturbar que para gustar. En mi caso lo consiguió.

(c) 2021 Jordi Flotats