MAYDAY

Mayday es una película que nos plantea un escenario fantástico para contarnos una historia de venganza feminista. La película tiene un buen reparto y una realización visual excelentes, pero su directora demuestra que es mejor planteando escenarios que desarrollándolos.

Mayday es el debut en la dirección de la estadounidense Karen Cinorre. La película se suma a un cierto auge de historias de venganza feministas en las que las protagonistas se han cansado de su papel de víctimas por su condición de mujer y deciden tomar la justicia en sus manos como la excelente Una joven prometedora. Cinorre lo hace creando una realidad paralela en la que un grupo de mujeres actua como una especie de sirenas, atrayendo a sus garras a hombres que quieren salvarlas.

La película arranca con Ana (Grace Van Patten), una chica que duerme en su coche. Tras despertar, entra a trabajar como camarera en un enorme restaurante frente al mar donde se celebra una boda. Allí su jefe abusa de ella, psicológicamente y muy probablemente físicamente también. Claramente la chica está pasando por un momento horrible de su vida. En un momento de desesperación se mete en un horno de la cocina... Y despierta en una isla preciosa con paisaje mediterráneo -la película se rodó en Croacia-. Allí se encuentra con tres jóvenes que viven en un submarino varado en la costa; Marsha (Mia Goth), agresiva y decidida, Gert (Soko), su lugarteniente y la más suave aspirante a aviadora Bea (Havana Rose Liu). Desde el submarino se dedican a lanzar mensajes de socorro (mayday) que atraen a pequeños barcos militares, tal como dice Marsha, pocos pueden resistir la llamada de damiselas en peligro. Cuando se acercan a la costa, su barco naufraga. O si pasan en avión, el avión se estrella. Las jóvenes se dedican a cazar y matar a estos soldados. Usan la fragilidad y debilidad que les suponen las tripulaciones masculinas por ser mujeres en su contra. En la isla también vive June (Juliette Lewis), una mujer mayor que las otras que se mantiene aparte de las otras tres.

Las tres mujeres entrenan a Ana para ser francotiradora, y cuando empieza parece que disparar se le da bien. Al principio Ana está traumatizada por lo que le ha sucedido en casa, y la mayoría de los hombres que atraen allí tienen una actitud predadora, por lo que no le cuesta demasiado aceptar ese rol. Pero poco a poco empieza a tener dudas y albergar la idea de volver, algo que la hará chocar con Marsha.

El escenario que presenta Mayday me gustó; Karen Cinorre crea un entorno en clave fantástica donde acaban mujeres traumatizadas que están hartas de ser víctimas, hartas de ser consideradas débiles y ciudadanas de segunda. Canalizan esa necesidad de empoderamiento a través de su venganza contra los soldados que atraen a las costas de ese entorno irreal. Toda esta parte, junto al proceso de curación de la protagonista, me gustó mucho. Lo que me chirrió más fue lo difuso de las reglas de isla: no queda claro cómo y donde aparecen los hombres en la isla, el tiempo y el espacio parecen algo difusos. También creo que a la protagonista le falta conflicto para mostrar su proceso curativo; existe el personaje de Marsha, en guerra permamente, que actúa como contrapunto extremo, pero poco que indique el proceso interno de Ana desde ese punto a uno más moderado que le impele a salir de esa guerra y volver al mundo real.

Visualmente la película es espectacular; Cinorre trabajó en videos musicales junto al fotógrafo Sam Levy (que también actúa como director de fotografía de Mayday) y en proyectos de arte multimedia y eso se nota. Los entornos naturales están rodados de forma preciosa y el vestuario y la escenografía me parecieron muy apropiados, mezclando diferentes épocas y estilos.

Las actrices protagonistas en general me gustaron, aunque sus personajes no estuvieran demasiado desarrollados. Destacan Grace Van Patten y Mia Goth, tanto porque la historia les otorga más protagonismo como porque son actrices con una presencia escénica que compensa ese falta de desarrollo. Me pareció que se aprovechaba demasiado poco a Juliette Lewis, otra gran actriz, cuyo rol en la película es demasiado testimonial.

Mayday es una película visualmente muy buena, con un gran reparto y con el corazón en el sitio correcto. El sexismo que denuncia es auténtico y la necesidad de retribución que sienten muchísimas mujeres estoy seguro que es real. Si el argumento fuera algo más elaborado para hacer que los personajes fueran menos superficiales la película subiría un escalón más de calidad.

(c) 2021 Jordi Flotats