Crónica del noveno día del Festival de Sitges. Películas vistas: Nitram, Silent Night, Last Night In Soho y Demonic
Aprovechando la relajación de restricciones de la Generalitat de Catalunya que entran hoy en vigor, el Festival amplía el aforo de las salas al 100%. Parece que este año el Festival termina de modo opuesto al anterior, que finalizó con más restricciones de aforo y el cierro de la restauración. Espero que esto sea una señal de marque el principio del final de la pandemia.
El director belga Fabrice Du Welz vuelve a Sitges para presentar su nuevo trabajo, Inexorable. Desde su debut con Calvario el año 2004, ha presentado casi todas sus películas en el Festival. Inexorable cuenta la historia de un escritor que busca la inspiración se muda con su familia a una antigua mansión que empieza a ser asediada por una joven fascinada con su obra literaria.
El director sudafricano Neil Blomkamp ha recibido el premio Màquina del Temps del Festival antes de la presentación de Demonic, su último trabajo. En rueda de prensa el director ha comentado el complicado proceso de creación de la película: "Fue un camino extraño, diferente a lo que he hecho hasta ahora, la pandemia paró mi trabajo y me tuve que reinventar. Demonic está completamente financiada por mí y mi hermano, rodada durante el confinamiento y aprovechando los recursos que tenía al alcance para explorar los elementos que me interesan".
Empiezo mí día en la primera sesión del Audtori para ver la película australiana Nitram, de Justin Kurzel. La película sigue momentos de la vida de Martin Bryant (conocido como Nitram, Martin al revés), un individuo que en 1996 armado con múltiples armas de fuego mató a 35 personas en Port Arthur, una localidad de la isla de Tasmania. Nitram es un joven completamente inadaptado que claramente sufre de algunos problemas mentales que le impiden llevar una vida normal. Estos problemas, junto a una extraña falta de empatía y obsesiones por los petardos hacen salir lo más cruel de muchas personas cuando tratan con él. Vive con sus padres, resignados a su idiosincrasia, hasta que conoce a una extraña mujer con la que mantiene una igualmente extraña relación. Ella tiene dinero y vive en una casa tan grande como desvencijada y llena de perros. Él se muda allí y viven juntos hasta la muerte accidental de la mujer, causada por Nitram. En ese momento pasa a vivir solo, cada vez más metido en su cabeza y más extraño. Cuando empieza a acumular armas (con una facilidad que asusta), ya se ve que las cosas se acabarán descontrolando.
Nitram es una película muy difícil de realizar. Pretende arrojar luz sobre una persona que cometió un acto inexcusable sin justificarla ni hacer que el público acabe simpatizando con él. El trabajo de interpretación de Caleb Landry Jones me pareció notable por su entrega y su cuidadosa construcción de un personaje tan extraño. La película se desarrolla lentamente, mostrando episodios de la vida de Nitram que nos den una idea de ella. Evita recrear de ninguna forma la matanza que perpetró, una muy buena decisión. Me pareció un trabajo notable, con momentos incómodos y que da para pensar y comentar.
Después de comer me dirijo al Auditori para ver la cinta británica Silent Night, elprimer largometraje de la directora y guionista Camille Griffin. La directora presentó la película en la sala junto a su hijo Roman (conocido por su papel en Jojo Rabbit), que también realiza un papel en la cinta (junto a sus otros dos hermanos). La directora comentó con humor la dificultad de tratar en tono de comedia negra temas tan serios como los que comenta la película con sus hijos presentes. La premisa Silent Night es simple: una nube, un cataclismo del que no recibimos información, está azotando todo el mundo y provoca una muerte tan dolorosa como inexorable a quien entra en contacto con ella. Por eso el gobierno británico ha distribuido pastillas para que la población se suicide antes que llegue. En este contexto, y aprovechando que la Navidad se acerca, cuatro parejas se reúnen en una casa en el campo para realizar una cena, la última. En el espacio de una tarde y una noche se ventilarán temas grandes y pequeños del pasado (el futuro es inexistente) hasta que llega la hora final.
Silent Night camina todo el rato en la cuerda floja, alternando continuamente entre el drama, la comedia negra e incluso la farsa. Y la calidad del guion de Camille Griffin y las interpretaciones hacen que funcione todo el rato. La película es divertida, inteligente y conmovedora, presentando a unos personajes no siempre simpáticos pero siempre creíbles. Espero que la presencia en el reparto de actores conocidos como Kira Knightley o Matthew Goode facilite su estreno comercial porque la película merece verse en un cine. He pasado un momento rato genial viéndola.
A continuación sigo en el Auditori para ver uno de los platos fuertes del Festival, Last Night in Soho, el último trabajo de Edward Wright. El director británico no estuvo en la sala pero mandó un video de presentación para el público. La película arranca con una joven (Thomasin McKenzie) que logra una beca para estudiar diseño de ropa en Londres, su sueño. La chica adora todo lo referente a la década de 1960, cuando Londres (y más concretamente el barrio del Soho) era el epicentro de la moda y la música que estaban cambiando el mundo. Acostumbrada a una vida muy recogida con su abuela, el ajetreo de la residencia estudiantil resulta demasiado para ella, así que se muda a una habitación alquilada en una vieja finca propiedad de una anciana para estar más tranquila. Allí descubre que por las noches se traslada al Soho de los 60, metida en la piel de una bella, glamourosa y segura de si misma aspirante a cantante (Anya Taylor-Joy). Al principio la experiencia le encanta y le inspira para sus diseños, pero poco a poco las cosas irán tomando un cariz mucho más oscuro.
Edward Wright me parece un director técnicamente muy dotado, a menudo subestimado por realizar comedias y cine de género y Last Night in Soho lo vuelve a demostrar. La película me ha parecido visualmente maravillosa, con una iluminación y una fotografía increíbles y escenas planeadas al detalle donde cada imagen serviría como poster para la cinta. Las dos actrices están brillantes, especialmente Thomasin McKenzie, componiendo un personaje que aúna vulnerabilidad y personalidad. Mejor no hablar demasiado sobre el argumento, porque esconde algunos giros imprevistos. La influencia del giallo, especiamente Dario Argento, me pareció clara tanto en el aspecto visual como en el temático. Esperaba mucho de la película y me ha dado aún más, me ha parecido magistral. Que dos horas más fantásticas.
Termino el día en el Auditori para ver Demonic, del director sudafricano Neil Blomkamp. Antes el mismo director ha recibido de manos de Ángel Sala el premio Màquina del Temps del Festival. Un premio que personalmente encuentro algo prematuro para un director que, aunque bueno, sólo tiene tres películas. De hecho el mismo Blomkamp comentó que le queda mucha carrera por delante y que esperaba que en futuro volviera a ser merecedor del premio.
La protagonista de Demonic es una mujer cuya madre está encerrada de por vida por múltiples asesinatos. Los cometió sin motivo aparente; un día pasó de enfermera entregada y buena madre a asesina psicótica. Este hecho, aunque ya empieza a ser lejano en el pasado, ha marcado la vida de la mujer. Un día es contactada por una empresa que tiene un acuerdo con el sistema de prisiones que le informa que su madre está en coma debido a una pelea. La empresa está desarrollando una tecnología que permite conectar a una persona en coma con otra y hacer que ésta entre en un mundo virtual creado por la primera y allí puedan comunicarse. Le comentan que cuando lo han probado con su madre ésta sólo acepta hablar con su hija. Cuando le piden que se conecte para hablar con su madre la protagonista acepta, aunque sólo sea para decirle cuánto la odia por lo que hizo. Pero cuando entra en la mente de la asesina, ésta sólo le pide que se vaya y se olvide de ella. La mujer continua con las conexiones, pero cada vez se van volviendo más preocupantes, y parece que afecten al mundo real.
Demonic es una película que parte de una premisa que a priori me parece interesante; mezcla la tecnología de la virtualidad y el mundo cuasionírico de la mente con las posesiones demoníacas. Pero el resultado final me ha decepcionado muchísimo. Por un lado es una película muy barata; para que fuera como sus creadores pretendían tendrían que haber gastado mucho más dinero. Por otro el argumento está lleno de lagunas, quizás por el montaje. Lo que seguro que no es por el montaje es la cantidad increíble de exposición que tiene el guion. Además los actores, sin ser horribles, no se lucen demasiado. Me ha parecido una película muy mala, sin duda lo peor con diferencia de Neil Blomkamp. Lástima.
(c) 2021 Jordi Flotats