Crónica del sexto día del Festival de Sitges. Películas vistas: Superhost, A nuvem rosa, Mayday, Where is Anne Frank, The Innocents y Freaks Out
Hoy está en Sitges el director Juanjo Giménez presentando Tres, su último trabajo, acompañado por la actriz Marta Nieto, el actor Miki Esparbé, el guionista Pere Altimira y la productora Luisa Romeo. Fue presentada en el pasado Festival de Cannes con éxito de crítica. La protagonista de la película es una técnica de sonido que empieza a escuchar los sonidos de su alrededor desincronizados unos segundos más tarde que las imágenes. El director ha declarado sentirse muy cómodo en el género fantástico, al parecer su próximo trabajo también lo será.
Hoy se ha presentado el nuevo sello The Fear Collection con Álex de la Iglesia, Carolina Bang, Jaume Balagueró y la actriz Ester Expósito. La marca hace referencia a una antología de películas de terror y suspense. Serán producidas por Pokeepsie Films, productora del director de Veneciafrenia (la primera de las propuestas del sello), junto con Sony Pictures y una asociación con Amazon Prime Video. De la Iglesia ha manifestado la voluntad de crear un sello parecido a la Hammer, con películas de terror con sangre y monstruos y espíritu libre y desenfadado. La segunda película de la colección será Venus y la dirigirá Jaume Balagueró basándose en el relato Los sueños en la casa de la bruja de H.P. Lovecraft.
Hoy me he programado un día de cine maratoniano con cinco películas que empiezo en El Retiro a las 8:30 viendo la película estadounidense Superhost, de Brandon Christensen. Los protagonistas son una pareja que intentan ganarse la vida con un vlog de viajes, Superhost, donde se dedican a alquilar propiedades vacacionales cuyo anfitrión tenga grandes reseñas de los viajeros (lo que algunas plataformas de alquiler llaman 'superhost') y hacer un video con su propias opiniones. Cuando empezaron les fue muy bien y consiguieron ingresos suficientes para vivir, pero llevan tiempo perdiendo suscriptores y ya no llegan a fin de mes. Se dirigen a una casa de apariencia impresionante situada en una remota pero preciosa zona boscosa para intentar realizar un video que relance el canal. Su anfitriona es una mujer terriblemente entusiasta que siempre luce una gran sonrisa nada tranquilizadora. La casa, aunque espectacular, tiene elementos que tampoco incitan a la tranquilidad y está en una zona con cobertura escasa de telefonía. Por si fuera poco reciben la visita de una anfitriona enfadada a la que dieron una mala reseña (interpretada por la leyenda del terror Barbara Crampton).
Superhost es una película que mezcla el terror y la comedia. Los videos que realiza pareja protagonista ridiculizan muchos de los tics de los videos de reseñas de todo tipo que inundan plataformas como YouTube tales como el falso entusiasmo, el sentido del humor forzado o el intento continuo de ser ingenioso. Están rodados de forma muy divertida y muy bien interpretados por el dúo protagonista. Lo que me gustó menos es la parte más o menos seria donde se retratan los problemas que empieza a tener su relación. También me pareció que le faltaba un poco más de historia, lo que cuenta la película es muy básico para su metraje. De todas formas me pareció divertida en buena parte; me gustó mucho la actuación de Gracie Gillam como la anfitriona loquísima y la aparición de Barbara Crampton. De domingo por la tarde.
Sin tiempo que perder me dirijo a la sala Tramuntana para ver la película brasileña A nuvem rosa, la ópera prima de la directora Iuli Gerbase. La película arranca con el aviso que informa que se escribió en 2017 y rodó en 2019 y pronto se ve su pertinencia dados los últimos dos años. La historia arranca con la aparición de unas misteriosas nubes rosas no muy densas pero que llegan hasta el suelo. Cualquiera que se vea expuesto a ellas más de diez segundos muere de forma inmediata, lo que provoca que las autoridades decreten el confinamiento domiciliario total de la población. Los protagonistas de la historia son un pareja que acaba de tener un rollo de una noche en el piso de ella, pero el confinamiento los obliga a la convivencia forzosa. A medida que empieza a pasar el tiempo y la situación no parece resolverse, de alguna forma -no muy especificada- las autoridades logran que los confinados tengan suministros y comunicaciones y la gente tiene que acostumbrarse a vivir su vida en los confines de su vivienda. La pareja protagonista se toma la situación de maneras casi opuestas; él intenta sacar lo mejor de la situación y acostumbrarse, mientras que ella se va consumiendo por el encierro, incapaz de aceptarlo.
Desde el punto de vista práctico el argumento de A nuvem rosa es un desastre; es imposible mantener en marcha una sociedad (con electricidad, internet, televisión, cadenas de suministros, fábricas, etc.) con todo el mundo encerrado en casa, y en la película llegan a pasar años en esta situación sin que les falte nada de todo esto. Pero claramente no es esto lo que le interesaba explicar a Iuli Gerbase, lo que le interesa son los efectos psicológicos de un encierro confortable; con comida y suministros y con compañía "presencial" reducida, pero con internet para mantener contacto con el resto del mundo. Vaya, lo que vivimos -los que fuimos afortunados de tener todo esto- durante semanas en 2020 durante lo peor de la pandemia de COVID-19. Y así como en lo práctico fracasa, en lo psicológico acierta de pleno; las reacciones de los tres personajes -dos adultos y un niño- son absolutamente creíbles. La convivencia continuada y forzosa y el aislamiento provocan en ella tristeza, una lenta desesperación y un encierro en si misma. Él se lo toma de otra forma; intenta aprovechar el tiempo para construir una pareja y, sin dejar de ver sus consecuencias negativas, se adapta y se conforma al encierro. Nuestra desgraciada experiencia de primera mano en una situación similar me hizo venir a la cabeza casos parecidos -con grados intermedios- a ambos. Esto convierte a A nuvem rosa en una historia extrañamente presciente, a veces dolorosa de contemplar.
Continuo el día en el Auditori para ver la película de animación Where is Anne Frank, del director israelí Ari Folman. La película se ambienta en la Holanda actual. En el museo dedicado a Ana Frank en Amsterdam, situado en la casa donde se ocultó durante un tiempo y donde se guarda el original de su diario. De la sustancia de ese diario cobra vida la adolescente Kitty, la amiga imaginaria a la que Ana Frank escribía algunas cartas en su diario. Kitty huye con el diario, lo que provoca gran alarma y desencadena una gran búsqueda. Conoce a un chico refugiado que la pone en contacto con familias como la suya, que viven temerosas de ser expulsadas. Durante su huida, recuerda algunas de los momentos de la vida de Ana reflejados en su diario; el auge del nazismo, la progresiva persecución de los judíos, su encierro y finalmente su captura y muerte en un campo de concentración.
Ari Folman (Vals con Bashir, The Congress) dirige una película visualmente muy bonita. Los diseños de los personajes y tal como retrata las ciudades me gustaron mucho; así como la forma figurativa en la que muestra los peores momentos de Ana Frank. Retrata con gran visión artística y buen gusto el internamiento en el campo de concentración como si fuera la entrada al inframundo. Las viñetas de la vida de Ana me gustaron, siguen fielmente lo que narra en su diario, los fragmentos de la actualidad me gustaron menos. El mensaje de la película es claro y me parece pertinente: no podemos tener museos, puentes y calles dedicados a una chica refugiada que finalmente cayó en manos de sus verdugos y a la vez ignorar y expulsar a personas que han buscado refugio entre nosotros tras huir de situaciones horribles en sus países de origen. El paralelismo no es perfecto, pero lo que me chirrió un poco es el buenismo final del argumento, en el que muestra que la sociedad en el fondo es buena si se la informa. Por desgracia no es lo que le sucedió a Ana Frank ni lo que sucede actualmente, donde sobra información la gente que arriesga su vida para venir a vivir a Europa y falta empatía para que nos importe.
Sin pausas continúo en el Auditori para ver la película noruega The Innocents, de Eskil Vogt. El director estuvo en la sala presentando la película. Comentó que intentó reflejar el mundo de los niños tal como lo ven ellos y para esto usó algunos de sus propios recuerdos y miedos de la infancia. También exploró la incomunicación entre padres e hijos. La película se ambienta en un barrio periférico lleno de grandes edificios, donde se acumula bastante inmigración. Empieza con una familia que se muda allí, un matrimonio con dos hijas. La mayor tiene unos once años y tiene un transtorno autista severo, es muy dependiente, lo que hace que su hermana menor tenga que asumir más responsabilidad de la que le tocaría a su edad y que se sienta menos atendida por sus padres. Cuando sale por su cuenta por el barrio conoce a otro niño y descubre con asombro y deleite que éste puede mover pequeños objetos con la mente. Un día cuando sale con su hermana a un parque infantil cercano, conoce a otra niña de su edad que afirma que puede comunicarse mentalmente con ella. Cuando coinciden los cuatro descubren que sus poderes se amplifican, especialmente los del niño. Aunque todos tienen sus problemas en casa -la protagonista su hermana y unos padres estresados, la otra niña vive con madre inmigrante y el dinero justo-, el que peor lo tiene es él, ya que vive solo con una madre alcohólica y algo abusiva. Por eso cuando descubre que puede controlar brevemente a las personas la daña más de lo que pretende, lo que acaba desantando su comportamiento. Sólo las otras niñas se dan cuenta de esto, y cuendo quieren intentarlo hacer parar, también se ven en problemas.
The Innocents me ha parecido una película tan atípica como extraordinaria. Realmente te traslada a la visión del mundo que tienen los niños pequeños, donde aún nada es imposible y donde las limitaciones morales aún son borrosas. Por este motivo ninguno de los cuatro niños ve como preocupante o extraño que tres de ellos puedan hacer cosas fuera de lo normal. La corta edad del niño que daña a los demás le impide ser el villano al uso. El hecho de estar viviendo en circunstancias complicadas, no tener aún la empatía del todo desarrollada y de no ser capaz de controlar sus impulsos junto la capacidad enorme de dañar que desarrolla provoca situaciones desastrosas que por su edad no se le pueden achacar del todo. La película tiene un ritmo pausado y se centra casi por completo en los niños; los padres son personajes muy secundarios, casi siempre demasiado ocupados, preocupados o intoxicados como para prestarles atención más allá de los cuidados materiales. La dirección y la fotografía transmiten inquietud usando muy pocos o ningún efectos especiales. Y los niños realizan trabajos extraordinarios, especialmente la niña protagonista Rakel Lenora Fløttum, a través de la cual vemos el mundo y su hermana autista interpretada convincentemente por Alva Brynsmo Ramstad. Me ha encantado, de momento quizás la que más de las que visto en Sección Oficial.
Termino un día muy largo y muy bueno viendo la película italiana Freaks Out de Gabriele Mainetti en la sala Tramuntana. La película se ambienta en la Roma de finales de la Segunda Guerra Mundial. En ese punto el ejército alemán había ocupado Italia y luchaba por conservarla; el país estaba sumido en el caos de la guerra. En este contexto se ven atrapados cinco feriantes. El mayor, maestro de ceremonias, que actúa como figura paterna y líder del grupo, está preocupado. El trabajo escasea y los alemanes son brutales; además su condición de judío le pone en riesgo de ser deportado a un campo. Por eso propone a los demás reunir dinero para comprar papeles falsos e intentar huir a Estados Unidos por mar. Los otros cuatro, un hombretón con pelo larguísimo por todo el cuerpo y gran fuerza, un hombrecillo que es capaz de atraer los metales como si fuera un imán con su cuerpo, un joven capaz de convocar y controlar a los insectos y una joven cuyo cuerpo genera electricidad, acceden a la petición. El hombre se interna en la ciudad para realizar la gestión pero pasa el tiempo y no regresa. Los cuatro entonces discuten; la chica está segura que ha sido capturado y propone buscarlo, los otros tres contemplan la posibilidad que les haya robado. No se ponen de acuerdo y se separan. Ella se va por cuenta y acaba con un grupo de guerrilleros mientras que los otros tres buscan trabajo en el mayor circo de Roma, controlado por los alemanes y cuyo líder y estrella es un alemán con seis dedos en cada mano que afirma poder tener visiones del futuro. Aparte de ser un pianista virtuoso, anda buscando gente con capacidades especiales para ayudar a Alemania a darle la vuelta a la guerra. Por eso cuando llegan los tres amigos no les espera nada bueno.
Freaks Out es una mezcla de fábula y aventuras en las que unos personajes que parecen salidos de Freaks de Tod Browning se enfrentan a sus opresores -los malos perfectos: los nazis- para afirmar su diferencia con orgullo. La película está bien narrada, usando un humor muy italiano pero muy divertido, y es muy imaginativa, tanto visual como narrativamente. Me encantó el nazi que puede ver el futuro, pero poco puede hacer por cambiarlo, un síndrome de Casandra de manual. Durante las más de dos horas de duración no paran de pasar cosas, la película tiene ritmo y se mueve cómodamente entre el fantástico, el bélico, la comedia y el drama. Visualmente también me gustó mucho, tiene buena fotografía y su diseño de vestuario le da el toque loco que requiere. La verdad es que no sabía qué esperar de esta película y me acabó gustando mucho. No es perfecta; no todo el humor funciona y su final no me terminó de convencer, pero pasé muy buen rato viéndola y entré en su propuesta.
(c) 2021 Jordi Flotats