Crónica del quinto día del Festival de Sitges. Películas vistas: Eight for Silver, Historias para no dormir: La broma y El doble
Hoy se ha realizado el preestreno de Halloween Kills, de David Gordon Green, el enésimo retorno de Michael Myers y su cuchillo, enfrentado de nuevo a su némesis, una Jamie Lee Curtis que parece ir transformándose en Sarah Connor cada vez más en cada película.
Se ha presentado en Sitges el debut en la dirección de David Casademunt, El Páramo. La película es drama con toques de terror ambientado en el campo. En ella una familia que vive aislada de la sociedad entra en contacto con una criatura que pone a prueba su relación. Han visitado el Festival su director, los actores Roberto Álamo y Asier Flores y la actriz Inma Cuesta y buena parte del equipo de producción. David Casademunt ha querido destacar la parte emocional de la película y la sensación de aislamiento físico y emocional que quiso transmitir.
Empiezo mi día de cine viendo la película británica Eight for Silver, de Sean Ellis en el Auditori. La película empieza con una secuencia de la Primera Guerra Mundial para inmediatamente volver atrás en el tiempo a la Francia rural de finales del siglo XIX. Allí un grupo de gitanos reclama sus derechos sobre una parcela de terreno local, pero los más ricos del lugar deciden contratar a indeseables para que les echen. La cosa se les va de las manos y termina en una matanza. Antes de morir, una de las mujeres romanís maldice al pueblo. Tiempo después empiezan las muertes y desapariciones.
Eight for Silver es una historia atípica sobre hombres lobo, muy acorde al leimotiv de esta edición del Festival. Destacan su magnífica fotografía y puesta en escena y un reparto más que competente. En mi opinión su peor aspecto es su guion, que adelanta demasiado en su escena inicial, se entretiene demasiado en el nudo de la historia, con escenas reiterativas y le falta sangre a su desenlace. Esto impide que la película sea redonda, pero sus valores de producción hacen que sea un visionado agradable para los que somos aficionados al terror.
Por la tarde vuelvo al Auditori para ver la segunda entrega de Historias para no dormir, formada por los capítulos La broma, dirigido por Rodrigo Cortés y El doble, dirigido por Rodrigo Sorogoyen. Como ayer, la mayor parte del equipo de ambos episodios estaba presente en la sala. Presentando La broma estuvieron su director Rodrigo Cortés, los actores y actriz protagonistas Eduard Fernández, Raúl Arévalo y Nathalie Poza y los productores Alejandro Ibáñez y Victor García. Cortés destacó el trabajo superlativo de su reparto, mientras que Ibáñez, a diferencia de ayer, empezó agradeciendo a las compañías que han permitido la creación de la serie. Presentando El doble estuvieron Rodrigo Sorogoyen y los protagonistas, David Verdaguer y Vicky Luengo. Sorogoyen ha valorado mucho la libertad que han tenido para crear el episodio más loco de la serie y la complicidad con el reparto.
El protagonista de La broma es un empresario exitoso interpretado por Eduard Fernández, un tipo tan jovial y bromista como chulesco y condescendiente. Trata mal a sus empleados, especialmente a su mano derecha (Raúl Arévalo), del que sospecha que le roba y tiene mala relación con su esposa (Nathalie Poza), una mujer ociosa de familia rica. Su esposa y su empleado tienen una relación y planean matarlo.
La broma tiene una realización exquisita; reduciendo los elementos al mínimo para contar una historia macabra, el peso recae en unos diálogos muy bien escritos y en unos actores que están superlativos. Eduard Fernández vuelve a demostrar que es uno de los mejores actores del cine español con un papel histriónico a ratos, controlado en otros. Nathalie Poza le da la réplica perfecta, mientras que Raúl Arévalo aporta la contención necesaria para que el equilibrio entre los tres funcione. Un gran capítulo.
El doble nos presenta un mundo situado en lo que parece el futuro cercano en los que una empresa ofrece el servicio de dobles. Un doble es un androide que externamente es una réplica perfecta de uno mismo y que es capaz de reaccionar de forma creíble como si fuera su original, al que debe obediencia. La gente le da muchos usos; el protagonista de la historia (David Verdaguer), lo usa para intentar reparar su relación con su pareja, una actriz de fama creciente (Vicky Luengo). El doble le sirve para los momentos en los que quiere evitar discusiones, pero naturalmente ella no es consciente de su existencia. Todo se complica cuando el doble empieza a tomar conciencia propia.
La premisa de El doble me parece muy buena, ofrece muchísimas posibilidades narrativas y el problema que creo que tiene la historia es que intenta usar demasiadas de ellas en demasiado poco tiempo. El argumento tiene giros que giran sobre giros y ofrece atisbos de historia que quedan un poco en el aire. Con todo, la dirección y el trabajo de los actores es muy bueno. Aunque en general me gustó, este me pareció el capítulo más flojo de la serie.
Para el final del día tenía previsto ver la película japonesa Beyond the infinite two minutes, de Junta Yamaguchi, una producción muy pequeña pero que tiene pinta de ser terriblemente imaginativa, pero por un imprevisto no pude ir. Lástima, tocará buscarla para verla en pantalla pequeña.
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