Crónica del segundo día del Festival de Sitges. Películas vistas: The Feast y Cliffwalkers
Hoy ha estado en Sitges el director español Alberto Evangelio, que presenta su debut, Visitante, una historia de ciencia-ficción que usa los universos paralelos para contar una historia intimista que trata temas como la maternidad o las consecuencias de las elecciones personales.
La directora británica Prano Bailey-Bond, que presentó ayer la notable Censor, ha comentado en rueda de prensa que la película surgió gracias un artículo sobre la censura de la violencia y los desnudos en las películas en la Gran Bretaña de los ochenta. Aunque los censores de la época eran mayoritariamente hombres, la directora quiso aportar una perspectiva femenina a través de la protagonista. El coguionista de la cinta, Anthony Fletcher, ha destacado que los políticos de la época criticaban a las películas de terror de los problemas sociales creados por gestión del país.
También ha atendido a los medios la última ganadora del Gran Premi Honorífic del Festival, la actriz Belén Rueda. Ha repasado su extensa carrera, llena de cine de terror y ha destacado la libertad del fantástico para explorar todo tipo de historias. Respecto a festivales de cine del género como Sitges ha destacado su contribución a eliminar el prejuicio sobre la calidad del cine fantástico, equiparándolo más al cine dramático o social.
Yo empiezo el día al mediodía en el Auditori viendo The Feast, de Lee Haven Jones. La película, ambientada en la Gales rural, transcurre en el curso de un solo día. En una casa ultramoderna que antes era una granja, el matrimonio propietario, un diputado del parlamento británico y su esposa, celebran una cena. Por la mañana llega una joven local para ayudar con la preparación y servir la cena. A través de sus ojos vemos la disfuncionalidad del matrimonio y de sus hijos. Poco a poco se va viendo que la joven tiene intenciones que van más allá de servir una cena.
La película, rodada en gaélico, se sirve de una trama de terror basada en las leyendas de Gales que se va cociendo a fuego lento para denunciar la explotación de los espacios rurales. La película tiene un ambiente desasosegante que va en aumento hasta su climax final que resulta muy efectivo. Y los actores, en especial la joven Annes Elewy, realizan buenas interpretaciones. La película, sin llegar a ser excelente, me pareció muy correcta.
Termino mi día más tranquilo en Sitges viendo Cliff Walkers, del director chino Zhang Yimou. La película se ambienta en la década de 1930 en el estado de Manchukuo. Este estado, situado al norte de la actual China, fue un estado títere del Imperio Japonés hasta el final de la Segunda Guerra Mundial. Los protagonistas de la película son cuatro espías, dos hombres y dos mujeres, que forman parte del Partido Comunista y han sido entrenados en la Unión Soviética, que son lanzados en paracaídas con una misión secreta por cumplir. Los espías son dos matrimonios, pero para asegurar el cumplimiento de la misión por encima de todo, se separan en dos grupos, cada uno con la pareja del otro. Desde el principio empiezan los problemas; los servicios secretos de Manchukou están al tanto de la misión gracias a un traidor, pero no de todos los detalles. Uno de los grupos lo detecta desde el principio e intenta ir por libre, mientras que el otro es recibido por agentes de Manchukou que simulan ser de su organización. Pero dentro de los servicios secretos del país también hay un agente comunista infliltrado. La historia sigue a los espías, que intentan cumplir su misión a toda costa, pero también a las autoridades que intentan capturarlos y a la vez desenmascarar al traidor que hay entre sus filas.
Zhang Yimou, un director que a lo largo de su dilatada carrera ha demostrado ser capaz de dirigir todo tipo de películas, vuelve a demostrarlo en Cliff Walkers, un excelente thriller de espionaje. La película tiene una historia compleja; llena de personajes, tramas y engaños, pero está explicada de modo tan comprensible como ameno. Si se suma una fotografía llena de nieve y paisajes invernales preciosa y un reparto muy correcto, se tiene como resultado un entretenimiento perfecto. Si los personajes estuvieran un poco más desarrollados y se limitaran un poco los momentos más melodramáticos aún sería mejor, pero me parecieron detalles menores. Pasé dos horas hipnotizado con la película.
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