Como ya hizo en Ant Man y Guardianes de la Galaxia, Marvel ha sacado de su vasta colección de héroes poco conocidos a Shang-Chi, un héroe de origen chino, y lo ha rehecho a medida de los tiempos y de las necesidades de su MCU. El resultado es una historia de orígenes tan entretenida como bien realizada.
Shang-Chi y la leyenda de los Diez Anillos es la nueva película de Marvel que, guiñando un ojo al mercado asiático, introduce a un nuevo personaje a su Universo Cinematográfico. El elegido es Shang-Chi, un personaje muy secundario en sus comics al que la película da una historia de origen y un tratamiento parecido al que tuvieron héroes más populares en los comics. Este movimiento, aparte de ampliar el espectro de representación de la franquicia con un personaje asiático de modo parecido al que realizaron con Black Panther, les ha dado mucha libertad a la hora de modificar la historia de los comics tanto como les ha parecido necesario. Y al igual que Ant man o Guardianes de la Galaxia, esta idea ha demostrado ser fructífera, resultando de ella una película muy redonda en casi todos los sentidos.
La película introduce a Xu Wenvu (Tony Leung), un hombre que no envejece gracias a los Diez Anillos, unos brazaletes que le dan un gran poder y que le permitieron, mil años atrás, reinar sobre grandes áreas. A medida que pasó el tiempo pasó a las sombras y creó una organización criminal secreta que ejercía el control sobre zonas de todo el mundo. Todo cambió cuando 30 años atrás Wenwu encontró la tierra mítica de Ta Lo, escondida del mundo tras bosques de bambú mágicos. Allí conoció a su guardiana, Li (Fala Chen) y se enamoraron. Li abandonó su tierra y Wenvu su carrera criminal; tuvieron un hijo y una hija y fueron felices hasta que Li fue asesinada por antiguos rivales de Wenvu. Éste, roto por el dolor, volvió a usar los anillos para recuperar el poder y ejercer su venganza. Además entrenó sin piedad a su hijo Shang-Chi en las artes marciales y técnicas de asesinato para que fuera su mano derecha, mientras su hija Xialing languidecía y trataba de aprender las mismas técnicas en solitario.
Tras la introducción la película salta a San Francisco, donde Shaun (Simu Liu) trabaja como aparcacoches junto a su mejor amiga Katy (Awkwafina). Ambos llevan una vida despreocupada, contentos por el momento con un trabajo sin perspectivas. Todo salta por los aires cuando Shaun recibe una misteriosa postal y es atacado por un grupo de sicarios mientras viaja en autobús. Katy se sorprende al ver la increíble pericia en las artes marciales que tiene su amigo, que logra espantar a los sicarios, aunque le roban un amuleto que le regaló su madre. Shaun confiesa a su amiga que es el hijo de Xu Wenvu, le cuenta su historia y cómo huyó de su padre a la que tuvo ocasión. Cree que debe ir a Macao a ayudar a su hermana, ya que piensa que es ella la que le ha enviado la postal. Katy decide acompañarlo y se plantan en la ciudad china, donde descubren que Xialing (Meng’er Zhang) regenta un exitoso club donde se celebran peleas entre contrincantes con poderes. La postal era una trampa tendida por Xu Wenvu para reunir a sus hijos. Les cuenta que desde hace tiempo piensa que su madre puede estar viva y retenida en su tierra de origen, de alguna manera logra comunicarse con él para pedirle ayuda. Por eso necesita el amuleto que les regaló a sus hijos para poder volver a entrar en Ta Lo. Shaun, Katy y Xialing huyen y gracias a un viejo actor al que Xu Wenwu usó como villano (Ben Kingsley) logran llegar a Ta Lo justo antes que él para poder prevenir a sus habitantes. Allí conocen a Ying Nan (Michelle Yeoh), la tía de Shang-Chi, que les cuenta la increíble historia del lugar y por qué deben defenderlo a toda costa.
De un modo análogo al que Black Panther imaginó un reino afrofuturista en Wakanda, Shang-Chi y la leyenda de los Diez Anillos usa de forma muy eficaz los colores, la estética y la imaginería de la antigua China para crear una película visualmente muy distintiva dentro del Universo Marvel. A la vez se preocupa mucho de usarlo al servicio de protagonistas de origen chino, sin rastros de paternalismo blanco y de -dentro de un orden- tener un reparto más paritario de lo que es habitual en el cine superheroico. Toda esta corrección está sin duda meditada y planeada con cierto cinismo para acercarse al mercado chino y para evitar levantar críticas. Aunque independientemente de las motivaciones me parece indiscutible que todos estos elementos funcionan muy bien. También que el guion refleja ciertos detalles de la experiencia de los descendientes de inmigrantes chinos con un cariño y realismo que enriquecen al conjunto.
Otro de los puntos fuertes de la película es su ritmo narrativo alto y el balance entre las escenas de acción, que en esta película giran alrededor de las artes marciales, el humor introducido por la siempre excelente Akwafina y Ben Kingsley y el drama familiar. Sin duda el guion se ve realzado por un reparto excelente. La elección de un protagonista relativamente desconocido pero que realiza un gran trabajo, Simu Liu, se complementa con pesos pesados de la interpretación como Tony Leung, Ben Kingsley o Michelle Yeoh. Leung, un actor extraordinario, crea a un villano memorable con una interpretación sutil que muestra tanto su lado implacable como su -más escondida- vulnerabilidad.
Las escenas de acción me parecieron muy buenas. Las escenas iniciales de lucha se centran en el espectáculo y el atletiscismo de los actores, como la pelea dentro de un autobús urbano, tan espectacular como bien coreografiada, o la persecución por un rascacielos en contrucción. En la segunda mitad de la película el estilo cambia y se vuelve más deudor del cine clásico de artes marciales chino, en parte el estilo de las luchas y en mayor medida por los escenarios y la estética.
El climax final de la película es satisfactorio, pero me pareció un poco "demasiado Marvel". Por una vez la historia conduce a un climax que se siente auténtico, el enfrentamiento entre padre e hijo, pero cuando llega este momento se añaden monstruos dimensionales, dragones ancestrales y todo tipo de efectos visuales. Todo ello está logrado y sin duda resulta espectacular, pero me pareció innecesario para que la película funcionara.
En conjunto Shang-Chi y la leyenda de los Diez Anillos me ha gustado mucho, dentro del tercio superior de películas Marvel. Han aprovechado un personaje marginal para adaptarlo a los tiempos actuales e introducirlo dentro del MCU tal como precisa el gran arco argumental que están siguiendo actualemente, la Fase 4. Y lo han introducido con una película muy bien realizada, excelentemente interpretada y terriblemente entretenida. No les pido más.
(c) 2021 Jordi Flotats
Ficha Técnica:
- Título original: Shang-Chi and the Legend of the Ten Rings
- Año: 2021
- Duración: 2h 12min
- País: Estados Unidos, Australia
- Director: Destin Daniel Cretton
- Guion: Dave Callaham, Destin Daniel Cretton, Andrew Lanham, Dave Callaham, Destin Daniel Cretton, Steve Englehart, Jim Starlin
- Productor: Victoria Alonso, Louis D'Esposito, Kevin Feige, David J. Grant, Charles Newirth, Jonathan Schwartz
- Fotografía: Bill Pope
- Montaje: Elísabet Ronaldsdóttir, Nat Sanders, Harry Yoon
- Música original: Joel P West
- Reparto: Simu Liu, Tony Chiu-Wai Leung, Awkwafina, Meng'er Zhang, Fala Chen, Michelle Yeoh, Wah Yuen, Florian Munteanu, Andy Le, Paul W. He, Jayden Zhang, Elodie Fong, Arnold Sun, Stephanie Hsu, Kunal Dudheker, Tsai Chin, Jodi Long, Dallas Liu, Ronny Chieng, Daniel Liu, Stella Ye, Fernando Chien, Michael-Anthony Taylor, Zach Cherry, Raymond Ma, Thau Shen Lim, Kar-Yung Lau, Johnny Carr, Harmonie He, Lydia Sarks, John Harding, Lynette Curran, Benjamin Wang, Benedict Wong, Jade Xu, Shelley Xu, Alistair Bates, Dee Bradley Baker, Kelli Bailey, Alfred K. Chow, Shaun Robert Foley, Ben Kingsley, Christian Harris Neeman, Tim Roth, Bingchen Ye
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