NOMADLAND

Nomadland es una película basada en un libro que cuenta historias reales de gente en Estados Unidos, generalmente mayor de 50 años, que al quedar arruinada durante la crisis de 2008 se quedó sin casa y se fue a vivir a su vehículo. Viven una vida itinerante, haciendo trabajos temporales y forman una peculiar comunidad. La cineasta Chloé Zhao ha tomado algunas de estas historias y las ha usado como telón de fondo para contar la historia totalmente ficticia de su protagonista, interpretada por una genial Frances McDormand.

Nomadland es la tercera película de la cineasta estadounidense de origen chino Chloé Zhao. La película adapta el libro de no-ficción de Jessica Bruder, que cuenta historias de personas generalmente mayores de 50 años que se quedaron sin trabajo y sin vivienda en Estados Unidos después de la gran crisis de 2008 y que acabaron viviendo una vida nómada en la carretera, durmiendo en diversos vehículos. Zhao ha optado por crear unos pocos personajes ficticios y hacer participar a personas reales que se encuentran en esa situación para el resto del casting. El resultado es una road-movie contemplativa e inteligente que muestra sin realizar juicios de valor a un sector totalmente olvidado de la sociedad estadounidense. La crítica ha recibido con entusiamo a la película, que ganó cuatro Globos de Oro (Mejor Película - Drama, Mejor Directora y Mejor Guion para Chloé Zhao y Mejor Actriz - Drama para Frances McDormand) y ha recibido seis nominaciones a los Oscar (Mejor Película, Mejor Directora, Mejor Guion Adaptado y Mejor Montaje para Chloé Zhao, Mejor Actriz para Frances McDormand y Mejor Fotografía para Joshua James Richards).

La protagonista absoluta de la película es Fern (Frances McDormand), una mujer viuda entrada en la sesentena que se queda sin hogar cuando cierra la mina que emplea y da vivienda a todo el pueblo de Empire, en medio de Nevada. Fern se ve obligada a vivir en su camioneta, a la que dota de las pocas comodidades que puede. Primero se intenta quedar en la zona trabajando con un contrato de temporada en un gigantesco almacén de Amazon, pero cuando se acaba el contrato se ve obligada a irse porque es pleno invierno y no hay más trabajo disponible. Aconsejada por una amiga suya en la misma situación, se dirige al Rubber Tramp Rendezvous, un encuentro entre nómadas en la zona desértica de Quartzite en Arizona. Allí conoce a Bob Wells (que se interpreta a sí mismo), un hombre que ha ganado una cierta notoriedad en youtube juntando a una comunidad de gente que vive en su vehículo y tiene una vida itinerante. En el encuentro se producen trueques y también se ayuda con consejos prácticos a los novatos en este tipo de vida, en la que las comodidades que buena parte de la sociedad da por sentadas -agua corriente, lavabos, electricidad fiable- están ausentes. Fern conecta con ellos y empieza a moverse por el país, tomando trabajos temporales y estacionales (centros de turismo, mantenimiento en parkings de caravanas, recogida de vegetales, restaurantes de comida rápida, etc.). En el encuentro conoce a Dave (David Strathairn), un hombre tranquilo y amable que se encuentra más adelante en el camino y con el que entabla una amistad que bordea la relación.

Por definición Nomadland es una road movie, que sigue a su protagonista a medida que se va desplazando por Estados Unidos en un viaje cíclico: la película termina en el mismo lugar en el que empieza en el curso de un año. El punto de vista que ofrece sobre la vida de las personas a las que retrata es muy neutro. Por un lado muestra la dureza de esa vida: vivir muy a merced del clima y sin comodidades, en furgonetas que sirven de dormitorio, cocina, comedor y sala de estar si no se puede estar fuera; depender de ese vehículo para todo, donde un pinchazo o una avería pueden ser un drama; vivir una existencia muy solitaria, sin amistades sólidas, fuera de los contactos ocasionales con otros nómadas; tener que trabajar por muy poco dinero en trabajos muy duros, especialmente para personas mayores de 50 y 60 años y en definitiva vivir al filo, donde cualquier problema de salud o de dinero puede ser un drama irresoluble. Por otro lado también se muestra la libertad que sienten muchas de estas personas una vez se han aclimatado a vivir así; no tienen deudas ni ataduras y su vida es mucho más variada que la vida rutinaria de la mayoría de la población. Los vínculos que los unen a otros nómadas son intensos y llenos de solidaridad, si bien no llegan a formar una comunidad como tal: se encuentran en el camino. El orgullo que sienten por su independencia me pareció muy estadounidense; prefieren vivir en furgonetas que pedir ayuda, para muchos algo que los disminuye. Es posible que por raza (mayoritariamente blanca), demografía y situación vital, estas personas se encuentren muy cerca de las posturas políticas antiinmigración y antiestablishment que llevaron a Donald Trump al poder, pero Zhao evita cuidadosamente entrar en política. Prefiere en cambio retratar la vida y el día a día de los nómadas, su lado humano.

Todo esto se condensa en el personaje de Fern, en parte gracias al guion, pero en gran parte gracias a la prodigiosa composición que él que hace Frances McDormand. La actriz, que ganó un Oscar por interpretar a una mujer también mayor, también blanca y también empobrecida en Tres anuncios en las afueras, crea en Nomadland el reverso de ese personaje en casi todos los aspectos. McDormand usa la contención de forma magistral; con una sonrisa triste de medio lado nos hace intuir a una mujer reservada pero amigable, ferozmente orgullosa y que quiere lidiar con el duelo por la muerte de su esposo y la pérdida de su modo de vida en sus propios términos. Su personaje sufre las penurias e incomodidades de la vida en una furgoneta, pero también aprende a valorar la libertad de su nuevo estilo de vida, que le permite estar más cerca de unos parajes abiertos y una belleza natural por la que antes no había transitado. En última instancia la película nos muestra que prefiere esa vida a otras posibles salidas que la historia le abre, pero que por orgullo o por su forma de llevar el duelo decide no aceptar.

El resto de nómadas, que a excepción del siempre excelente David Strathairn, se interpretan a sí mismos -o al menos versiones un poco ficcionalizadas de sí mismos-, lo que le da a la película un aire muy naturalista y una gran credibilidad. Zhao, que ya había usado este recurso en The Rider, su anterior trabajo, demuestra su capacidad para mezclar ese realismo con un amor por los espacios naturales abiertos que aún ofrece Estados Unidos. La excelente fotografía de Joshua James Richards destaca por saber combinar esos espacios gigantescos con los confinados interiores de las camionetas y por su uso de la luz exterior. La banda sonora, compuesta por música de piano de Ludovico Einaudi de corte lírico e intimista, acompaña perfectamente a la narración.

Nomadland me ha parecido una película excelente. Tanto el tema como la manera en la que Chloé Zhao lo trata son interesantes y la participación de Frances McDormand, que realiza uno de los papeles más ricos de su carrera -y eso es decir mucho-, eleva el resultado final hasta convertirlo en una de las películas del año. El ritmo pausado y meditativo de la historia puede alejar a los más aficionados a desarrollos rápidos, pero realmente merece la pena invertir tiempo y atención en la película y dejarse llevar por sus imágenes y personajes.

(c) 2021 Jordi Flotats