El director estadounidense Lee Isaac Chung vierte sus recuerdos de infancia en un drama sobre una familia de inmigrantes coreanos que se instala en una granja remota en medio de Arkansas para intentar tener un futuro mejor. El tratamiento exquisito del tema y un reparto excepcional la convierten en uno de los títulos del año
Minari es la cuarta película del director estadounidense Lee Isaac Chung y sin duda se trata de su obra más personal, ya que escribió la historia basándose en recuerdos de su infancia en la América rural. Chung, hijo de inmigrantes coreanos, ha escrito una historia sobre una familia venida de Corea que se instala a principios de la década de 1980 en una granja en Arkansas, lejos de todo y lejos de comunidades de inmigrantes coreanos, para intentar conseguir una vida mejor. La película tiene sus riesgos para el mercado estadounidense, porque al estar muy centrada en la familia protagonista mayoritamente está hablada en coreano. Pero el éxito de The Farewell, también estadounidense y hablada básicamente en chino y el respaldo de la productora Plan B Entertainment, fundada por Brad Pitt, ha permitido su creación y acuerdos de distribución importantes. De momento la apuesta parece estar dando sus frutos; la cinta se llevó el Gran Premio del Jurado y el Premio del Público en el último festival de Sundance y ha recibido seis nominaciones importantes a los Oscar (mejor película, mejor dirección y guion original para Lee Isaac Chung, mejor actor para Steven Yeun, mejor actriz de reparto para Youn Yuh-jung y mejor banda sonora para Emile Mosseri).
La familia protagonista está formada por el matrimonio joven formado por Jacob (Steven Yeun) y Monica (Yeri Han) y sus dos hijos; Anne (Noel Cho) y el pequeño David (Alan S. Kim). La película arranca cuando llegan a su nuevo hogar en medio de Arkansas, una parcela de tierra bastante lejos del pueblo más cercano con una casa que es una gran caravana varada al lugar. Jacob está exultante. Su plan es trabajar con Monica como sexadores de pollos, el mismo oficio que tenían en California, pero mientras tanto cultivar verduras y hortalizas propias de Corea para poderlas vender a tiendas de alimentación especializadas en productos de ese país, muy populares entre los inmigrantes. Eventualmente espera poder dedicarse a tiempo completo a la granja, aunque falte transitar por un largo y complicado camino hasta llegar a eso. A Monica en cambio se le cae el alma al suelo cuando ve dónde van a vivir, tanto por lo destartalado de la vivienda como por la distancia al hospital más cercano. Un detalle importante porque David tiene una pequeña insuficiencia cardíaca y hay que vigilar que no haga esfuerzos excesivos. Monica continua trabajando a jornada completa, cuidando a dos niños y sin ningún apoyo de la comunidad, mientras que Jacob realiza dos jornadas completas, una en la granja y otra en su otro trabajo. Este aislamiento e infelicidad van erosionando su relación. Para intentar suavizar las cosas y evitar la ruptura, Jacob invita a vivir a su suegra Soonja (Youn Yuh-jung) -que reside en Corea- con ellos para que ayude a Monica. Soonja, una mujer vital y punto extravagante, se integra pronto en la vida de la familia y desarrolla una relación especial con el pequeño David, que primero la ve con sospecha porque no se parece a las abuelas que salen por la tele, pero pronto se acostumbra a su particular humor y a su vitalidad. Esto no impide que las tensiones entre Monica y Jacob vayan en aumento a medida que se van enfrentando a crecientes dificultades económicas con la granja.
Minari examina el sueño americano a través de la lente de unos emigrantes de Corea que pasaron por grandes dificultades hasta poder emigrar a Estados Unidos. La película se centra por completo en las dinámicas familiares y prefiere seguir con detalle las relaciones entre la pareja protagonista y la que se establece entre la abuela y el nieto. La pareja protagonista discute constantemente; no de forma explosiva, pero sus diferencias son graves. Él ha decidido unilateralmente la mudanza y el cambio de vida para perseguir el sueño de triunfar económicamente y llevar una vida mejor. Y a ella esa vida le resulta difícil; tienen que trabajar aún más que antes, están socialmente aislados en lugar de vivir en una comunidad de inmigrantes de su país y paradójicamente les parece ir peor económicamente, ya que se acumulan deudas mientras la granja no arranca. A través de varias visitas a la iglesia local se puede observar su aislamiento y la desconfianza de que parece sentir la gente hacia ellos, pero la película decide no ahondar en ese aspecto. El único personaje relevante que no sea de la familia es Paul (Will Patton), un jornalero que contratan para que les ayude con los cultivos; un tipo aún más pobre que ellos, ultrareligioso y mentalmente no muy estable, pero que los trata sin el más mínimo atisbo de racismo.
A pesar su argumento dramático, Minari es una película amable. Isaac Chung ha procesado sus recuerdos de infancia desde una perspectiva completamente adulta y madura. Todos los personajes tienen sus defectos, pero también sus cualidades, y a pesar de todos los problemas son una familia que se quiere y que es capaz de encontrar alegría en las pequeñas cosas. El padre arrastra a su familia a una vida que no gusta a su esposa, pero trabaja más que nadie y se preocupa mucho por sus hijos. La madre es infeliz, pero entiende a su esposo a pesar de no estar de acuerdo con sus planes. Los niños se acomodan a la idea de vivir en medio del campo y sienten menos la extrañeza de su cambio vital, especialmente el pequeño David. Su hermana mayor tiene la responsabilidad añadida de cuidar de él mientras sus padres trabajan. El personaje de la abuela me pareció tan simpático como entrañable; primero su nieto no está encantado no ella y no lo disimula, le hace beber brebajes de hierbas, no parece una abuela y además tienen que compatir habitación. Pero pronto se hacen inseparables y ella le ayuda a llevar mejor el miedo a la muerte que le provoca su enfermedad cardíaca. A través de esta abuela y del minari -una hierba propia de Corea con usos medicinales y culinarios- que planta en la granja se mantiene la relación con su cultura de origen.
Aparte de tener un gran guion, la película se sostiene en buena parte parte gracias a un casting extraordinario; todos los actores están perfectos en sus roles. Los personajes más desarrollados, el matrimonio, David y la abuela, brillan gracias al trabajo de sus intérpretes. Steven Yeun tiene un papel complicado porque es casi inevitable simpatizar con su esposa. Pero a pesar de eso logra transmitir, no sólo la voluntad de cumplir su sueño a pesar de las dificultades iniciales que pueda causar a su familia, sino también su miedo a perderlo todo y el amor que siente por su esposa e hijos. Yeri Han da vida a una mujer infeliz, preocupada todo el día por sus hijos, intensamente religiosa y siempre al borde de coger a los niños y volver a California. Youn Yuh-jung destaca por su papel de abuela vital, alegre a toda costa que se encariña de inmediato con David.
Minari me ha parecido una película excelente, una auténtica gozada; combina una historia muy interesante y bien tratada en el guion con una realización sobria y un reparto excepcional. Hay que verla.
(c) 2021 Jordi Flotats
Ficha Técnica:
- Título original: Minari
- Año: 2020
- Duración: 1h 55min
- País: USA
- Director: Lee Isaac Chung
- Guion: Lee Isaac Chung
- Productor: Brad Pitt, Dede Gardner, Jeremy Kleiner, Joshua Bachove, Steven Yeun, Christina Oh
- Fotografía: Lachlan Milne
- Montaje: Harry Yoon
- Música original: Emile Mosseri
- Reparto: Alan S. Kim, Yeri Han, Noel Cho, Steven Yeun, Darryl Cox, Esther Moon, Ben Hall, Eric Starkey, Will Patton, Youn Yuh-jung, Jacob M Wade, James Carroll, Jenny Phagan, Tina Parker, Chloe Lee, Joel Telford, Scott Haze, Kaye Brownlee-France, Skip Schwink, Tea Oh, Laurie Cummings, Daniel Fortman, Laurie Frost, Warren Lane, Jonnie Parnell, Amanda Pearce, Ernie Robinson, Ed Spinelli, Debbi Tucker, April Warren
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