POSSESSOR

Brandon Cronenberg demuestra que es hijo de su padre David en Possessor, un thriller futurista con una premisa argumental interesante, rodado con gran frialdad y que hace gala de un body horror perturbador.

Cuando eres el hijo de David Cronenberg y quieres dedicarte a dirigir películas, supongo que tienes que decidir si intentar alejar tus trabajos al máximo del estilo de tu padre o por el contrario, si realmente te atrae, abrazar ese estilo e intentar practicarlo sin cortapisas. Brandon Cronenberg parece haber elegido la segunda opción. En su debut, Antiviral, ya apuntaba maneras en el terreno del body horror en una trama oscuramente satírica basada en una corporación sin escrúpulos que vendía versiones atenuadas de enfermedades de gente famosa para que sus fans las experimentaran. Possessor, su segundo trabajo, va aún más allá; es un thriller ultraviolento en que la corporación donde trabaja la protagonista se dedica a los asesinatos indetectables usando una tecnología que permite "poseer" temporalmente a una persona. Más allá del argumento, Cronenberg realiza una declaración de estilo, con una gran frialdad narrativa, una fotografía impecable e imágenes muy potentes.

La película arranca con una joven (Gabrielle Graham) en un lavabo conectándose a la cabeza un cable que sale de una máquina; tras mover unos diales, su expresión cambia hasta llegar al lloro inconsolable. Después sale del lavabo y se une a una fila de jóvenes vestidos como ella y entran en un lujoso salón lleno de gente; son los camareros. De repente la joven recoge un cuchillo pequeño para cortar carne corre hacia un hombre y lo apuñala con una violencia increíble repetidas veces. Después saca una pistola de una bolsa e intenta suicidarse, pero no lo consigue. En estas entra la policía, la chica apunta el arma hacia ellos es abatida a tiros. En otro lugar, una mujer, Tasya Vos (Andrea Riseborough), que yace conectada a una máquina que le cubre casi toda la cabeza, despierta violentamente. Tras eso su jefa, Jennifer Jason Leigh, le realiza un test que parece diseñado para determinar hasta qué punto recuerda ser ella misma. Parece que ambas trabajan en una empresa que bajo una tapadera legal, se dedica a realizar asesinatos de alto nivel usando una tecnología que permite a asesinos como Tasya "poseer" temporalmente a alguien. Pero estas posesiones se cobran un precio al asesino, puesto que están compartiendo cuerpo, y hasta cierto punto, mente durante unos días. La violencia extrema del último asesinato -usar el cuchillo en lugar de la pistola- y la reluctancia a quitarse la vida lo empiezan a demostrar. Pero a pesar de eso le encargan otra misión; tiene que matar a John Parse (Sean Bean), el fundador y CEO de una empresa enorme que se dedica a recabar, no se sabe si legal, ilegal o alegalmente, información de personas espiándolas a través de sus dispositivos conectados a la red que dispongan de cámara. Para ello deberá poseer a Colin Tate (Christopher Abbott), el novio de Ava (Tuppence Middleton), la hija del CEO, estar en su cuerpo unos días y matar a Ava y a Parse en una fiesta corporativa.

Antes de poseer a Colin, Tasya Vos demuestra que empieza a estar quemada; cuando visita a su familia, ex-marido y e hijo pequeño, tiene que ensayar su propio personaje antes de entrar en casa y tiene flashes de sus anteriores trabajos. Pero su jefa la presiona para que ejecute esta misión, clave para la empresa y también para ella, porque la está preparando para que tome su lugar. Pasa unos días espiando a Colin para conocer su vida, sus inflexiones al hablar y su gestualidad y cuando está preparada lo posee. Como era de esperar, posesión no va muy fina; le cuesta mantener el control, pero sigue adelante, lo que provoca que la situación se torne muy caótica.

Possessor es una película visualmente perturbadora con una historia terrible de fondo. La elección de Andrea Riseborough y Christopher Abbot para interpretar a los personajes que se "mezclan" me parece perfecta; ambos son capaces de crear gente inquietante con vida interior turbia. La mezcla de ambos es perturbadora porque ambos en el fondo están de acuerdo con lo que se hacen el uno al otro; ella parece estar en el proceso de cortar todas sus ataduras personales para llegar a ser "nadie" y él odia su trabajo -comprensiblemente- y el estatus de riqueza y superioridad de su familia política, que forman parte del 1% más rico, poderoso e intocable de la sociedad. Los momentos donde ese proceso se muestra mejor es cuando Colin está haciendo el amor con su novia cuando está poseído por Tasya, un morboso menage-a-trois, y la devastadora escena final de Colin con la familia de Tasya. La película empieza muy fuerte y luego va ganando momento hasta su volcánico final. Me gustó mucho la parte en la que la asesina prepara su interpretación y los primeros momentos en los que, ya poseyendo a Colin, tiene que interactuar con su novia. Christopher Abbot realiza un gran trabajo reflejando ese cambio interior.

Aunque el desarrollo argumental no me parece redondo, visual y temáticamente Possessor me ha parecido una maravilla. La fotografía y el diseño artístico son fabulosos y el ritmo pausado le da a menudo un aire pesadillesco a la narración. Cronenberg demuestra que no le tiembla la mano con el body horror en escenas de terrible violencia, pero además nos pinta un mundo frío, dominado por empresas gigantes que roban la intimidad a las personas sin que a estas parezca ni siquiera importarles. Una de las películas más perturbadoras que he visto en bastante tiempo.

(c) 2020 Jordi Flotats