THE OWNERS

The Owners es una película de terror con dosis de humor negro británica que aprovecha su gran casting de actores para sacar el máximo provecho de unos escenarios muy reducidos. La película es una home invasion con muchos giros argumentales y violentos e ingeniosos juegos del gato y el ratón entre sus protagonistas.

El miedo a tener que defenderse de unos allanadores en nuestra propia casa debe estar muy enraízado en nuestra psique colectiva, porque cada año se produce un buen número de películas que nos muestran justo eso, las llamadas 'home invasion'. Aunque pareciera que Michael Hanneke había dicho todo lo que había decir en su magistral Funny games, estas películas se han convertido en un subgénero del cine terror. The Owners, el debut en el cine de Julius Berg, que hasta ahora había desarrollado su carrera en la televisión. La película introduce una historia con varios giros sorpresivos, algo de humor negro y bastante violencia explícita que no cambiará la historia del cine pero que hará pasar un buen rato a sus espectadores.

La película está libremente basada en el comic Une Nuit de Pleine lune. La historia transcurre en un pequeño pueblo inglés donde tres jóvenes "planean" un robo. Son Gaz (Jake Curran), el instigador, cruel y agresivo; Nathan (Ian Kerry), más tranquilo pero desesperado por conseguir dinero fácil y su amigo de siempre Terry (Andrew Ellis), con sobrepeso, dócil e infantil. La madre de Terry va a limpiar a la gran casa que tiene el doctor Huggins (Sylvester McCoy) donde vive con su esposa Ellen (Rita Tushingham) y le ha dicho (sin ninguna mala intención) que en la casa tiene una caja fuerte, el objetivo del grupo. El doctor Huggins vive apartado del pueblo, pero lleva allí toda la vida ejerciendo y conoce a todo el mundo. Su esposa está enferma con algún tipo de demencia que hace que olvide cosas y hace algunos años perdieron a su única hija. El gran plan del trío es esperar a que salgan a cenar fuera como hacen todos los viernes, entrar en la casa, abrir la caja y sacar el dinero. Fácil. El primer problema se presenta en forma de Mary (Maisie Williams), la novia de Nathan, que se presenta allí para recuperar su coche, que les ha prestado y necesita para ir a trabajar. Ella está en contra de todo el plan, pero al final consiente. Una vez en la casa, les cuesta encontrar la caja, que está escondida en el sótano y luego encima no la pueden abrir. Entonces deciden esperar a los ancianos y obligarles a revelar la combinación. Pero una vez capturados la cosa no es tan fácil, la situación se complica mucho y se llegan a invertir los papeles en un violento juego del gato y el ratón.

The Owners es una película consciente que la historia que está narrando y sus personajes son bastante increíbles, pero en lugar de intentar disimularlo, hace bandera con ello y nos hace partícipes de un juego cruel pero muy entretenido. Con sorpresivas desapariciones rápidas de algunos personajes los auténticos protagonistas acaban siendo Mary, la "final girl" que casi siempre sobrevive en las películas de terror y los dos ancianos, responsables de los mejores momentos, con aportaciones puntuales pero importantes del infantiloide y tontorrón Terry. Y es que el buen doctor, interpretado magistralmente por Sylvester McCoy es un hombre paternal, que siempre habla con tono suave y tranquilizador, incluso cuando te quiere matar. y la demencia de su esposa a veces oculta a una auténtica bruja cruel. Maisie Williams, famosa gracias a su participación en Juego de Tronos, realiza un buen trabajo intrepretando a una chica no especialmente buena persona, pero que lleva una vida dura y que sabe que el futuro probablemente no será mejor.

Pero el punto fuerte de The Owners no son los personajes, más bien son las situaciones; Julius Berg saca mucho partido al caserón donde transcurre la mayor parte de la película para montar trampas, persecuciones, meter escondites y esconder sorpresas que en su mayor parte están muy bien rodadas y resultan oscuramente divertidas. La sorpresa final es algo exagerada, pero va muy en linea con el tono de la película. Una película que no pasará a la historia del cine, pero que me pareció muy correcta, bien interpretada y muy entretenida, con un tono ligero muy bienvenido.

(c) 2020 Jordi Flotats