COMRADE DRAKULICS

Comrade Drakulics es una comedia romántica que usa la figura del vampiro para satirizar el régimen comunista que gobernaba Hungría en la década de 1970. Bien realizada y de tono ligero, la película está cargada de referencias locales, pero tiene suficiente de universal para que la puedan disfrutar todos los públicos.

Los vampiros han pasado por múltiples transformaciones en el cine desde el Drácula canónico. En los últimos años han protagonizado desde sagas románticas para adolescentes como Crepúsculo hasta comedias donde los no-muertos comparten piso como en Lo que hacemos en las sombras. Y es que figura del vampiro da mucho juego para todo tipo de historias, como demuestra Comrade Drakulics, la segunda película del director húngaro Márk Bodzsár, que nos propone una comedia romántica y algo negra ambientada en la Hungría comunista de la década de 1970 que usa el vampiro como forma de ridiculizar el régimen.

En esa época Brezhnev, el premier de la Unión Soviética, estaba enfermo y quería la vida eterna. Con el fin de proporcionársela, la policía secreta de Hungría decide investigar de cerca al camarada Fábián (Zsolt Nagy), un hombre de más de sesenta años que participó en el auge del régimen en el país con los que ahora lo dirigen, pero que luego se fue a Cuba y finalmente acabó en Estados Unidos. Para tenerlo en su terreno lo invitan al país para que apadrine una campaña de donaciones de sangre que se está llevando a cabo para ayudar a la causa de Vietnam del Norte en la guerra. Para seguirle destinan a dos de agentes, Maria (Lili Walters) y Kun (Ervin Nagy), que son pareja; Kun tiene que quedarse como controlador y Maria tiene que estar con Fábián y quizás incluso seducirlo. Cuando llega, con chaqueta de cuero y coche americano, todo el mundo queda asombrado; no aparenta tener mucho más de treinta años, cuando sus antiguos compañeros de lucha parecen abuelos. Entonces Maria tratará, con el apoyo del aparato policial, de sacarle el secreto e intentará no enamorarse de él.

Desde su inicio, Comrade Drakulics es una comedia que usa al vampiro como vehículo para realizar una sátira política, en ningún momento se acerca al terror y sale muy poquita sangre. Pero lo hace con gracia y eficiencia. La realización de la película me pareció muy correcta, así como el colorista diseño de decorados llenos de objetos de la época que retrata. Los personajes tienen la profundidad justa para una comedia -suficiente para que nos importen, no lo suficiente para distraernos- y están muy bien interpretados. Los secundarios, elemento clave en las comedias, están fantásticos y son responsables de algunos de los momentos más divertidos de la película.

El humor es más de sonrisa que de carcajada, con múltiples referencias al régimen comunista; algunas evidentes para alguien como yo, que no conoce demasiado la historia de Hungría, mientras que otras supongo que son para los que lo vivieron. Pero de todas maneras el argumento y su tratamiento son universales, lo que sumado a su buena realización hacen al conjunto un divertimento seguro para casi todos los públicos.

(c) 2020 Jordi Flotats