THE DARK AND THE WICKED

Brian Bertino dirige y escribe una película de terror ambientada en una granja aislada en la Texas más rural. La película propone una historia donde el mal asola a una familia adoptando formas distintas e insidiosas.

The Dark and the Wicked es el cuarto trabajo del director estadounidense Brian Bertino, un director especializado en el género de terror. Esta es probablemente la película donde explora el género desde una perspectiva más "pura", puesto que sus primeros trabajos, Los extraños, Mockingbird y El monstruo, mezclaban el thriller con el horror. La película, con un argumento bastante simple, se basa en gran medida en la creación de atmósferas en un entorno relativamente confinado y en el reparto para generar inquietud al espectador.

La historia transcurre por completo en la granja familiar de los Thurber, situada en la Texas rural y bastante aislada del mundo. David Straker (Michael Zagst) es el patriarca de la familia, pero su larga enfermedad terminal parece ya cercana a su fin; está con oxígeno e inconsciente. Con él vive su esposa Virginia (Julie Oliver-Touchstone), que hace lo que puede para hacer más cómodos sus últimos días. Durante el día tiene la ayuda de una cuidadora (Lynn Andrews), pero las noches las pasa sola con él. La película empieza cuando sus dos hijos, Louise (Marin Ireland) y Michael (Michael Abbott Jr.), vienen a visitarlos a la granja y pasar unos días con ellos. Encuentran a su madre muy cambiada; taciturna, sólo les pide tajantemente que se marchen de la granja y está obviamente nerviosa y asustada. Una noche se la encuentran ahorcada en el corral donde tienen las ovejas. Desde ese momento empiezan a comprender que una presencia maligna habita en la granja y va a por sus vidas, o quizás a por sus almas.

El inicio de The Dark and the Wicked me pareció poderoso; Bryan Bertino imprime a la narración un ritmo pausado y fotografía de Tristan Nyby logra capturar imágenes a la vez pastorales e inquietantes de la granja. La iluminación y la disposición de la casa, lejos de las mansiones encantadas, también logra ese efecto; da la sensación gastada y familiar y a la vez es escenario de pesadilla cuando la historia lo requiere. Las escenas de la madre cortando zanahorias mientras siente una presencia malvada detrás suyo son espléndidas, así como las que transcurren en el corral de las ovejas. Bertino logra con creces crear tensión y mal rollo sin efectismos, mostrando muy poco.

El desarrollo de la historia me gustó menos; empiezan a pasar cosas y aparecer personajes (como el de un misterioso cura) que no sabemos si son reales o imaginarios; la madre empieza a aparecerse a los hermanos, incluso el padre -aún vivo- se les aparece. Esto me empezó a desconectar un poco de la tensión tan bien creada al inicio. Personalmente me gusta que las historias nos propongan unas reglas, por fantásticas que sean, y luego se atengan a ellas sin romper la lógica interna y The Dark and the Wicked no lo hace. Mucho de lo que sucede parece algo aleatorio, no se termina de ver bien el objetivo final del demonio o sus métodos por lo que resulta difícil conectar con la historia. El detalle final de la película, sus últimos fotogramas, me acabaron de molestar, dejándome mal sabor de boca.

Los actores están muy correctos, me gustaron especialmente Julie Oliver-Touchstone, que aparece poco, pero logra que su personaje inquiete mucho y Marin Ireland, que lleva el peso de la película en su tramo final. Su sufrimiento y su empatía se sienten auténticos. Y eso que tienen relativamente poco con lo que construir, la película no nos da ninguna pista sobre sus vidas, sólo que Michael está casado y tiene dos hijas. Tampoco sabemos nada sobre sus pasados; la familia no parece particularmente unida, pero tampoco se intuye animosidad entre ellos. Los hermanos parecen sentirse algo culpables por tener a sus padres viviendo solos un momento tan malo, un sentimiento totalmente comprensible, pero la historia no ahonda en nada de eso. Esta falta de desarrollo también penaliza la identificación con ellos cuando las cosas se acaban de torcer.

En conjunto The Dark and the Wicked me pareció una película técnicamente muy bien realizada, con un inicio fantástico. Pero su desarrollo posterior me dejó un poco frío, una lástima porque con un guion un poco más trabajado podría ser una gran película, con unos temas -soledad, ansiedad, aislamiento- que por desgracia están en el orden del día de los tiempos que vivimos.

(c) 2020 Jordi Flotats