TENET

Christopher Nolan vuelve al cine con un thriller de espionaje con una trama de fondo de ciencia-ficción tan compleja como bien pensada. La película reune todas sus señas de identidad, por lo que es un acierto seguro para los fans del cineasta. He agradecido además el hecho que se haya estrenado en salas de cine en una época en que se han parado todos los grandes estrenos.

Christopher Nolan es un director de cine bastante atípico; su obra auna su interés por el fantástico y la ciencia-ficción, una gran preocupación por la forma y la estética. Eso sin perder de vista la comercialidad de su cine, necesaria para afrontar presupuestos elevados. Así, en su filmografía se pueden encontrar obras como las tres películas de Batman, Batman begins, El caballero oscuro y El caballero oscuro: La leyenda renace, para mi gusto las tres mejores películas que se han echo sobre el personaje y de las mejores películas de superhéroes; la ciencia-ficción de altos vuelos de Interestelar; un thriller de ciencia-ficción como Origen, centrada en el mundo de los sueños; un thriller tan atípico como Memento, donde un protagonista sin memoria a corto plazo intenta resolver el asesinato de su esposa o una espectacular película bélica como Dunkirk, donde la supervivencia está por encima del heroismo. En todas ellas se pueden encontrar en mayor o menor medida las señas de identidad de su cine; unas historias narradas de forma cerebral, a menudo de forma no lineal que tienen inquietudes comunes como el tiempo, la memoria y la identidad.

Sabiendo todo esto, Tenet, su última película, no sorprenderá a los que somos aficionados a su obra, ya que comparte en gran medida estas inquietudes temáticas y estéticas. La película, que iba a ser uno de los grandes estrenos del verano, ha acabado siendo el único gran estreno del verano por culpa de la maldita pandemia de COVID-19, por lo que supongo que gozará de éxito de público, al menos en proporción al público que aún visitamos las salas de cine. La película, pensada para grandes formatos, se ve espectacular en una sala IMAX, algo que sumado a lo poco que he podido ir al cine desde marzo y a sus innegables méritos artísticos hizo que disfrutara enormemente de su visionado.

Si en Origen Christopher Nolan introducía la trama de ciencia-ficción en un thriller de atracos, en Tenet hace algo parecido pero dentro de una historia de espías -un poco a lo James Bond, pero sin la chulería y el sexismo-. La cinta arranca con una escena espectacular en la que el protagonista (del cual nunca sabemos el nombre), interpretado por John David Washington, es un agente de una agencia de inteligencia que participa en la extracción de un agente en la Ópera de Kiev justo cuando está siendo atacada por un grupo terrorista. Tras el rocoso rescate es reclutado por una agencia misteriosa que le ofrece una misión que tiene el potencial para salvar el mundo. Le cuentan que hay una guerra fría entre el futuro y el presente. Desde el futuro se envía información que permite a los agentes que tienen en el presente recrear una tecnología que puede revertir el flujo de la entropía, la medida de la complejidad de un sistema, o dicho de otro modo, del desorden. A medida que avanza el tiempo, también avanza la entropía, por eso si se invierte en un objeto o una persona se consigue que avance en sentido contrario al tiempo. El agente se enfrentará a un oscuro traficante de armas ruso, Sator (Kenneth Branagh), al cual intentará llegar a través de su esposa Kat (Elizabeth Debicki), una tasadora de arte prisionera de su psicópata marido. El protagonista se moverá por la India, donde contactará con Priya (Dimple Kapadia), otro miembro de la organización que le pondrá sobre la pista. Para estas operaciones recluta a Neil (Robert Pattinson), otro operativo británico. Juntos irán a Oslo, Estonia, el Golfo de Nápoles o una ciudad cerrada de Rusia en una trama que irá creciendo en intensidad a medida que la importancia de la misión queda clara.

Nolan ha escrito una historia de espionaje trepidante mezclada con una premisa de ciencia-ficción francamente curiosa. A diferencia de otras historias con viajes en el tiempo, en Tenet los personajes no "saltan" de un momento a otro sino que tienen que retroceder en sentido contrario, teniendo que pasar ese tiempo igualmente viajando a la inversa. Sólo hay una línea temporal y lo que ha pasado no se puede deshacer. Esta premisa permite una trama completamente lineal, aunque el hecho de que los personajes viajen hacia atrás para realizar acciones que permitirán resultados en su futuro haga parecer lo contrario. El fundamento de historia está contado a través de largas explicaciones en forma de diálogo. Aunque el consejo que da uno de los personajes a otro, diciéndole que no intente racionalizarlo demasiado y lo sienta también vale para el espectador. La película es más sencilla de lo que parece y la trama está narrada con la elegancia y la claridad habitual del director.

Formalmente Tenet me ha parecido preciosa; su fotografía, vestuario, montaje y diseño de producción son fabulosos. Las escenas de acción, protagonistas de buena parte del metraje, son alucinantes e incorporan los elementos fantásticos de forma perfecta tal como nos tiene acostumbrados su director. La escena final tiene poco que envidiar a las mejores de Origen. El reparto también me gustó; John David Washington pone carisma a un personaje muy frío y bastante misterioso; Robert Pattinson, un gran actor, le da al suyo un aire más desenfadado. Dimple Kapadia, que tiene un papel secundario pero vital en la trama, aporta mucho a las escenas en las que aparece. Elizabeth Debicki, una actriz espectacularmente elegante, logra que su papel vaya un poco más allá de la mezcla de femme fatale y esposa maltratada que propone el guion. Sólo me chirrió un poco Kenneth Branagh, quizás demasiado histriónico en su papel de malvado. Me alegró ver un pequeño cameo de Michael Caine, un actor fetiche del director.

Como casi todo el cine de Christopher Nolan, Tenet es espectacular, está realizada con virtuosismo y nos cuenta una historia interesante, a la que merece la pena prestar atención. Tras meses sin poder cine donde se tiene que ver la experiencia de verla en IMAX fue maravillosa, no puedo dejar de recomendarla a todos los que disfrutamos viendo cine en las salas.

(c) 2020 Jordi Flotats