EL ESCÁNDALO

El escándalo narra la caída de Roger Ailes, el artífice de Fox News, el canal de noticias que ha contribuido decisivamente a dar voz al conservadurismo más rancio en Estados Unidos. La película cuenta de forma muy verosímil las historias particulares de tres mujeres que dieron un paso adelante para denunciar el patrón sistemático de abusos sexuales que Ailes practicó durante décadas con total impunidad.

La figura de Roger Ailes, casi siempre a la sombra, fue decisiva para entender el cambio en el periodismo y la forma de dar la información en Estados Unidos. Ailes ayudó a Fox a crear un modelo de información tan sensacionalista como rentable, al servicio de los intereses de las alas más conservadoras del partido republicano, pero a la vez propiedad de un poder fáctico en sí mismo, el multimillonario Rupert Murdoch. Tal como se dice en El escándalo, la cadena se ha echo rica dando informaciones que asusten a tu abuela y enfurezcan a tu abuelo. Ailes fue una figura central en este proceso de mercantilización y manipulación de la información desde la década de 1970; ideólogo y ejecutor exitoso de una toxicidad informativa que actualmente puede observarse en medios de todo el mundo, altavoz de la polarización y la mentira que infecta a la mayor parte de las sociedades occidentales. Finalmente Ailes cayó, no por nada de todo eso, sino por algo igualmente grave; era un acosador que usaba su poder para abusar sistemáticamente de mujeres en su nómina. Creó un patrón de abusos sexuales y de poder que se alargó décadas con la complicidad implícita de sus empleadores y compañeros. Cuando finalmente algunas de esas mujeres dieron el paso adelante de denunciarlo, Fox lo dejó caer, intuyendo que el clima social no daba para más encubrimiento y sabiendo que no les causaría un gran perjuicio económico, ya que la demanda no era contra el canal sino contra el propio Ailes. La notoriedad del caso, sumada al movimiento #MeToo, hizo que se adaptara la historia, primero en la serie televisiva The loudest voice, con Russell Crowe como Ailes y después en la película El escándalo. La película logra con éxito alejarse del sensacionalismo, retratando con crudeza pero con sensibilidad el infierno del acoso y del abuso de poder desde la perspectiva de tres mujeres sin tampoco blanquear su complicidad en la forma de informar del canal donde trabajaban.

Las tres mujeres son Megyn Kelly (Charlize Theron), una de las presentadoras estrella de Fox News; Gretchen Carlson (Nicole Kidman), la presentadora del programa Fox & Friends y la joven Kayla Pospisil (Margot Robbie), un personaje que se compuso a partir de varias de las víctimas de Ailes. Gretchen Carlson está pasando por un mal momento en Fox; tras ser apeada de Fox & Friends se le ha dado un programa propio, pero en una franja horaria alejada del prime time. Víctima del acoso de Roger Ailes, su relación con él siempre ha sido rocosa, pero cada vez es peor, especialmente cuando empieza a tratar en su programa de temas que afectan a las mujeres, un anatema para su jefe. Tras ser despedida, sus abogados le aconsejan demandarlo personalmente por acoso sexual para que Fox no vaya a por ella. Pero para que la demanda prospere, necesita que más víctimas den el paso y testifiquen para demostrar un patrón sistemático de abusos. Una de esas víctimas podría ser Megyn Kelly, muy popular y nada sospechosa de feminismo. Por esa época Kelly está lidiando con las consecuencias de haber cuestionado con demasiada agresividad al -entonces- precandidato Donald Trump sobre sus frecuentes comentarios vejatorios a las mujeres. Trumpo reaccionó mal y la cubrió de improperios en Twitter, hecho que provocó una oleada de amenazas y críticas de los fans de Trump que le hizo la vida muy complicada, fuera y dentro del trabajo; no hay que olvidar que esos fans son televidentes fieles de Fox y el propio Trump era visto con muy buenos ojos por Ailes. Esta polémica enfrenta a Kelly con Ailes porque no se siente suficientemente defendida por el canal; además la demanda de Gretchen Carlson y los testimonios que empiezan a aparecer a cuentagotas le recuerdan que ella también fue víctima y que compañeras suyas podrían estar siéndolo todavía. Una de ellas es Kayla Pospisil, una chica cristiana y conservadora, muy en la línea oficial de la cadena. Kayla empieza trabajando en el programa de Carlson, pero su ambición la lleva a aceptar un ascenso interno dentro del equipo del presentador Bill O’Reilly -que en 2017 dimitió tras destaparse que entre él y Fox habían gastado millones de dólares para evitar demandas por acoso sexual-. Este cargo le permite llamar la atención hasta conseguir una entrevista con Ailes, que enseguida se encapricha con su belleza.

El guion de El escándalo, firmado por Charles Randolph (La gran apuesta), es uno de los puntos fuertes de la película. La historia está contada con ritmo, balancea muy bien los detalles de las vidas de las tres mujeres protagonistas con la trama y añade multitud de pequeños detalles que le dan verosimilitud al conjunto. El entorno de trabajo de Fox, con las fronteras entre departamentos y equipos de trabajo cuidasosamente parceladas en el edificio donde se concentra la mayor parte del personal que trabaja en información, se presenta como bastante tóxico; con rivalidades enconadas, jefes despóticos, rumores maledicentes y absolutamente todo el personal atemorizado por Ailes. Ailes se presenta como alguien que está todo el día microcontrolando absolutamente todo lo que se emite, sin miedo a abroncar a cualquiera que haga algo que a él no le parezca bien. Este control férreo funcionaba -comercialmente- porque Ailes tenía una idea absolutamente diáfana de lo que quería emitir, de su contenido, su tono y su forma. Pero desde luego no contribuía a crear un ambiente laboral sano, con todo el mundo compitiendo por su favor y atención, ni siquiera a dar prestigio a los trabajadores, que después de Fox tienen difícil encontrar trabajo en otras cadenas. En el centro de esta cultura tóxica está la sexualización total de las mujeres; las presentadoras están obligadas a vestir falda en antena, las mesas y la disposición de las sillas permite abundantes "planos de piernas". Y claro, Ailes está en el centro de todo esto; en una escena dolorosa se ve como realiza un casting al personaje de Kayla Pospisil, obligándola a levantarse y girar sobre sí misma ("la televisión es un medio visual"), para posteriormente hacerle levantar la falda cada vez más arriba. Tras esta cesión, Ailes remarca que el valor más importante es la lealtad e insinúa cual es la forma que tiene Kayla de demostrársela.

Una de las cosas que la película implica, pero quizás con excesiva timidez, es que está situación era un secreto a voces en Fox: todos los que llevaban un tiempo allí lo sabían, o al menos se hacían una idea, pero decidían ignorarlo, o peor, colaborar. El propio canal lo protegía, y con ello se convirtió en cómplice y probablemente fomentó que otros cargos tuvieran comportamientos similares. Las propias víctimas callaban, intimidadas por el ambiente, temerosas de perder su posición y sabedoras de que no podrían ganar. Sólo el cambio social que ha hecho que empiecen a salir a la luz casos así y el hecho que se apuntó especificamente a Ailes hizo que Fox lo dejara caer. Tal como le dice Rupert Murdoch (interpretado por Malcolm McDowell) a Ailes cuando este se justifica y plantea su defensa, ya no hay audiencia para su historia.

Aparte del gran guion, lo que hace que El escándalo funcione es su reparto. Charlize Theron, caracterizada con protésticos para añadir parecido con Megyn Kelly, realiza un esfuerzo importante para imitar su característica voz grave y su forma de hablar. Su personaje es el más protagonista y el que sirve para retratar las dinámicas internas de Fox a través de la polémica que tiene con Trump. Nicole Kidman lo hace bien (como siempre), retratando a una mujer ambiciosa, que se siente menospreciada por su antiguo acosador y que finalmente decide demandar. Margot Robbie vuelve a demostrar que es una gran actriz con su composición de una mujer joven que está en Fox porque le convencen sus valores; es conservadora, liberal y cristiana. Pero también es ambiciosa y bastante inocente, lo que la convierte en una presa ideal para Ailes. A través de su personaje se muestra el horror del acoso. La elección de John Lithgow como Roger Ailes no es obvia, pero demuestra ser muy acertada; Lithgow es un actor muy versátil que aporta humanidad a un personaje tiránico poseedor de un ingenio despiadado, pero capaz de mostrarse amable y paternal y de manipular con sutileza.

El escándalo me ha parecido una película notable por acercar al espectador de forma sintética y dinámica una historia llena de recovecos, con un reparto más que solvente. La película retrata el acoso sexual y el abuso de poder verazmente pero sin sensacionalismo y también cuenta una historia que sucedió un año antes que estallara el escándalo de Harvey Weinstein, protagonizado por unas mujeres que no se consideran a si mismas feministas, mostrando bastante bien las consecuencias de dar ese paso adelante y denunciar.

(c) 2020 Jordi Flotats