LE MANS '66

James Mangold dirige una película con realización impecable que cuenta cómo Ford constuyó un coche de carreras para intentar batir a los Ferrari en las míticas 24 horas de Le Mans. El reparto está encabezado por unos solventes Matt Damon y Christian Bale en el papel de los hombres que hicieron posible la hazaña.

James Mangold es un director con una carrera llena de películas muy bien realizadas, pero quizás no muy personales. Títulos como Inocencia interrumpida, En la cuerda floja, Noche y día o Logan le han ayudado a forjarse una carrera muy sólida en el Hollywood de los grandes estudios y han demostrado sin lugar a dudas su versatilidad y su gran oficio. Su última película, Le Mans '66, continua un poco en esta línea; una historia basada en hechos reales centrada en el mundo del automobilismo, con protagonistas muy masculinos, un gran reparto y una realización que sólo puede calificarse de espectacular.

La historia se ambienta a finales de la década de 1960. En esa época, tanto Ford como Ferrari tenían problemas económicos; Ford percibía que su competencia había logrado dar una imagen más cercana a los consumidores jóvenes, hijos de la posperidad que trajo la victoria en la Segunda Guerra Mundial. Ferrari, una marca prestigiosa, orgullosa de su artesanía, necesitaba dinero para mantener las puertas abiertas. Por estos motivos parecía buena idea que Ford comprara a Ferrari, compensando cada uno las debilidades del otro. Pero Enzo Ferrari (Remo Girone), el orgulloso propietario de la marca, usó a Ford sólo para que Fiat aumentara su oferta de compra, para posteriormente despreciar a la empresa americana en general y a Henry Ford II (Tracy Letts), nieto del mítico Henry Ford y presidente de la empresa, en particular. Esto último provoca la ira de Ford, que pida la inmediata puesta en marcha de un programa de coches de carreras con el objetivo de vencer a Ferrari en la mítica carrera de las 24 horas de Le Mans, una carrera dominada por la marca italiana durante años. El programa es subcontratado a Carroll Shelby (Matt Damon); Shelby es el único estadounidense que ha vencido en Le Mans conduciendo un Aston Martin. Está retirado del pilotaje por problemas cardíacos, pero tiene una empresa de coches deportivos. Ford le proporciona material y pone a su disposición la ingeniería, pero es él quien tiene que intentar crear un coche de la nada en un tiempo récord. Para ayudarle recluta a Ken Miles (Christian Bale), un veterano piloto y mecánico británico brillante pero con un carácter complicado. Ambos tendrán que lidiar con los directivos de Ford, una empresa llena de capas de burocracia celosa de sus áreas de poder, que intentarán meter cuchara en su trabajo. El peor de todos ellos será Leo Bebee (Josh Lucas), con el que Miles choca desde el momento en que se conocen.

La historia que a priori presenta Le Mans '66 es interesante; fue el choque entre una empresa gigantesca, pionera en la fabricación en cadena, orgullosa de proporcionar un coche a todo el mundo contra una empresa pequeña, orgullosa de su diseño personalizado y artesanía sin par, cuya producción era tan escasa como selecta. Un choque escenificado en una carrera mítica, que pone a prueba los coches y los pilotos; 24 horas en un circuito urbano, con zonas sin iluminar y frecuentes condiciones de lluvia, un test definitivo que pone a prueba tanto la durabilidad como la velocidad de máquinas y personas. Lo que me sorprendió un poco es que el guion juega poco a estas cartas; la historia se centra exclusivamente en el lado de Ford, sin enseñar nada del lado italiano. El conflicto que se muestra es más el de Shelby y Miles contra los directivos de Ford que el de Ford contra Ferrari, como si el obstáculo principal de Ford fuera ella misma. Esto le quita dramatismo a la narración e introduce a personajes poco relevantes como el directivo que intenta mantener la paz con Shelby (interpretado por Jon Bernthal) o a Leo Bebee, un villano tan exagerado que resulta un poco ridículo. También me pareció algo estereotipada la subtrama que muestra la vida familiar de Ken Miles; un hijo (Noah Jupe) que lo adora como a un héroe y una esposa abnegada (Caitrona Balfe) que apoya su sueño de ser un piloto de élite a pesar de su edad.

Aparte de estos problemas, Le Mans '66 tiene muchas virtudes. Para empezar, su reparto es excelente; Matt Damon realiza un trabajo magnífico dando vida a un tipo con fuerte acento tejano capaz de ser encantador y conciliador sin rebajar un carácter de hierro. Christian Bale también destaca, aunque su personaje de genio complicado tenga menos matices que el de Damon, tiene mucha química con él. Me encantó la composición de Henry Ford II que realiza Tracy Letts, un actor magnífico. Su personaje, colérico e inseguro, aplastado por la figura de su abuelo, es memorable. La dirección de James Mangold destaca en el último tercio de la película, cuando -finalmente- la acción se traslada a Le Mans. Las escenas de carrera, rodadas sin efectos digitales, me parecieron brillantes. Esta parte de la película es tensa, emocionante y visualmente espectacular. Un cierre en alto de una película que si durara menos de sus dos y horas y media sería mucho mejor, pero que de todas formas me pareció más que correcta.

(c) 2019 Jordi Flotats