MUJERCITAS

Casi cada generación tiene su propia adaptación de Mujercitas, unas novelas que en Estados Unidos se han leído de forma continuada desde finales del siglo XIX. Para la versión de 2019, Greta Gerwig (Ladybird), ha elegido contar la historia de forma fragmentada, un recurso que le funciona muy bien.

Mujercitas es una novela que la escritora norteamericana Louisa May Alcott en 1868, que no se ha dejado de editar desde su publicación. El relato, ambientado durante y después de la Guerra Civil estadounidense, retrata tan vívidamente una familia muy peculiar con cuatro hermanas muy unidas que sucesivas generaciones de lectores han sido capaces de empatizar con ellas. El éxito literario ha traído sucesivas adaptaciones cinematográficas. Las principales son la de 1933 dirigida por George Cukor y protagonizada por Katherine Hepburn, la de 1949, con una jovencísima Liz Taylor y la de 1994, con un reparto de lujo con Winona Ryder, Susan Sarandon, Claire Danes, Kirsten Dunst, Christian Bale y Gabriel Byrne. De la nueva versión de 2019 se ha encargado la directora Greta Gerwig, responsable de la magnífica Ladybird, que también ha escrito el guion. Su versión respeta el contenido original del texto, pero se permite la licencia de alterar su estructura narrativa y homenajear en clave literaria y feminista a la propia Louisa May Alcott. Con un reparto de lujo encabezado por Saoirse Ronan, la película entretiene, emociona y convence.

La escritora Louisa May Alcott puso mucho de su vida en Mujercitas; sufragista y abolicionista, tanto ella como sus tres hermanas se criaron con unos padres ilustrados pero sin dinero, lo que le permitió entrar en contacto con intelectuales e ideas muy avanzadas para su tiempo pero la obligó a trabajar desde muy joven. Su éxito literario vino de la mano de Mujercitas, publicada en dos partes a partir de 1868. La historia sigue a una familia instalada en Massachussets cuyo padre (interpretado por Bob Odenkirk), un pastor arruinado, fue a luchar como voluntario a la Guerra Civil. La madre, Marmee (Laura Dern), se ocupa de cuidar de sus hijas y de ayudar en lo que puede a los que tienen menos que ellos. Sus cuatro hijas, de mayor a menor, son Meg (Emma Watson), una chica centrada y dulce que aspira a ser profesora y formar una familia; Jo (Saoirse Ronan), una aspirante a escritora, brillante, apasionada, con un carácter volcánico, el alter ego de Alcott; Beth (Eliza Scanlen), extremadamente tímida y con gran talento musical y Amy (Florence Pugh), presumida, impulsiva, aficionada a la pintura y algo celosa de Jo. En la casa de al lado vive el señor Laurence (Chris Cooper), un anciano acaudalado que toma cariño a Beth porque le recuerda a una hija que perdió. Con él se viene a vivir su nieto Theodore (Timothée Chalamet) con John Brooke (James Norton), su instructor privado. Theodore pronto se hace amigo de las hermanas, especialmente de Jo, de la que se enamora. En otra gran casa vive la anciana tía March (Meryl Streep), una mujer amargada, conservadora y muy rica que desaprueba casi todas las elecciones vitales de la familia y espera que las hermanas se casen ventajosamente. Está a punto de hacer un gran viaje a Europa y se quiere llevar con ella a una de ellas, posiblemente a Jo.

Tanto las novelas como las adaptaciones cinematográficas hasta esta cuentan la historia en orden cronológico. En cambio Greta Gerwig ha decidido empezar más o menos a los dos tercios de la historia e ir contando el resto en forma de flashbacks. Esta elección puede parecer a priori algo chocante, porque chafa alguna de las sorpresas de la narración pero en mi opinión funciona muy bien. Reduce la parte inicial en la que las hermanas son más jóvenes, quizás la menos interesante. Por otro lado la explicación retrospectiva de los hechos permite darles una mayor perspectiva, dotar de más profundidad a los personajes, mostrar su evolución y resaltar la naturaleza casi idílica los últimos momentos de despreocupación de las hermanas antes que la vida adulta imponga sus realidades. Gerwig retrata con gran calidez y humor la relación entre ellas, mostrando una casa en permanente ebullición, con cuatro chicas inquietas, creativas y muy unidas, cuya educación poco convencional les ha dado una perspectiva más amplia de lo que pueden o no hacer las mujeres y de la institución del matrimonio.

Cada adaptación sucesiva de la novela pone énfasis en partes del material original distintos según la época en la que se haya rodado y el autor de la adaptación. Gerwig ha introducido en la trama el proceso creativo de Jo como escritora, tomándoselo más en serio que cualquier versión anterior, e incluso usándolo para realizar un juego metaficcional en el que Jo discute con su editor (un gran Tracy Letts) cómo debe terminar su novela. El final que le sugiere el editor enlaza con el final de la película de una forma divertida y reivindicativa. El feminismo es otro tema que se resalta en la historia; tanto Jo como Amy comprenden perfectamente la naturaleza económica y transaccional del matrimonio. Amy, un personaje reivindicado en esta película, que normalmente se toma como la hermana envidiosa y materialista, reflexiona acertadamente que en una sociedad en la que la mujer no puede trabajar por su cuenta, controlar sus finanzas ni evitar que su marido se quede con sus propiedades y con sus hijos, no es extraño que las mujeres acepten esa pérdida de control sobre su vida sin recibir nada a cambio.

El reparto de la película me parece maravilloso; Saoirse Ronan, Emma Watson, Florence Pugh y Eliza Scanlen están fantásticas por separado pero también tienen una gran química juntas. Saoirse Ronan, una gran actriz, se enfrenta a un papel que también han interpretado Katherine Hepburn y Winona Ryder. Su composición dota de una energía tremenda a su personaje, pero también sensibilidad, humor y amor por la letra escrita. La estructura narrativa beneficia a los personajes de Amy y Meg, algo que aprovechan muy bien las actrices. Emma Watson da vida a la hermana más convencional que aspira a tener una familia, casarse por amor, pero también vivir con comodidad. Watson logra aportar los matices apropiados cuando se ve que puede haber logrado lo primero, pero no lo segundo; tiene que trabajar mucho y contar cada céntimo para sobrevivir. Florence Pugh está brillante interpretando a la hermana que siempre se suele considerar "la mala". El guion le permite mostrar los matices. Vivir a la sombra de una hermana mayor como Jo no siempre es fácil, especialmente cuando comparten carácteres fuertes y la visión del papel de las mujeres en la sociedad que les ha tocado, aunque difieran radicalmente en la forma de enfrentarse a ello.

Greta Gerwig demostró en Ladybird, una de las mejores películas de 2017, que tiene una voz original y que es una directora más que capaz. Con Mujercitas ha demostrado que también puede afrontar con personalidad el material ajeno. La película me pareció muy bien planteada, muy bien escrita y muy bien interpretada, una producción que seguramente aparecerá en todas las quinielas de premios de este año.

(c) 2019 Jordi Flotats