EXTRA ORDINARY

Extra Ordinary es una comedia de fantasmas ambientada en un pueblecito irlandés que tiene un tono y un humor simplemente perfectos.

Extra Ordinary es la primera película del duo de directores y escritores Mike Ahern y Enda Loughman, cuyos trabajos previos habían sido en el campo de la publicidad, los videos musicales y algunos cortos. La película es una comedia de fantasmas, un poco como si Cazafantasmas estuviera ambientada en un pueblecito irlandés y estuviera protagonizada por una mujer encantadoramente normal a la que da vida la humorista Maeve Higgins. La historia, la realización y la calidad de los gags es posible que la conviertan en un título de culto entre los fans del terror.

La protagonista es Rose Dooley (Maeve Higgins), una mujer treintañera que vive en un pueblo donde todo el mundo sabe que tiene poderes sobrenaturales, pero que se niega a usarlos por un trauma relacionado con la muerte de su padre, un reputado parapsicólogo. A pesar de recibir múltiples llamadas para pedirle ayuda con temas relacionados con fantasmas, ella se dedica a dar clases de conducción. Pero cuando Martin Martin (Barry Ward), un viudo asediado por el fantasma de su esposa la contacta porque su hija adolescente Sarah (Emma Coleman) está inconsciente y levitando, Rose finalmente decide prestarle ayuda. Detrás de esa levitación está el hechizo que ha lanzado Christian Winter (Will Forte), un cantante norteamericano instalado en el pueblo con su repelente esposa Claudia (Claudia O'Doherty). Winter sólo tuvo un éxito, tras lo cual su carrera se apagó; ahora quiere pactar con el demonio para relanzar su carrera, pero para ello necesita el sacrificio de una virgen. Rose y Martin, con la ayuda de la hermana embarazada de la primera intentarán impedírselo y salvar a Sarah.

Extra Ordinary empieza con uno de los videos que grabó el padre de la protagonista, totalmente ochentero y VHS, en el que cuenta la naturaleza de los fantasmas y los sitios encantadas que marca el tono de toda la película; poco pretencioso, entrañable y algo absurdo. Los gags, las situaciones y los diálogos son divertidísimos desde el principio, personalmente me estuve riendo casi todo el rato. Maeve Higgins, la protagonista, crea de forma antológica a una mujer dulce, llena de sentido común, que vive una existencia más bien solitaria sin ninguna autocompasión. El resto del reparto también está a un gran nivel, especialmente Barry Ward, divertidísimo cuando lo posee el fantasma de su esposa muerta y Will Forte en su composición de divo venido a menos.

El guion y la dirección de la película me parecen antológicos; el tono es perfecto, los chistes funcionan desde el principio hasta al final y el ritmo narrativo es siempre el adecuado para que la acción no se pare y para darle el máximo efecto a los gags. Hacía años que no me reía tanto con una película, espero que los directores continúen con este buen pie.

(c) 2019 Jordi Flotats