SYNCHRONIC

Justin Benson y Aaron Moorhead vuelven a crear una película que introduce elementos de ciencia-ficción en la realidad cotidiana con un reparto que incluye más caras conocidas y algo más de presupuesto que sus anteriores trabajos.

Justin Benson y Aaron Moorhead llevan cuatro películas colaborando en la dirección; las tres primeras, Resolution, Spring, The Endless son producciones pequeñas, con historias que tocan el género fantástico desde una perspectiva cotidiana. De las tres sólo he visto The Endless una película interesante, muy bien dirigida y escrita. Con Synchronic, su último trabajo, parecen haber intentado un salto al mainstream, con un presupuesto algo mayor, un reparto conocido y un argumento más lineal, pero en mi opinión no les ha acabado de salir del todo bien.

La película tiene como protagonistas a dos veteranos paramédicos que trabajan en una ambulancia en New Orleans. Steve (Anthony Mackie) y Dennis (Jamie Dornan) son amigos desde hace años. Dennis tiene esposa y dos hijas, una de ellas casi adulta, Brianna (Ally Ioannides). Steve en cambio es soltero y mujeriego. Como es natural, cada uno envidia los aspectos positivos de la vida del otro y está cansado de los aspectos negativos de la suya. Cuando realizan el servicio nocturno su trabajo puede ser muy duro; tienen que lidiar con víctimas de agresiones, sobredosis y escenas de delitos. En los últimos tiempos se están enfrentando a víctimas con heridas muy extrañas; el único hilo conductor es el uso de synchronic, una nueva droga de diseño que al parecer tomaron todos los implicados. El tema se vuelve personal para ellos cuando Brianna desaparece tras ir a una fiesta donde se consumió la droga. Steve, que descubre que tiene un tumor en el cerebro que afecta a su glándula pineal, aprovecha ese hecho para empezar a tomar la droga y tratar de averiguar qué ha podido pasar. Y para su sorpresa descubre que una dosis te transporta físicamente a un momento del pasado, en el mismo lugar donde se toma la droga. el momento parece depender del lugar. Y más importante: si no se tiene cuidado uno puede quedarse atrapado en el pasado.

La historia arranca presentando a los protagonistas, mostrando los momentos duros que tienen que afrontar en los turnos de noche y la sólida relación de amistad que los une. También muestra varios episodios del uso de synchronic, pero pronto se muestran las cartas y se ven claros sus efectos. En la parte central de la historia el verdadero protagonista es Steve, al que diagnostican cáncer y empieza quimioterapia sin contárselo a nadie. También es Steve el que investiga la droga y experimenta con ella para saber exactamente qué es lo que está sucediendo.

En mi opinión, la película empieza bien, pero a partir que la historia entra en la parte fantástica, me pareció que se explicaba con cierta precipitación, usando demasiadas casualidades como por ejemplo la enfermedad de Steve, la justa como para que la historia sea posible. Los tramos de experimentación, con varios viajes en el tiempo tienen un poco de todo, pero alguno, como el viaje a la época de la esclavitud, me pareció un poco sonrojante.

Pero la película tiene sus cosas buenas; los actores realizan trabajos muy competentes y la dirección y la fotografía están muy bien. En conjunto la película entretiene, pero me dio un poco la sensación de ser más para domingo por la tarde en la televisión que para el cine. Quizás es que esperaba algo más de los directores.

(c) 2019 Jordi Flotats