SUPER ME

Una película de ciencia-ficción que mezcla mundos oníricos y realidades paralelas contada como una historia de aventuras.

Super Me es la ópera prima del director chino Zhang Chong, que este mismo año estrenará The Fourth Wall. La película es una historia de aventuras que juega con el mundo de los sueños y las realidades paralelas que contiene tanto buenas como malas ideas y una buena dosis de moraleja.

El protagonista de la película es el joven guionista Sang Yu (Darren Wang), un escritor con talento pero sin dinero para el alquiler y sin posibilidad de terminar el guion que tiene asignado: no puede dormir. Cada vez que cierra los ojos y se duerme tiene un sueño terriblemente vívido en el que una criatura monstruosa lo persigue y lo mata, despertándolo. Incapaz de sobreponerse, es deshauciado y acaba en la calle. Cuando parece que ha tocado fondo sigue el consejo de un vendedor de comida ambulante que se ha apiadado de él y la próxima vez que tiene un sueño, no sólo logra despertar antes que le maten sino que se lleva un objeto de ese sueño a la realidad. A partir de aquí empieza a sacar objetos valiosos de sus sueños y venderlos, haciéndose rico en pocos días. Sólo le cuenta esto a su único amigo (interpretado por Bingkun Cao), que pronto pasa a ser su ayudante. Tras procurarse un estilo de vida lujoso, pasa a intentar conquistar a la chica que le gusta desde hace años (Jia Song), propietaria de un café que pasa por dificultades. Pero tras un tiempo en el que las cosas parecen sonreírle, descubrirá que sus rapiñas nocturnas tienen un precio, tanto en el mundo real como en el mundo de los sueños

Superme es una película de fantasía y aventuras que viene acompañada de una moraleja muy poco sutil. La historia tiene una mezcla de influencias muy atractivas: realidades paralelas, conectadas por el mundo de los sueños; una especie de portal inconsciente común a todas las versiones de una persona; una miríada de mundos oníricos, siempre habitados por una persona monstruosa agresiva, sobre los que el protagonista pasa a tener un control creciente. Esta última idea es quizás la más desarrollada, implicando que quizás ese monstruo es algún tipo de representación del mismo personaje, implicando que quizás sería una representación del superego freudiano. Todas esas ideas por separado podrían estar muy bien, pero no terminan de encajar entre sí y la película no se molesta en dar demasiadas explicaciones; es mucho mejor planteando cosas que resolviéndolas.

Pero ante todo la película es una comedia de aventuras, que prioriza la historia de amor, la torpeza del protagonista y su amigo con fines humorísticos y que crea una amenaza en el mundo real al final de la historia que parece un poco sacada de la chistera para darle un poco más de sal y pimienta al conjunto. Y tampoco debe olvidarse la moraleja: el materialismo, la acumulación de riqueza sin esfuerzo es mala y acaba pasando factura. Un mensaje que parece muy dirigido al consumismo de la creciente clase media china.

Visualmente la película es muy bonita; los escenarios oníricos están creados con imaginación y gusto por el oropel, mientras que en el mundo real se opta por una estética ultramoderna con muchos toques kitsch. Los actores me gustaron, especialmente el protagonista, que hace un buen trabajo tanto en las partes más serias como en las cómicas.

En conjunto Superme me pareció una película correcta, bien realizada, muy entretenida y con ideas interesantes, pero lastradas por la falta de desarrollo del guion. Además me molestó su obvio mensaje moralizante, aunque pueda estar de acuerdo, no me gusta que me adoctrinen.

(c) 2019 Jordi Flotats