THE LODGE

Los directores austríacos de Goodnight Mommy vuelven al cine con una película rodada en inglés donde desarrolla otra historia centrada en las relaciones, a veces malsanas, entre niños y adultos. La película ofrece un abanico de situaciones cargadas de tensión en una historia con varios giros argumentales.

Severin Fiala y Veronika Franz son dos directores austríacos que debutaron con Goodnight Mommy, una película de terror muy poco convencional protagonizada por dos niños gemelos cuya madre se ha sometido a una cirugía estética que le ha cambiado el rostro. La película llamó la atención por el tratamiento de la historia, hasta el punto de llegarla a comparar con Funny Games. Esta atención les ha permitido rodar en inglés The Lodge, su segunda película. The Lodge cuenta una historia que vuelve a girar alrededor de niños y su difícil relación con los adultos, un tema que claramente interesa a los directores.

La película transcurre casi por completo en una casa situada en una zona boscosa remota durante la época de Navidad. Allí van a pasar unos días Richard (Richard Armitage), su hija de unos diez años Mia (Lia McHugh), su hijo adolescente Aidan (Jaeden Martell) y su novia Grace (Riley Keough). La relación entre los niños y Grace es difícil; la culpan del divorcio de sus padres y de la reciente muerte de su madre. Antes del viaje navideño se han enterado curioseando en el ordenador de su padre que Grace tiene un pasado traumático; es la hija del líder de una secta cristiana cuyos miembros se acabaron suicidando dejándola a ella como testimonio. Lógicamente aún sufre las secuelas psicológicas y se tiene que medicar para paliarlas en lo posible.

La casa está rodeada de bosques nevados, lejos de todas partes. Su interior evoca al de una cabaña, llena de panelados de madera en paredes y suelo. El ambiente familiar es tan gélido como el clima exterior. Que la casa esté llena de recuerdos de la familia y de la madre ausente no ayuda nada. Por si fuera poco a Richard lo llaman del trabajo y se tiene que ausentar unos días. Cuando Grace y los niños se quedan solos a ella le empiezan a suceder cosas extrañas; tiene problemas para dormir, quizás se mueve por la casa en sueños algunas cosas cambian de lugar misteriosamente. Pero todo empieza a ir realmente mal cuando se despiertan una mañana sin electricidad ni calefacción y con su ropa de abrigo desaparecida. Grace empieza a dudar, ¿se está volviendo loca o los fantasmas de su pasado le piden retribución?

The Lodge es una película de terror con muchos elementos psicológicos rodada de una forma elegante y fotografiada con maestría. Los protagonistas, los dos niños y Riley Keough, realizan interpretaciones muy buenas, con una contención que a mi me transmitió realismo. La película no juega con los sustos sino con las atmósferas ominosas que crea. Severin Fiala y Veronika Franz han creado una historia muy negra con unos personajes tan heridos y traumatizados como moralmente ambiguos que después han puesto en imagen con un estilo frío que le va muy bien. El argumento se desarrolla con ritmo pausado -quizás un poco demasiado- y juega al despiste con el espectador. Durante la mayor parte del metraje no se sabe si lo que pasa es sobrenatural o no, o incluso si está sucediendo de veras. Pero el clímax final de la historia me gustó mucho; no ata completamente todos los cabos, pero si los suficientes para darle un cierre satisfactorio.

Es posible que The Lodge impaciente un poco a los aficionados al terror más convencional porque su desarrollo es muy pausado y se basa más en la creación de atmósferas opresivas que en las escenas escabrosas. A mi me pareció una muy buena película, que exige algo de paciencia en su tramo medio, pero que al final recompensa.

(c) 2019 Jordi Flotats