AD ASTRA

James Gray sale de su zona de confort dirigiendo una espectacular cinta de cinta de ciencia ficción con escenas espectaculares. Pero debajo de esas aventuras está la crisis personal por la que atravesa su protagonista, interpretado por un gran Brad Pitt.

Ad Astra es la última película de James Gray, un director que hasta ahora se había mantenido en el cine indie estadounidense, con películas notables como La noche es nuestra o Two Lovers. En este trabajo cambia de registro para proponer una película de ciencia-ficción de gran presupuesto, con buenos efectos especiales y con una trama con escenas espectaculares que encapsulan una historia ambiciosa, con más ecos de Apocalypse Now que de 2001: Una odisea en el espacio. El resultado final me ha gustado mucho en lo visual y lo formal; me parece una película preciosa de ver y escuchar, pero menos en lo que refiere a la historia.

El protagonista absoluto de la película es el veterano astronauta Roy McBride (Brad Pitt), un hombre que, a pesar de tener una carrera muy distinguida, siempre ha sido considerado como el hijo de Clifford McBride (Tommy Lee Jones), el astronauta más condecorado de toda la historia, un pionero en la exploración del sistema solar. Clifford McBride desapareció dieciséis años atrás, cuando se perdió contacto con la expedición a Neptuno que lideraba, el Proyecto Lima. La expedición tenía como objetivo viajar a los límites del Sistema Solar para tener mejores condiciones para realizar una búsqueda de vida inteligente, la obsesión de McBride. Tras catorce años de viaje su nave no volvió a comunicar con la Tierra y se dio a su tripulación por muerta. Pero ahora la Tierra está sufriendo una serie de sobrecargas de tensión causadas por unas emisiones que provienen de Neptuno; si esas emisiones prosiguen y aumentan, amenazan la propia vida en el planeta. Roy McBride es el elegido por las autoridades para viajar a Marte, a la base más lejana que posee la humanidad, para intentar contactar con su padre. La sospecha es que sigue vivo y que las sobrecargas están provocadas, intencionadamente o no, por su nave. La agencia espacial cree que hay más posibilidades de que responda tras años de silencio si es su propio hijo quien contacta con él. El viaje de Roy a Marte será todo menos fácil; se encontrará con piratas en la Luna, una llamada de rescate de una nave de investigación y la desconfianza del mando para mandarlo a Neptuno.

Ad Astra -que en latín significa "hacia las estrellas"-, es la narración de dos viajes que realiza el protagonista; uno exterior y el otro interior. El exterior lo lleva desde la Tierra hasta Neptuno, un recorrido largo y lleno de contratiempos; el interior lo lleva a aceptar y resolver los problemas de aislamiento emocional que le causó el abandono de su padre durante su infancia. La parte de aventuras me gustó; Gray construye escenas espectaculares desde el principio de la película, que arranca con una caída de vértigo del protagonista desde lo alto de la torre de un telescopio que llega hasta fuera de la atmósfera. Las diferentes etapas de su viaje -La Luna, Marte-, muestran una humanidad tan dividida y territorial como siempre; lejos de otras utopías de ciencia-ficción, Ad Astra piensa que cuando vayamos al espacio nos llevaremos nuestros problemas con nosotros. Estas partes, rodadas con gran elegancia y garra, aprovechando al máximo la excelente fotografía de Hoyte Van Hoytema y la banda sonora de Max Richter, me gustaron mucho. Como fan de la ciencia-ficción ambientada en el espacio, me pareció atractiva la combinación de una trama de aventuras con la ambientación en un futuro no muy lejano donde la humanidad está empezando a colonizar el Sistema Solar.

La parte de la película que se me atragantó un poco fue todo el viaje interior del protagonista, un hombre cuyo padre es considerado un héroe y una leyenda por todos pero que para él es alguien distante que le acabó abandonando. Estas circunstancias han provocado que se convierta en alguien que entierra y compartimenta sus emociones, algo que le ha ido muy bien en su carrera profesional porque es capaz de afrontar cualquier crisis sin perder los nervios, pero que han provocado el alejamiento de sus seres queridos. Su esposa (interpretada por Liv Tyler) le terminó dejando por esa frialdad. A todo esto no le encontré problema, pero sí a la forma en que se cuenta al espectador. Dada la naturaleza del personaje y al aislamiento del espacio, casi todo lo que sabemos de él es a través de su propia voz en off; de este modo tenemos una especie de "narrador emocional" que nos cuenta qué le pasa por la cabeza y las etapas de su difícil viaje. Personalmente lo encontré un poco cargante y pretencioso, a pesar de que Brad Pitt realiza un trabajo notable de interpretación.

En conjunto Ad Astra me gustó, a pesar de tener algunos tramos, especialmente al final, que me parecieron cargantes porque alarga mucho una trama que en fondo es muy simple. Pero la dirección, la fotografía y los valores de producción son excelentes; es una película visualmente preciosa, con grandes actores y un marco de ambientación muy atractivo.

(c) 2018 Jordi Flotats

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