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Jordan Peele vuelve al terror inteligente tras la espléndida Déjame salir con una película que combina el terror con el humor y la violencia desenfadada propias de una midnight movie. Pero la película no se queda ahí, la historia critica la desigualdad creciente de la sociedad estadounidense y la xenofobia con una alegoría que funciona muy bien hasta que se intenta justificar.

Jordan Peele debutó como director con Déjame salir en 2017. La película, realizada con muy pocos medios, es una mezcla casi perfecta de horror, comedia y crítica social. Su trama básica de película de terror se complementa con toques realmente divertidos de comedia que muestran a un montón de gente blanca que verbalmente aborrece el racismo mientras lo practica sin rubor. Con su segundo trabajo, Nosotros, vuelve al terror con toques de humor y discurso social con una película muy distinta. La cinta es entretenida, con momentos de gran tensión, buenos desahogos humorísticos y una trama que con aires de fábula oscura con gran carga simbólica.

La cinta arranca con una impactante escena en la que una niña se extravía en una feria en la playa de Santa Cruz en una noche de tormenta de 1986. Vagando sin rumbo aparente, entra en un laberinto de espejos y allí sucede algo extraño. Cuando sus padres la encuentran no parece capaz de hablar. Veintitantos años después, ya adulta, Adelaide Wilson (Lupita Nyong’o) vuelve a Santa Cruz de vacaciones con su familia: su marido Gabe (Winston Duke), grandote, bonachón y siempre con una broma lista; su hija Zora (Shahadi Wright Joseph), una adolescente pegada al móvil y su hijo pequeño Jason (Evan Alex), un niño nervioso que a menudo se oculta detrás de una máscara de monstruo. A pesar de los reparos de Adelaide, vuelven a la misma playa donde sucedió el incidente. Allí se reúnen con los Tylers, una disfuncional familia blanca que Gabe envidia y el resto sólo tolera. Por la noche, mientras están en su casa, descubren a cuatro individuos que están en la entrada del jardín. Gabe intenta que se vayan, pero no le hacen caso; llaman a la policía, pero esta no acudirá. Los individuos, vestidos con monos naranja y armados con unas grandes tijeras, se cuelan en la casa con malas intenciones. Pero lo que aterroriza más a la familia es descubrir que los extraños son sus dobles exactos.

Nosotros es una película muy bien dirigida e interpretada, con una fotografía que cuida mucho la iluminación y el color y una banda sonora convenientemente inquietante de Michael Abels. Peele usa imágenes especulares y simetrías en todo el metraje y demuestra ser capaz de transmitir inquietud y tensión sólo con la combinación de planos y movimientos de cámara. La escena inicial es un ejemplo de esto; a pesar de no tener ningún elemento inquietante hasta su final, desde el principio transmite tensión, la sensación que algo malo está a punto de ocurrir.

Los actores realizan grandes interpretaciones. Lupita Nyong’o demuestra su talento creando dos personajes diferentes; uno en el mundo “real” y su doppleganger. El primero es una mujer responsable, cariñosa y fuerte, la que toda la familia mira cuando hay que tomar decisiones, mientras que el segundo es una persona herida, traumatizada y con unas ansias irrefrenables de pasar cuentas con la otra, aparentemente por haber tenido todo lo que a ella le ha faltado. De todos los dobles ella es la única que habla -por motivos que se revelarán al final-, los demás sólo se comunican con gritos y sonidos guturales, pero cuando lo hace su voz emerge con dificultad. Winston Duke pone el contrapunto cómico perfecto a la seriedad de Nyong’o. Su personaje tiene los momentos más divertidos de la película. Elizabeth Moss, en un papel más secundario, también destaca por su doble composición de mujer materialista obsesionada por su apariencia y de su reverso.

El guion de la película, obra del propio Jordan Peele, en mi opinión tiene sus más y sus menos. Peele no va corto de ambición, ha intentado crear una película que lo tenga todo: tiene tensión de película de terror, violencia y humor propios de una midnight movie y una crítica social implacable. Aunque la película es muy distinta, Déjame salir armoniza con éxito estos mismos elementos. En Nosotros el terror y el humor funcionan muy bien, la parte crítica queda menos clara y determina un final que no me terminó de convencer. A mi parecer ese final explica demasiado el origen de los dobles; más que nada porque la explicación está tan llena de agujeros lógicos que sólo puede ser tomada como fábula.

Aparte de esto, los temas de fondo de la película están mucho menos claros que los de Déjame salir. Está claro que las desigualdades crecientes en la sociedad estadounidense, la división partidista que polariza al país con temas como la inmigración o el populismo que ha llevado la presidencia a Donald Trump son temas que preocupan a los creadores, porque, de un modo u otro, acaban asomando en muchas películas y novelas actuales. Nosotros habla sobre el miedo al otro, al extraño y de como nuestros demonios enterrados se parecen mucho a nosotros. Pero también puede interpretarse como una metáfora de la desigualdad; de como existe una clase privilegiada, que disfruta de la vida e ignora por completo la existencia de una clase desfavorecida, que lleva una vida completamente miserable.

Nosotros me ha parecido una película muy bien realizada e interpretada, cuya combinación de terror y humor funciona como un reloj. El final no me terminó de gustar; me gustó mucho lo que critica la película, me parece que da en el clavo, pero no me convenció la forma de fabularlo en la conclusión de la historia.

(c) 2019 Jordi Flotats