VIUDAS

Steve McQueen (Shame, 12 años de esclavitud) dirige con su habitual elegancia, pero sin tanta visceralidad como nos tiene acostumbrados una película basada en una serie británica de 1983 adaptada por la escritora Gilliam Flynn. La película, con un reparto excepcional, retrata a un grupo de mujeres que deciden tomar el control de sus vidas robándole a un ladrón en un Chicago gris y corrupto.

El director británico Steve McQueen tiene una filmografía corta pero terriblemente interesante; debutó con Hunger en 2008, un impactante relato de la huelga de hambre de un activista del IRA con un Michael Fassbender espléndido. Volvió a colaborar con él en su siguiente trabajo de 2011, Shame, un retrato magistral y descarnado de un adicto al sexo incapaz de experimentar intimidad. Se consagró en 2013 con 12 años de esclavitud, una durísima historia sobre la esclavitud en Estados Unidos que ganó el Oscar a la mejor película. Viudas, su último trabajo, es un thriller con un reparto muy potente y una historia con mujeres en el centro de una trama muy en línea con el movimiento #MeToo. La cinta se basa libremente en una serie de televisión británica de 1983. Su guion ha sido coescrito entre McQueen y la novelista Gilliam Flynn (Perdida, Sharp Objects).

La película se inicia con la huida de un grupo de atracadores liderado por Harry Rawlings (Liam Neeson); les persigue la policía y parecen lograr darles esquinazo. Pero cuando cambian de vehículo en un almacén, los SWAT los esperan a la salida; sus disparos provocan una explosión que les hace volar por los aires junto al botín. Tras el entierro, Veronica (Viola Davis), recibe la visita de Jamal Manning (Brian Tyree Henry), un aspirante a la cercana elección de concejal del distrito 18 de Chicago. Manning, con un pasado criminal a sus espaldas, quiere resultar elegido para “legalizar” sus actividades. Su principal rival es Jack Mulligan (Colin Farrell), hijo de Tom Mulligan (Robert Duvall), el actual concejal. Los Mulligan llevan varias generaciones en el puesto y no son ajenos a la corrupción y el juego sucio. Jamal Manning le comunica a Veronica que su esposo le robó dos millones de dólares que necesita con desesperación para la campaña y le da un mes para devolvérselo. Veronica, desesperada, decide realizar un movimiento imprevisto; llevar a cabo un robo que la libre de la situación. Como cómplices buscará a las viudas de los cómplices de su esposo. Sólo convence a dos; Linda (Michelle Rodriguez), con dos hijos y sin dinero gracias a la ludopatía de su difunto esposo y Alice (Elizabeth Debicki), también sin oficio ni beneficio y a la que su madre quiere convertir en escort de lujo. Para conducir reclutarán a Belle (Cynthia Erivo), una madre soltera que se pasa el día trabajando sólo para sobrevivir a duras penas. En su contra jugará el hostigamiento del hermano de Manning (Daniel Kaluuya), el encargado del brazo criminal de la organización.

Viudas es una película de desarrollo pausado; la historia se va desgranando poco a poco, alternando entre la historia de las protagonistas y la trama política. Ambas están tristemente relacionadas, ya que ambos contendientes al puesto de concejal son presentados como delincuentes; la única diferencia entre uno y otro son las generaciones de ventaja de la familia instalada en el poder. Todos los personajes son presentados con claroscuros, pero los hombres salen peor parados. Especialmente el veteranísimo personaje interpretado por el siempre estupendo Robert Duvall, un hombre despiadado, racista, corrupto y ávido de poder. Su hijo, un correcto Colin Farrell, no parece tan malo, pero sabe ni en el fondo quiere escapar de su destino, perpetuarse en el poder. Los hermanos Manning, crueles y ambiciosos, tampoco salen muy bien parados. El personaje de Daniel Kaluuya además es un sádico.

Los personajes femeninos no son víctimas inocentes; todas ellas sabían qué hacían sus maridos. Pero sí que estaban, en mayor o menor medida, subordinadas. Alguna de ellas, como Alice interpretada por una magnífica Elizabeth Debicki, era maltratada y anulada. Tras quedar sin recursos, también recupera una libertad que quiere usar para labrarse el futuro que quiere, no el que le imponga su madre. El personaje de Michelle Rodriguez -algo inexpresiva y siempre taciturna- sufría los problemas con el juego de su marido. Cuando muere, le embargan su tienda y se queda sola con dos hijos. Belle, interpretada por una gran Cynthia Erivo, es una mujer que trabaja todo el día para sólo sobrevivir; poco se sabe de su pasado, pero se intuye duro. Viola Davis, una actriz con un carisma extraordinario, pasaba por momentos malos con su esposo, en gran parte debidos a la pérdida de su hijo adolescente. Su esposo, un gran Liam Neeson, era un hombre que siempre tenía un plan preparado para todo y con una vena despiadada.

Toda la historia se desgrana poco a poco, permitiendo que los actores se luzcan en sus papeles, hasta el atraco final, donde el ritmo se incrementa. Quizá esta tranquilidad a la hora de contar es un poco excesiva; en algunos momentos la acción transcurre demasiado despacio. Pero la dirección impecable de McQueen, la gran fotografía de Sean Bobbitt y la siempre efectiva música de Hans Zimmer le dan a la película un aspecto fantástico.

En conjunto esta historia de empoderamiento femenino me ha gustado mucho; me ha parecido una película muy bien realizada y con un reparto fantástico cuyas únicas pegas son los ligeros problemas de ritmo en algunos momentos y que carece de la visceralidad de las mejores películas de Steve McQueen.

(c) 2018 Jordi Flotats