THE GUILTY

The Guilty demuestra que el cine bien realizado tiene un gran poder de evocación. La película tiene a un sólo actor cuyo trabajo es atender al teléfono de emergencias. A través de llamadas se desarrolla una historia llena de giros argumentales de una forma tan vívida como si la hubiéramos visto.

La imaginación del espectador puede ser la herramienta más poderosa en las manos de un cineasta que conozca su oficio. En muchos casos causan una sensación más intensa las cosas sugeridas que las mostradas. Por eso la escena más violenta y perturbadora de Funny Games sucede tras una puerta cerrada; por eso el alien de Alien, siempre insinuado, casi nunca visto por completo, da más miedo que los que aparecerían en las más explícitas continuaciones de la serie. Generalmente este tipo de narrativa suele usarse en el buen cine de terror, pero a veces, como en The Guilty, se demuestra que también puede funcionar en un thriller.

The Guilty es el ejemplo extremo del poder de evocación de un buen guion y una puesta en escena inteligente. La película transcurre exclusivamente en dos habitaciones, donde un oficial de policía danés, Asger Holm (Jakob Cedergren), atiende el teléfono de emergencias junto a un grupo de compañeros. Asger está resentido, algo quemado; está allí porque está a la espera de que se le celebre un juicio. Claramente él lo interpreta como un castigo, porque atiende el teléfono con impaciencia; se exaspera cada vez que atiende a alguien que llama por un motivo que a él le pueda parecer trivial. Las cosas cambian cuando recibe la llamada de una mujer que parece haber sido secuestrada; llama a emergencias haciendo creer a su secuestrador que está llamando a su hija. Cuando se corta la llamada, Asger empieza hablando con la policía de la zona y pasando la información recibida; pero pronto se impacienta, busca más información y se implica de lleno en la resolución del secuestro.

El estupendo guion, escrito por el director Gustav Möller en colaboración con Emil Nygaard Albertsen, desarrolla la trama del secuestro, interesante y llena de giros inesperados mientras en paralelo ofrece un retrato igualmente interesante del protagonista, un hombre torturado por sus demonios. Jakob Cedergren realiza un gran trabajo interpretativo; lleva toda la película sobre sus hombros, creando un personaje lleno de matices, brillando en los frecuentes primerísimos planos de la película.

Tan importante como guion e interpretación resulta la edición de sonido de Oskar Skriver. Los diálogos se ven completentados por una perfecta edición de sonido que traslada al espectador lo que está pasando con tanta eficacia como si lo estuviera viendo.

Va la pena ver de vez en cuando películas tan imaginativas que demuestran que con un presupuesto muy limitado se puede realizar gran cine. Supongo que además son el sueño de todo productor; es muy fácil conseguir una buena rentabilidad por ellas.

(c) 2018 Jordi Flotats