Comentarios de Ace Attorney, Robot & Frank y The Viral Factor
Arranco el cuarto día del Festival viendo Ace Attorney (Sección Casa Ásia), de Takashi Miike, en un abarrotado y entregado cine Retiro. Miike es un director inclasificable, que dedica su indudable talento, capacidad de trabajo y poco amor por los detalles a una increíble variedad de géneros. Entre sus películas hay cine de yakuzas, acción, ciencia-ficción, cine infantil, adaptaciones de manga, remakes de series de culto e incluso cine serio de samurais. Por este motivo sus fans, que acuden puntualmente a Sitges cada año, no se van a sorprender cuando lean que Ace Attorney adapta un videojuego de juicios. En un futuro en que el estilismo y el sistema judicial han cambiado mucho, los juicios no se pueden alargar más de tres días. El fiscal y el defensor se enfrentan en una sala equipada con equipos holográficos donde se muestran las evidencias y el juez debe decidir en base a ello. El joven y novato abogado Phoenix Wright se encontrará en situaciones que le pondrá a prueba; primero su jefa y mentora es asesinada en su oficina y tendrá que defender a la hermana de esta, injustamente acusada de ello; después deberá defender a un fiscal que conoce desde niño, acusado de un asesinato que no ha cometido, aclarando de paso varios misterios.
Si por este resumen alguien espera ver algo parecido a un clásico thriller judicial, más vale que vaya desengañándose, Ace Attorney es un delirio freak donde los fiscales van con levita, los loros pueden ser llamados como testigos de cargo y gente metida dentro de un traje de tejón de peluche puede trabajar en el juzgado. Pese a todo, la película tiene un argumento vertebrador que logra mantener el nivel de interés y no cae en ninguna laguna narrativa. No hay duda que con este título Miike ha abandonado el clasicismo que parecía haber abrazado últimamente con 13 Assassins y Hara-kiri: Death of a samurai para crear una película que me cuentan que logra ser bastante fiel al videojuego que adapta y a la vez una comedia que hará las delicias de los amantes de lo bizarro, llena de ese humor entre negro y absurdo que es en mi opinión una de sus marcas de fábrica. Viendo las reacciones del numeroso público presente en la proyección no me cupo la menor duda que todo el mundo sabía qué venía a ver. Confieso que me divertí de lo lindo durante la proyección, pero no la recomendaría a todo el mundo.
Más tarde acudo al Auditori a ver Robot & Frank (Sección Oficial), el primer trabajo de Jake Schreier, que estuvo presente en la sala para desear una buena proyección al respetable en un castellano más que correcto. Robot & Frank está ambientada en un futuro cercano, en el que los robots se están incorporando a la vida cotidiana de la gente. Su protagonista es Frank (Frank Langella), un antiguo ladrón de joyas que trajo en jaque a la policía durante años. Actualmente vive solo; se divorció hace años y sus dos hijos (James Marsden y Liv Tyler) son ya adultos que viven sus propias vidas. Su existencia es solitaria; reside en una casita en las afueras de un pueblo y sólo se relaciona con la bibliotecaria (Susan Sarandon) cada vez que va a buscar libros. Además empieza a mostrar síntomas de demencia, con algunos episodios de desorientación y pérdida de memoria que preocupan a su familia. Por ese motivo, su hijo, que vive a diez horas de viaje, le regala un mayordomo robot para que le cuide. Inicialmente lo rechaza, pero pronto le empieza a encontrar utilidad, tanto para delegarle todas las tareas domésticas como para entrenarlo como socio para que le ayude a planear nuevos robos.
Robot & Frank cuenta con un guion fantástico, de apariencia engañosamente simple que combina y dosifica perfectamente la comedia, una historia de amistad, un drama familiar y un retrato triste de los estragos que causa la vejez. Y lo mejor de todo: sin caer en el excesivo dramatismo ni en la ñoñez. Me gustó mucho cómo pinta al robot, logrando que el espectador simpatice con él, pero sin humanizarlo; el robot, tal como él mismo le recuerda a Frank en varios momentos, es una máquina compleja con el solo propósito de cuidar de la salud física y mental de su amo, no un ser humano. Los personajes están muy bien dibujados, sin hacer juicios morales, con un cierto humor y con claroscuros que los humanizan. Y el excelente casting les hace justicia; Frank Langella está enorme, usando su indudable carisma y magnífica voz para dar vida a un anciano orgulloso, inteligente, ingenioso y carismático, pero no especialmente buena persona. También merece ser destacado Peter Sarsgaard, que presta su voz al robot, dándole un aire artificial pero muy agradable. La dirección de Jake Schreier no parece propia de una ópera prima; destaca tanto en los momentos cómicos como en los de drama y logra contar la historia con solvencia total, sin encallar la película en ningún momento. De momento Robot & Frank es de lo mejor que he visto en la Sección Oficial que realmente sea de género fantástico, una película que creo que podría gustar a un sector muy amplio de público. Espero que cuente con la adecuada distribución comercial en las salas de cine.
Finalmente termino mi día en el Auditori viendo The Viral Factor (Sección Oficial), de Dante Lam. The Viral Factor es una superproducción de acción llegada de Hong Kong donde Jon, su protagonista, es un agente de la Interpol al que le encargan custodiar a un científico que ha creado una mutación muy peligrosa del virus de la viruela. Pero su compañero Sean le traiciona, se lleva al científico y le deja con una herida de bala en la cabeza que los doctores no pueden extraer. Enfrentado a eso, Jon se toma unos días para viajar a Kuala Lumpur y encontrar a su hermano y a su padre, a los que no ve desde niño. Pero la acción lo persigue hasta allí, su hermano resulta ser un delincuente que casualmente acaba mezclado con el caso.
Confieso que esperaba mucho de The Viral Factor, y quizá por eso me decepcionó bastante. Una sinopsis que mezcla policías con una bala en la cabeza y los días contados, hermanos secretos al otro lado de la ley, amigos traidores, coincidencias increíbles y virus mortales me pareció propia de una película de acción propia del mejor cine de Hong Kong. Además en este caso el presupuesto no era un problema, se nota que tenían dinero que gastar por los exteriores espectaculares y las aún más espectaculares escenas de acción. Una acción que no se limita a los tiroteos entre mafiosos; la cinta ofrece momentos comparables a Black Hawk derribado, tremendas persecuciones y un fantástico duelo final. Por este lado no tuve ninguna queja, aunque Dante Lam mueve un poquito demasiado la cámara para mi gusto, algo contraproducente cuando se dispone de unas coreografías de acción tan buenas y de tanto dinero para rodarlas. El problema principal que le encontré a la película son los (por lo menos) veinte minutos de más que dedica a escenas en que se cuenta el drama familiar de la familia del protagonista, suenan los violines y los personajes se abrazan y lloran a moco tendido. Esta parte me pareció que, aparte de ser increíblemente adocenada y sensiblera, rompe completamente el ritmo de la narración y distrae al espectador. Cortando esto, y si hubiera durado 90 minutos, la película me habría gustado mucho, lástima.
(c) 2012 Jordi Flotats