Comentarios de Motorway, Iron Sky y Aftershock
Empiezo el día viendo Motorway (Sección Oficial), de Soi Cheang, responsable del brutal thriller Dog bite dog, visto en la edición de Sitges de 2006. Soi Cheang y el actor Shawn Yue estuvieron presentes en la sala para introducirla al público. Motorway está producida por productora Milkyway viene apadrinada por el mismísimo Johnnie To, que se llegó a plantear dirigirla. La película gira alrededor de tres personajes; un experimentado delincuente (Guo Xiaodong), especialista en conducción, que es contratado para sacar de la cárcel y ayudar a un ladrón que pretende robar un enorme diamente; un joven policía (Shawn Yue), chulesco y fanático de la velocidad, que trabaja en un departamento de policía que se ocupa de vigilar el tráfico desde coches sin distintivos; y su compañero (Anthony Wong), veterano, curtido, prudente, a punto de jubilarse y que esconde un pasado temerario. Pronto los tres se verán inmersos en una lucha en la que nadie quiere dar el brazo a torcer y en la que los coches y la conducción se emplearán como armas mortales en endiabladas persecuciones por Hong Kong y sus alrededores.
Motorway es una película con un guion muy justito; su argumento sólo puede calificarse como esquelético, sin ningún tipo de historia secundaria. Tampoco se realiza demasiado esfuerzo presentando a unos personajes muy planos y estereotipados (el joven brillante y chulillo que necesita una lección vital para crecer, el veterano "con un pasado" a punto de jubilarse, el cruel pero competente malvado). Tras un somero planteamiento y presentación (un delicuente ha huido, hay que capturarlo y la pareja de policías que lo acabará haciendo son los dos protagonistas), la película ya se siente libre de dedicar el resto del tiempo a las persecuciones en coche. Unas persecuciones muy bien realizadas, sin efectos digitales visibles, rodadas espléndidamente para dar sensación de velocidad y peligro al espectador y en escenarios variados y muy bien fotografiados que no llegan a cansar; autopistas, la ciudad de Hong Kong, pistas forestales e incluso un aparcamiento subterráneo. Soi Cheang dirige la función con pulso firme y e imprime a la acción un ritmo trepidante. Los actores llenan con convicción sus estereotipos, les sobra talento para hacerlo, en especial a Antony Wong, un auténtico clásico del cine de Hong Kong.
En conjunto Motorway me entretuvo y me divirtió, pero debo advertir que sólo gustará a los amantes de las películas con muchas persecuciones de coche, porque estas son las absolutas protagonistas de la función. Y es una lástima porque la dirección, la fotografía y la música me parecieron de primera línea, y los actores lo bastante capacitados para poder dar un poco más. La lástima es que el guion demuestra muy poca ambición, limitándose a ser una especie de The fast & the furious con fondo policial. Con un guion mejor podría haber llegado a ser una muy buena película, porque lo demás lo tiene tiene todo.
Sin tiempo a respirar, veo en un Auditori completamente abarrotado Iron Sky (Sección Oficial Fantàstic Gales), del finlandés Timo Vuorensola. Iron Sky es una de las películas que más expectación ha causado de todo el Festival, agotando las localidades a los pocos días. Su director y coguionista, un gigante finlandés claramente encantado de estar allí, estuvo en la sala para presentarla al público; comentó que la idea para la película surgió en una sauna (como tantas cosas en Finlandia), cuando uno de sus amigos contó un extraño sueño que había tenido. Destacó los 1.2 millones de euros que se habían recaudado a través de crowdfunding, que resultaron decisivos para poder terminar la película. Una película, que, como se encargó de recordar a todo el mundo, tiene la principal pretensión de divertir al público. Juzgando las risas que se oyeron en la sala durante la proyección, creo que lo consiguió. Y eso que Iron Sky es una película a la que costó arrancar; su producción empezó en 2006, y en 2008 presentó un trailer en Cannes para atraer financiación, sumando al proyecto a la productora 27 Films Productions. En 2010, otra vez en Cannes, lograron enrolar a la compañía australiana New Holland Pictures. Pero aparte de esto, la película sumó una parte significativa de su presupuesto a través de aportaciones particulares en la web www.wreckamovie.com, una comunidad de entusiastas amantes del cine y deseosos de opinar y aportar.
La película se ambienta en un distópico 2018 en el que la Alemania nazi, en posesión de tecnologías antigravitacionales y con un programa espacial secreto, fundó una base militar en la cara oculta de la Luna en 1945. Tras la derrota, la base se acabó convirtiendo en refugio permanente para los refugiados que lograron llegar hasta ella. Con el paso de los años, prosperaron y fueron mejorando su tecnología, hasta el punto de pensar en preparar su retorno triunfal al planeta madre. Ya en 2018, liderados por el führer Wolfgang Kortzfleisch (Udo Kier), bajo las órdenes del General Klaus Adler (Götz Otto) y la Teniente Renate Richter (Julia Dietze), preparan la última batalla con el objetivo de conquistar la Tierra. Pero justo antes de eso se toparán con los planes para la reelección de la presidenta de Estados Unidos (Stephanie Paul).
Iron Sky es una película muy curiosa, una comedia de ciencia-ficción con un humor socarrón y bastante político que no deja títere con cabeza. Viéndola se hace evidente que han exprimido cada euro del presupuesto para intentar que luzca bien. Y lo han conseguido, sus efectos digitales no son de primera línea, pero son más que decentes; tiene el mínimo de exteriores, pero no se echan mucho de menos; el vestuario es muy bueno y consigue el efecto cómico que pretende. Naturalmente tiene algunos momentos en que se nota lo barato de la producción, pero su humor los compensa sobradamente. Me gustó mucho su tramo inicial, con la malvada base nazi en la luna en forma de esvástica y la cuidada propaganda que se ofrece a sus habitantes; también me reí con ganas con las reuniones de la ONU presididas por una presidenta de los Estados Unidos sospechosamente parecida a Sara Palin. También me gustó su casting, con unos terriblemente arios Julia Dietze y Götz Otto y un Udo Kier como decadente führer. Iron Sky no pasará a la historia del cine por su calidad cinematográfica, pero en mi opinión ofrece una hora y media de diversión, usando sin complejos a los malvados por antonomasia, los nazis, para reírse de nuestra sociedad. Muy recomendable.
Finalizo el día en el Auditori viendo Aftershock (Sección Oficial), del director chileno Nicolás López, producida, co-guionizada e interpretada por Eli Roth, una de las figuras clave del terror actual. Tanto López como Roth estuvieron presentes en la proyección, acompañados por la bellísima Natasha Yarovenko. Nicolás López, un auténtico showman, bromeó un buen rato a costa del nuevo look de Eli Roth (el George Clooney del terror) y sobre su propia disponibilidad a aceptar ofertas sexuales. En el mismo tono de broma, Roth le correspondió afirmando que había pasado de rodar con alguien como Quentin Tarantino a hacerlo con alguien como López. Aftershock sigue a dos amigos chilenos, Ariel (Ariel Levy) y Pollo (Nicolás Martínez), que acompañan al estadounidense Gringo (Eli Roth) en sus vacaciones en Chile. Mientras están en una fiesta conocen a tres chicas; dos hermanas (Andrea Osvárt y Lorenza Izzo) y a una hermosísima rusa (Natasha Yarovenko) y las convencen para ir juntos a visitar la bonita localidad de Valparaíso. De madrugada, mientras están en una discoteca se produce un terrible terremoto. A partir de ese momento deben luchar para salir del local, y una vez fuera, intentar sobrevivir al caos. Aparte de la destrucción del seísmo, suena la alarma de tsunami , causando aún más pánico; por si fuera poco, los presos de una cárcel vecina han logrado huir y andan sueltos, dedicados al pillaje y cosas peores.
Aftershock me pareció una película notable, con un guion muy bien articulado; se toma su tiempo para presentar a los personajes y sus relaciones hasta el momento del terremoto. A partir de allí, el ritmo se hace frenético y la acción no se interrumpe, pero el trabajo inicial da sus réditos, haciendo que los espectadores sientan más empatía por las penurias que sufren. Ni Roth ni López, autores del guion, demuestran tener ningún tipo de piedad con sus criaturas; los personajes saltan de una situación horrible a una peor, rodadas con escalofriante salvajismo. López dirige con convicción esta película, regalando momentos realmente buenos e imágenes impactantes. Aftershock es una cinta que tiene su parte de cine de catástrofes, parte de acción y parte de survival horror (desde luego, cuando es pertinente no se escatima en sangre), que, a diferencia de la mayoría, ofrece buenos personajes y un casting muy inspirado, con notables interpretaciones de Nicolás Martínez y Andrea Osvárt. Una sorpresa muy agradable, de momento de lo mejor que he visto de la sección Oficial.
(c) 2012 Jordi Flotats