Comentarios de Nameless Gangster y Horror Stories
Empiezo el Festival el Auditori con una película a la que tenía muchas ganas, Nameless Gangster: Rules of the time (Sección Oficial), de Yoon Jong-bin. La película se ambienta durante las décadas de 1980 y 1990 en la región de Busan de Corea del Sur. En 1990, el presidente del país decidió declarar la guerra al crimen organizado, legislando para dotar más poder a la policía a las fiscalías para perseguir a los delincuentes. Ik-hyun Choi (Choi Min-sik) es uno de los primeros detenidos, alguien a quien se asocia a dos de las organizaciones mafiosas principales de la región; la liderada por Hyung-bae Choi (Ha Jung-woo) y la liderada por Kim Pan-Ho (Cho Jin-Woong). A partir de este punto la película vuelve atrás en el tiempo para ver cómo han llegado allí; Ik-hyun Choi empezó como oficial de aduanas en un puerto, donde era tan corrupto como sus compañeros, pero a diferencia de ellos, acabó despedido para dar ejemplo. Pero tuvo un golpe final de suerte: encontró más de diez quilos de heroína en un container y se los pudo vender al peligroso gangster Hyung-bae Choi, descubriendo además que era un pariente lejano suyo. Aprovechando sus contactos familiares y su habilidad para moverse en los entornos corruptos, clientelistas y nepotistas de las administraciones del país, y de la fuerza en la calle de Hyung-bae Choi, Ik-hyun Choi ayuda a crear un lucrativo emporio de recalificaciones, hoteles-casino y locales. Pero su exagerado sentido de la propia importancia le lleva a dar algún paso en falso, y eso, sumado a la competencia del gángster Kim Pan-Ho y a la decidida persecución del nuevo fiscal le pondrán en terribles aprietos.
Nameless Gangster me ha parecido una película soberbia en todos sus apartados. El guion, escrito por el propio Yoon Jong-bin, hila de forma fantástica una historia compleja y llena de matices con una sencillez engañosa y un gran sentido del humor. La película muestra sin tapujos la tremenda corrupción del país, a través de unos personajes memorables. Una corrupción muy relacionada con los lazos familiares de unos clanes familiares inmensos; desde las aduanas hasta la clase política, pasando por la fiscalía y las fuerzas del orden todo el mundo le debe algo a alguien o se beneficia de sus contactos. Irónicamente, el personaje más íntegro, leal y apegado a sus costumbres es uno de los mafiosos, Hyung-bae Choi, interpretado con fuerza y carisma por Ha Jung-woo (The Yellow Sea). Pero el personaje que aglutina toda la película y le da sentido es el de Ik-hyun Choi, interpretado por un portentoso Choi Min-sik. Choi Min-sik interpreta con brillantez una variedad enorme de matices; su personaje es (a veces simultáneamente) un borracho patético, un tío gracioso y simpático, un ser resentido y peligroso, un hombre de negocios y un padre amante de sus hijos. Su agenda de contactos, familiares y de negocios, y su habilidad para extraer y negociar favores son una llave a la riqueza y la la impunidad.
Formalmente la película es muy buena. La ambientación de los años 80 es convincente y la fotografía excelente, variando muy la iluminación entre la variedad de escenarios en que transcurre la acción. La dirección de Yoon Jong-bin hace plena justicia a su guion, dotando a la cinta de un ritmo vivo, sin estancar nunca la narración, contando lo justo para que el espectador no se pierda pero sin repetir ni sobreexplicar. La violencia, muy física, sin armas de fuego, está rodada con escalofriante convicción y aprovechando las grandes interpretaciones de sus actores. Una película soberbia, mi arranque de Festival no ha podido ser más auspicioso.
Continuo el día en el Retiro viendo Horror Stories (Sección Casa Ásia), una película de terror surcoreana formada por cuatro episodios dirigidos por directores jóvenes. Presentando la película estuvo el director del primer fragmento, Jung Bum-Sik, que comentó que esta es su segunda visita a España (estuvo en San Sebastián presentado su anterior trabajo The Epitaph) y que a su fragmento, basado en un cuento popular de su país, le quiso añadir una variante social, que muestre la creciente diferencia entre ricos y pobres; un fenómeno que por desgracia se está universalizando. El hilo conductor de Horror stories, dirigido por Min Kyu-Dong, es el de una estudiante que ha sido secuestrada por un psicópata; para sobrevivir y tener una oportunidad de escapar le cuenta historias de terror.
El primer fragmento, Sun and Moon, de Jung Bum-Sik, adapta un cuento popular surcoreano, pero con la acción trasladada al presente. Dos niños, Sun y Moon, hermana y hermano, están solos en su piso por la noche mientras esperan que su madre, una ejecutiva, llegue a casa. Cuando llega un repartidor a entregar un paquete, hacen que lo deje en la puerta, pero intentar que no entre no se demostrará sencillo. Este corto tiene una fotografía y una realización excelentes, con fragmentos que son un regalo a la vista y cámaras lentas usadas con criterio, pero no puedo decir que acabara de entender todos los matices de la historia. Quizá me perdí la parte del cuento, pero no acabé de pillar el final. La parte de crítica social me pareció bien pero un poco metida con calzador en el conjunto. Me gustaron en cambio las actuaciones de los dos niños.
La película continua con Fear Plane, de Lim Dae-Woong, donde un psicópata que ha asesinado a diez mujeres es trasladado por la policía en un avión donde sólo viaja la tripulación y en el que tenía que haber trabajado una azafata que él asesinó. Enseguida el psicópata escapa, jugando al gato y al ratón con una de las azafatas. Este fragmento usa el, no por manido ineficaz, recurso de usar los espacios cerrados para desarrollar la acción. Aunque tiene algún momento de angustia y los actores están bien, no me terminó de poner en tensión, en parte por el guion, en parte por la dirección.
El tercer fragmento es Kongji, Patzzi, de Hong Ji-Young, donde una chica que vive con su madrastra y su hermanastra va a casarse con un rico presidente de una gran empresa. No se llevan nada bien entre ellas, tanto es así que la madrastra hace lo posible para que su pretendiente, que tiene aspecto terriblemente juvenil, se fije en la hermanastra. Pero a pesar de su riqueza y aparente juventud, el presidente quizá no es tan buen partido como parece a primera vista... Con una fotografía muy buena y una historia morbosa que no duda en mostrar el horror al espectador, este fragmento es para mi gusto el mejor de la película.
La película cierra con Ambulance, de Kim Gok y Kim Sun. En una ciudad arrasada por una plaga donde los enfermos son muy parecidos a zombies, una ambulancia con un conductor, un médico y una enfermera sacan in extremis a una madre y a su hija herida para evacuarlas a una zona segura. Pero la chica tiene una mordedura en un brazo, y si está infectada podría acabar con todos ellos. La madre afirma que no lo está, pero los demás no están tan seguros. Este fragmente tiene un planteamiento muy interesante: un espacio confinado, una amenaza exterior y una semilla de sospecha entre los personajes, pero para mi gusto no se aprovecha mucho. Se exagera el drama, se cae en casualidades demasiado inverosímiles y se pierde la tensión. Para contra, la dirección me pareció pésima; cuando empieza la acción, la cámara se vuelve loca, sin enfocar a nada en concreto y sin mostrar nada más movimiento mareante. Sin duda el peor fragmento de los cuatro.
En conjunto Horror stories me ha parecido irregular, no demasiado brillante en conjunto, con dos fragmentos más o menos salvables, Sun and Moon y Fear plane, un que me gustó, Kongji, Patzzi y uno que me pareció realmente malo, Ambulance. No se puede decir que pasara un mal rato con la película, pero tampoco llegué a sentir casi nunca tensión, y ya no digamos miedo, así que no cumplió con lo que prometía su título.
(c) 2012 Jordi Flotats