UPGRADE

Acción y ciencia-ficción al estilo de los 80

Upgrade es la segunda película del actor y guionista australiano Leigh Whannell tras Insidious: Capítulo 3. Tras colaborar durante años con James Wan en las sagas de Saw e Insidious ahora se ha desligado de esas franquicias escribiendo y dirigiendo una modesta producción de ciencia-ficción con buenas dosis de violencia. La película evoca sin complejos y con bastante humor, clásicos de los 80 como Terminator o Robocop. La acción se ambienta en un futuro algo distópico donde la vigilancia y la privacidad han disminuido, la mayoría de coches son autónomos, la policía confía cada vez más en drones para la vigilancia y se empiezan a poner implantes artificiales en personas. El protagonista es Grey (Logan Marshall-Green), un tecnófobo que se dedica a reparar y vender muscle cars antiguos y aún tiene una colección de vinilos. Está felizmente casado con la mucho más tecnológica Asha (Melanie Vallejo).

Tras un accidente con su coche automático, su esposa es asesinada por un grupo de delicuentes. Él sobrevive, pero queda tetraplégico, paralizado de cuello para abajo y atado a una silla de ruedas de por vida. La detective Cortez de la policía (Betty Gabriel), una mujer también algo chapada a la antigua, se encarga de la investigación del caso, pero de entrada hay pocas pistas con las que trabajar. Cuando parece estar a punto de tocar fondo anímicamente, es contactado por uno de sus antiguos clientes, el genio tecnológico Eron Keen (Harrison Gilbertson). Éste le ofrece probar su última y más revolucionaria invención, STEM, un implante de inteligencia artificial que sería colocado en su columna y que le permitiría volver a sentir y mover su cuerpo. El único precio sería firmar un acuerdo de confidencialidad que le impide revelar ningún detalle a nadie sobre el invento.

Pronto descubre un hecho algo inquietante: STEM le habla; se comunica con él como una voz en su cabeza. Es mucho más que una ayuda al movimiento, parece tener acceso a todas sus percepciones, comunicación con los sistemas informáticos y gran inteligencia. Grey intenta usarlo para que le ayude a encontrar a los asesinos de su esposa. Cuando las cosas se ponen feas, le deja tomar el control de su cuerpo para que luche por él con sangrientas consecuencias para sus rivales.

A partir de este punto -lo que cuenta su trailer- la película toma un giro más o menos inesperado y las escenas de acción empiezan a sucederse. En cierto sentido hay momentos de buddy movie en el que el compañero del protagonista es una voz en su cabeza. La acción está muy bien rodada, es sangrienta y espectacular. Logan Marshall-Green hace un muy trabajo interpretando con humor y carisma a un personaje bastante arquetípico. Su caracterización en la película le da una gran semejanza a Tom Hardy.

Leigh Whannell ha demostrado su talento para dirigir escenas de acción espectaculares con el presupuesto ajustado, algo indispensable en producciones de BlumHouse. En un entorno de superproducciones y franquicias multimillonarias es refrescante encontrar películas de ciencia-ficción y con poco coste y mucha imaginación.

(c) 2018 Jordi Flotats