JOURNAL 64

Cuarta película del departamento Q

Jussi Adler-Olsen es un escritor danés que se ha dado a conocer en España con su serie de novelas del Departamento Q. Los libros siguen los casos del peculiar policía Carl Mork, que lidera el Departamento Q de la policía, dedicado a casos complejos. El primer libro de la serie fue adaptado para el cine en 2013 y fue estrenado aquí como Misericordia: Los casos del Departamento Q, dirigida por Mikkel Nørgaard. Su éxito -fue la película más vista del año en Dinamarca- propició que se fueran adaptando los siguientes libros de la serie: Profanación: Los casos del Departamento Q en 2014 también dirigida por Mikkel Nørgaard y Redención: Los casos del Departamento Q en 2016 y dirigida por Hans Petter Moland. Las tres películas están protagonizadas por Nikolaj Lie Kaas y Fares Fares. El cuarto libro de la saga, Journal 64 se ha adaptado este 2018 dirigida por Christoffer Boe.

La película empieza con Assad (Fares Fares), mano derecha de Carl Mørck (Nikolaj Lie Kaas), anunciando su traslado a otro departamento de la policía, un ascenso, pero también un síntoma del cansancio que supone trabajar con un tipo tan brillante pero tan difícil de tratar y al que le cuesta tanto expresar cualquier signo de apreciación por el trabajo de los demás. Sólo le queda una semana en el puesto, pero justo entonces aparecen tres cadáveres en una escena dantesca; momificados detrás de un falso muro, sentados a una mesa como si tomaran el té. El piso pertenece a una antigua enfermera, Gitte Charles, y lo que conecta a los muertos con ella es que estuvieron relacionados con un centro estatal para chicas descarriadas donde durante la década de 1960 se practicaron abortos e incluso esterilizaciones. La investigación les conducirá hasta algo muy gordo.

En paralelo a la investigación la película va realizando una serie de flashbacks ambientados en el centro. La protagonista es Nete (Fanny Bornedal) una chica enamorada y embarazada de su primo, algo que enfurece a su padre, que la hace internar. Allí la chica sufrirá el sadismo de Gitte Charles (Luise Skov) y especialmente del doctor Curt Wad (Elliott Crosset Hove), un firme convencido de la selección de los más aptos y los que más contribuyen al estado del bienestar. Los menos aptos, ya sea social o racialmente, deben ser esterilizados para que no añadan una carga al estado.

La película tiene una realización muy correcta, con una buena fotografía, dirección y un buen casting. Los actores que forman el departamento Q son muy buenos y logran transmitir la familiaridad que les une; se nota el rodaje acumulado en las tres primeras películas. La historia está muy bien conseguida, tanto en el aspecto criminal como en la crítica social; la película critica sin miramientos el racismo y el clasismo disfrazados bajo una capa pseudocientífica y otra de ‘interés social’ que aún hoy en día siguen vigentes en algunos estamentos sociales. Una crítica muy oportuna visto el auge de las extremas derechas xenófobas e anti inmigración que azotan el continente Europeo.

Los flashbacks le dan interés a la trama, pero también eliminan mucho el elemento sorpresa; desde casi el principio de la película se intuye quién está detrás de los asesinatos, el cómo y el porqué. Pero de todos modos el resultado final es muy correcto; sin duda gustará a los aficionados al noir nórdico.

(c) 2018 Jordi Flotats