Empático y sensible retrato del bullying escolar
Naoko Yamada es una directora japonesa de cine de animación cuyos dos primeros trabajos, spin-off de series de televisión, K-On! y Yamada Love Story fueron muy bien acogidos por crítica y público en Japón. Su tercer trabajo es A Silent Voice, una adaptación del premiado manga de Yoshitoki Oima guionizado por la experimentada Reiko Yoshida y producido por Kyoko Animation, un estudio emergente en el panorama japonés. La película trata de una forma delicada y sensible el tema del bullying escolar, ofreciendo también el punto de vista -muchas veces inédito- del acosador. De momento la película ha sido un éxito de taquilla en Japón y está logrando llegar a países de Europa, Suramérica y Asia, siguiendo la estela de Your Name, el último gran éxito de la animación nipona.
La película tiene lugar en la ciudad de Ogaki y arranca cuando Shoko Nishymiya, una niña sorda, llega a la escuela elemental transferida desde otra escuela. El profesor anima a la clase a que la incluyan en el grupo, y al principio los niños lo hacen. Pero pronto se cansan de tener que comunicarse con ella escribiendo en una libreta. A través de pequeñas escenas cotidianas, la película retrata como va cayendo progresivamente en el ostracismo; empieza con pequeñas incomodidades que acaban provocando pequeñas irritaciones que acaban desembocando en intolerancia. Shoyo, uno de los niños más populares y más traviesos de la clase es el que más cae en esta espiral y que acaba gastándole bromas que evolucionan progresivamente hasta la crueldad. Algunos de los compañeros de la clase acaban participando de forma pasiva en esto; como Shimada, amigo de Shoyo, que no hace nada pero le ríe las bromas; Naoha Ueno, que colabora en las bromas; o Miki Kawai que aparenta protestar pero disfruta de ellas. Después de haberle roto varios audífonos y haberle hecho algo de daño, la madre de Shoko la saca de la escuela y denuncia la situación. Shoyo es señalado como el máximo acosador y ve como los que le reían las bromas ahora le señalan a él como culpable. Ve cómo cambian las tornas y ahora es él el que cae en el ostracismo.
Tras esto, la acción se mueve cinco años en el futuro; Shoyo va ahora al instituto y es un chaval solitario, que no se relaciona con nadie, ni siquiera mira a la gente a la cara. La película muestra esta situación de una forma muy bella; desde su punto de vista, sus compañeros no tienen cara, una cruz se la tacha. Su situación familiar es peculiar, pero su madre se preocupa mucho por él, especialmente cuando descubre que está considerando el suicidio. Pero lo descarta, y en cambio decide volver a contactar con Shoko para disculparse. Naturalmente, eso no será fácil. En el instituto finalmente hace un amigo, Nagatsuka, un chaval al que acosan. Poco a poco el antiguo grupo de amigos de la escuela preparatoria se reúne y finalmente hablan de lo que pasó y de cómo afecta a sus vidas. Pero no será nada fácil rehacer los puentes.
Naoko Yamada ha dirigido una película de una sensibilidad extraordinaria. La sordera de Shoko es una metáfora perfecta del aislamiento. El hecho de mostrar el punto de vista de los acosadores y de las víctimas le da a A Silent Voice una profundidad que pocas películas que tratan el bullying tienen. La identificación de la película con todos sus personajes es total; sin hacer juicios de valor, vemos las situaciones a través de los ojos de Shoyo, acosador primero y víctima después. El retrato del personaje es genial, lleno de matices que lo convierten en alguien real, con el que el espectador puede identificarse a pesar de sus errores. La película está tan sintonizada a la mentalidad de un adolescente que a veces la narración mezcla las emociones contradictorias tan propias de esa edad.
La película tiene una animación y un diseño de personajes muy buenos. La animación no es realista pero transmite perfectamente la experiencia del crecimiento; en ocasiones el marco vibra, haciéndose eco de la agitación interna de los protagonistas creando una sensación de tensión que ninguna cámara real puede. A pesar que la película podría perder algunos minutos en su parte central, la edición de Kengo Shigemura es atrevida y dinámica.
A Silent Voice es una muy buena película, con un fantástico guion y dirección. Su gran sensibilidad y empatía crea un retrato del bullying y de los adolescentes realista e interesante. Naoko Yamada me ha parecido una directora de gran talento cuya carrera merece la pena seguir de ahora en adelante.
(c) 2017 Jordi Flotats
Ficha Técnica:
- Título original: Koe no katachi.
- Año: 2016.
- Duración: 130 min.
- País: Japón.
- Director: Naoko Yamada.
- Guion: Reiko Yoshida, Kiyoshi Shigematsu, basándose en el manga de Yoshitoki Oima.
- Producción: Hideaki Hatta, Toshio Iizuka, Youhei Itou, Shinichi Nakamura, Nagaharu Ohashi, Susumu Okinaka, Riri Senami, Ryuhei Takashima, Kensuke Tateishi, Mikio Uetsuki, Yoshifumi Yarimizu, Osamu Yoshiba.
- Música original: Kensuke Ushio.
- Fotografía: Kazuya Takao.
- Montaje: Kengo Shigemura.
- Reparto: Miyu Irino, Saori Hayami, Aoi Yûki, Kenshô Ono, Yûki Kaneko, Yui Ishikawa, Megumi Han, Toshiyuki Toyonaga, Mayu Matsuoka, Sachiko Kojima, Hana Takeda, Fuminori Komatsu, Ikuko Tani, Erena Kamata, Ayano Hamaguchi, Ryunosuke Watanuki, Ryô Nishitani, Takuya Masumoto, Satsuki Yukino, Akiko Hiramatsu.
- Sitio web: http://koenokatachi-movie.com