8º día. Pelis: Fireworks, Should We See it from the Side of From The Bottom? y A Special Lady
Hoy se ha presentado en el Auditori la serie de televisión española La Zona, producida por Movistar+. En la presentación han asistido sus directores, los hermanos Jorge y Alberto Sánchez-Cabezudo y los actores Eduard Fernández, Carlos Bardem, Juan Echanove, Alexandra Jiménez, Emma Suárez y Alba Galocha. La serie arranca con un brutal asesinato en la Zona de Exclusión, donde tiempo atrás tuvo lugar un accidente nuclear. La investigación pondrá en tela de juicio el nuevo orden que se estableció tras la catástrofe. El acto se engloba dentro de la sección Serial Sitges del Festival, dedicada a la presentación de series de género fantástico.
Hoy el Festival ha querido reconocer la figura del legendario actor Vincent Price (1911–1993), un nombre clave y una de las caras más reconocibles del cine de terror de siempre, con más de 200 películas en su haber, con títulos como La mosca, La caída de la Casa Usher, La máscara de la muerte roja o Eduardo Manostijeras. El Festival ha entregado el premio Màquina del Temps a su hija Victoria.
Empiezo el día de cine por la tarde en el Retiro para ver la cinta de animación japonesa Fireworks, Should We See It from the Side or The Bottom? (a partir de ahora Fireworks a secas), de Akiyuki Shimbô y Nobuyuki Takeuchi. La cinta adapta una película de 1993 con el mismo nombre que Shunji Iwai realizó para la televisión japonesa. Iwai es un director magnífico, con una gran sensibilidad para dibujar personajes adolescentes, tal como demostró en la magistral Hanna y Alice, por lo que el listón estaba alto. El guion que adapta Hitoshi Ône es básicamente respetuoso con la historia original, pero le da una dimensión fantástica extra que cambia un poco el tono de la película y le añade personalidad propia.
La acción transcurre en una pequeña ciudad costera japonesa durante un día de las vacaciones de verano. Un grupo de amigos discute sobre los fuegos artificiales a raíz del espectáculo pirotécnico que se celebrará esa noche en el pueblo; unos sostienen que dependiendo de donde se miren, los fuegos artificiales son "planos" y otros que son "redondos". Para dirimir la disputa deciden ir a verlos a un faro situado a las afueras desde donde podrán tener una perspectiva lateral. Pero Norichi y Yosuke, dos de los muchachos, tienen otras cosas en la cabeza; a ambos les gusta Nazuna Oikawa, una chica de su colegio. No saben que Nazuna está a punto de mudarse como consecuencia del nuevo matrimonio de su madre y no tiene ningunas ganas de hacerlo. Cuando los tres coinciden en la piscina por la mañana, Nazuna les propone una carrera; secretamente piensa invitar a quien gane a ver los fuegos artificiales y a fugarse a la ciudad. Gana Yosuke porque se Norichi se lastima un pie, pero cuando llega el momento se acobarda y planta a Nazuna para irse con sus amigos a ver los fuegos. Cuando Yosuke se entera, se agobia mucho, ¿qué habría pasado si hubiera ganado él? Una bola misteriosa que encontró junto al mar le permite trasladarse a ese momento, y a partir de entonces el día se irá recreando con las diferente posibilidades hasta que llegue el milagro con los fuegos artificiales.
A pesar de su giro hacia el fantástico, Fireworks se centra en contar una historia sobre la amistad y el paso a la edad adulta de un grupo de adolescentes. El tema de los viajes en el tiempo (o en el multiverso), es una simple excusa para explicarnos mejor los anhelos de los personajes y su busca de la elección que les dé el mejor de los futuros. La película va de menos a más en todos los aspectos; la primera media hora de metraje no parece acabar de encontrar el tono ni centrarse en el meollo de la historia, me pasó con un cierto tedio. Pero a medida que los dos personajes principales, Nazuna y Norichi, toman el protagonismo, cobran profundidad y se empiezan a explorar los diferentes finales que provocan las elecciones de éste último, la historia gana interés. El climax final de la película es emocionante y satisfactorio; me gustó la combinación de optimismo y realismo que transmite y que no caiga en la sensiblería fácil.
Visualmente la película es bonita, pero tiene momentos en que la animación es algo pobre, así como la integración de los personajes con los fondos. En particular hay una escena en la que los dos personajes van en bicicleta en las que sus caras y sus cuerpos parecen completamente planos y estáticos. Al parecer la animación de la película sufrió retrasos y no se finalizó del todo hasta muy poco antes de su estreno en Japón, lo que puede explicar en parte estas carencias. De todos modos, en los momentos importantes la película responde; la escena final con los fuegos artificiales me pareció preciosa. La banda sonora de Satoru Kôsaki me gustó mucho, potencia muy bien los momentos importantes del argumento. Y los actores (al menos en su versión japonesa) están muy acertados en su doblaje. Me gustó particularmente Suzu Hirose en su papel de Nazuna; su interpretación evita que parezca una niña caprichosa. Por todo esto, aunque no está extenta de problemas, en conjunto Fireworks me pareció una buena película, interesante y bien realizada pero sin llegar a ser brillante.
Continuo en el Retiro más tarde para ver A special lady, el debut cinematográfico del surcoreano Lee An-kyu. El director colaboró como asistente de dirección en la fantástica The Good The Bad and The Weird de Kim Jee-woon antes de debutar con su propio material. La película es un thriller de acción con una protagonista femenina que tendrá que luchar muy duro para proteger a su hijo en un mundo criminal dominado por los hombres.
Hyun-jung (Kim Hye-soo), una antigua prostituta, trepó hasta ser la lugarteniente de una organización criminal. En su pasado está haber llevado asesinatos importantes para el grupo, así como haber sido amante del líder (Choi Moo-sung) y haber tenido al hijo de ambos mientras estaba en la cárcel. Para mantenerlo a salvo, el niño ha sido educado fuera del país y se ha mantenido en secreto (incluso a él) que Hyun-jung es su madre. Ahora la organización persigue un arriesgado movimiento para convertirse en legal. Para ello necesitan la colaboración de muchos hombres poderosos, a los que intentan chantajear e intimidar para que colaboren. Entre ellos está un joven fiscal, Dae-sik (Lee Hee-joon); que inicialmente rechaza el chantaje sexual al que lo someten, pero luego finje someterse e inicia una guerra sucia contra el clan. Otro problema será Sang-hoon (Lee Sun-kyun), el jefe de los sicarios de la organización, elegido personalmente por Hyun-jung y enamorado sin remedio de ella. Sang-hoon se harta de su papel secundario y de no ser correspondido y decide colaborar con el fiscal para quedarse con la organización. Juntos destaparán el secreto de Hyun-jung y la seguridad de su hijo quedará comprometida.
A Special Lady es una película con un aspecto cuidado y estilizado. En las imágenes y los decorados se nota la influencia de Kim Jee-woon en el uso de colores oscuros y primarios. El vestuario, la iluminación y los sets también están cuidados y tienen muy buen aspecto. Las escenas de acción, especialmente las finales, son bastante espectaculares y están fotografiadas con el mismo preciosismo que el resto de la película. Todo esto, junto a una narración sin demasiados tiempos muertos, da como resultado una película entretenida y fácil de ver.
Pero por desgracia el guion no está a la altura de todo el resto de la producción. El hecho que la trama sea como poco improbable no es un problema insalvable en los thrillers de acción. Pero en este caso, aparte de improbable, resulta acartonada y excesivamente melodramática. A pesar que los actores, especialmente la protagonista Kim Hye-soo, tienen carisma y realizan buenas interpretaciones, sus personajes son superficiales, meros estereotipos sin sustancia. Aunque creo que Lee An-kyu ha demostrado ser un director bastante competente, no me ha gustada nada como guionista. Quizá en su próximo proyecto debería considerar adaptar una historia ajena.
(c) 2017 Jordi Flotats