Amor, intriga y sexo en la Corea ocupada por los japoneses
Park Chan-wook es uno de los mejores directores surcoreanos y una pieza clave en el desarrollo que ha experimentado el cine de su país en los últimos veinte años. Poseedor de un sentido de la estética brillante, una forma de narrar tan personal como perfeccionista y un gusto por historias extremas, morbosas y a veces muy violentas, sus películas son fáciles de reconocer. Oldboy (2003), su trabajo más popular hasta el momento, junta todos esos elementos de una forma virtuosa, creando una fábula oscura sobre la venganza cuyas imágenes permanecen largo tiempo en la memoria. Como Kim Jee-woon y Bong Joon Ho, otros dos grandes directores surcoreanos, fue atraído por la industria de Hollywood. Allí produjo Stocker (2013), una historia no demasiado interesante elevada por una dirección y fotografía virtuosas que le añaden grandes dosis de morbosidad y tensión. Ahora ha regresado a su país para producir uno de sus mejores trabajos hasta el momento, The Handmaiden, donde retoma, a un nivel superior, algunas de las inquietudes de sus personajes femeninos de su anterior trabajo.
La película adapta libremente la novela de Sara Waters Fingersmith, publicada en 2002, trasladando la ambientación de la Inglaterra victoriana a la Corea ocupada por los japoneses en 1930- Allí, un estafador coreano (interpretado por Jung-woo Ha) que se hace pasar por el conde japonés Fujiwara planea una estafa que lo haga rico. Quiere casarse con Lady Hideko (Min-hee Kim), una riquísima heredera japonesa que vive aislada bajo la tutela de su excéntrico y disoluto tío Kouzuki (Jin-woong Jo), un surocoreano que pertenece a la élite dirigente, y una vez esté en control de su fortuna su intención es lograr encerrarla en un psiquiátrico. Kouzuki vive en una gran casa con diversas alas, algunas de estilo japonés y otras de estilo occidental. Allí mantiene reclusa a su sobrina y la suele obligar a realizar lecturas ante sus invitados de fragmentos de libros de su amplísima colección de literatura pornográfica, por la que sufre una auténtica obsesión. Para facilitar sus planes, Fujiwara recluta a la joven ladronzuela Sook-hee (Tae-ri Kim) y la infiltra en la casa como doncella de Lady Hideko. El papel de Sook-hee es el de facilitar que su ama se enamore del conde cuando éste realice una visita a la casa y así lograr que consienta en huir con él a Japón para casarse. Sook-hee accede a realizar su papel, pero poco a poco va creciendo su atracción por Lady Hideko, lo que dificulta cada vez más que la engañe.
La película está dividida en tres partes completamente diferenciadas, en las que se cuenta la historia desde el punto de vista de cada uno de los tres protagonistas, de forma que el espectador se va formando una idea cada vez más completa de lo que realmente está sucediendo. En la primera, vemos el punto de vista de Sook-hee, una joven acostumbrada a una vida dura en la calle, de la que quiere salir a toda costa, pero que en el fondo es aún un poco inocente en algunos aspectos. Poco a poco acaba enamorándose de su ama y siendo una cómplice cada vez más reluctante a los planes del falso conde. Tras un tercio de película, los hechos se recuentan y amplian desde el punto de vista de Hideko, viéndose que no es tan inocente e indefensa como parece en la primera parte. Reclusa y víctima de su tío, su principal ansia es escapar de su control. En la última parte las piezas encajan del todo cuando vemos la parte del estafador y la conclusión de la historia.
Esta estructuración de la película provoca que exista una cierta reiteración por tener que contar varias veces algunos hechos, pero en mi opinión esto se ve compensado sobradamente con las sucesivas capas que se van acumulando, enriqueciendo la historia y aportando intriga con cada cambio de perspectiva. Ayudan también los muchos elementos de la historia, donde hay una historia romántica, un thriller lleno de falsas identidades y engaños entrecruzados, algunas dosis de terror psicológico y una reflexión sobre la ocupación japonesa de Corea. Sobre ese aspecto Park Chan-wook declaró que la relación de Kouzuki, un coreano completamente rendido a la cultura nipona, con su sobrina japonesa, a la que humilla y mantiene completamente bajo su control, viene a representar la mentalidad de las élites coreanas de la época.
The Handmaiden tiene también considerables dosis de erotismo en algunas escenas entre las dos protagonistas, rodadas bellamente, pero también de forma bastante explícita. Pero en mi opinión no sobran, especialmente la primera de ellas porque apoyan a la narrativa y muestran el contraste entre el mundo feminino y el masculino en la trama. Los hombres, tanto el tío como el estafador, sólo ven a las dos mujeres como medios para un fin. El primero es cruel, sádico y patético, su única sexualidad proviene de los libros pornográficos que atesora. El segundo es controlador, manipulador y frío. Las escenas entre las dos protagonistas permiten expresar una especie de liberación para ambas, una intimidad auténtica entre ellas.
Formalmente la película me ha parecido soberbia. Park Chan-wook, apoyado en la fotografía de Chung Chung-hoon, ha rodado con su preciosismo habitual una cinta que es un regalo para los ojos. La cámara retrata con maestría la mansión, medio japonesa, medio occidental, donde sucede la mayor parte de la trama, mostrando los contrastes de iluminación y decoración entre las diversas zonas. El ritmo de la narración es pausado pero nunca llega a detenerse, y como en casi todo el cine de Park Chan-wook, la música va justo al ritmo de la imagen.
Las dos actrices protagonistas también están fantásticas. La debutante Tae-ri Kim dota de una gran vitalidad y espotaneidad a su personaje, mostrando una gran capacidad para mostrar tanto sus facetas más duras como las más inocentes. Min-hee Kim está espléndida; su personaje es elegante, contenido y sensual, pero la actriz sabe darle los matices para mostrar sus diversos rostros: la víctima, la amante y la mujer dura que quiere recuperar su libertad. Jung-woo Ha interpreta con competencia al amoral y elegante estafador, pero su personaje es quizá el más simple de los cuatro protagonistas. En cambio Jin-woong Jo no me gustó en su papel de malvado; el actor sobreactúa y le falta carisma. Su composición del personaje resulta un pelín demasiado exagerada, casi bufonesca.
Sólo eso, algunos momentos a media narración en los que se hace notar un poco la reiteración de las escenas y la escena final (para mi gusto innecesaria), impidieron que la pelicula fuera para mi gusto completamente redonda. Pero eso es hilar algo fino, en conjunto la película me pareció soberbia. Park Chan-wook ha continuado su evolución como director firmando, si no su mejor película (eso sería opinable), al menos la más rica y compleja, manteniendo así una trayectoria sin pinzachos ni baches creativos.
(c) 2016 Jordi Flotats
Ficha Técnica:
- Título original:Ah-ga-ssi.
- Año: 2016.
- Duración: 144 min.
- País: Corea del Sur.
- Director: Park Chan-wook.
- Guion: Park Chan-wook, Jeong Seo-kyeong inspirándose en la novela Fingersmith de Sarah Waters.
- Productor: Tae-sung Jeong, Wonjo Jeong, Jong-Dae Kim, Miky Lee, Syd Lim, Chan-wook Park, Suk-chan Yoon.
- Música original: Yeong-wook Jo.
- Fotografía: Chung-hoon Chung.
- Montaje: Jae-Bum Kim, Sang-beom Kim.
- Reparto: Min-hee Kim, Tae-ri Kim, Jung-woo Ha, Jin-woong Jo, Hae-suk Kim, So-ri Moon, Si-yeon Ha, Ha-na Han, Ha-dam Jeong, Eun-hyung Jo, Eun-yeong Kim, In-woo Kim, Dong-hwi Lee, Kyu-jung Lee, Yong-nyeo Lee, Kim Si-eun, Rina Takagi, Min-chae Yoo.
- Sitio web: http://www.handmaidenmovie.com/showtimes
- Tráiler: