EL EXTRAÑO (THE WAILING)

Una magnífica película que mezcla el thriller con el terror

Na Hong-jin es un joven director surcoreano que con sólo dos películas demostró un dominio de la dirección y el suspense envidiables. Su debut, The Chaser, es un thriller lleno de adrenalina donde la información se va suministrando gradualmente al espectador para construir tensión hasta su final explosivo. The Yellow Sea, su segunda película, es mucho más ambiciosa. Aunque tiene formato de thriller, su trama se mueve entre los refugiados e inmigrantes de Corea del Norte, ampliando los temas y realizando un fascinante estudio sobre la violencia. Con The Wailing, su tercer trabajo, ha cambiado de nuevo de registro. Por primera vez se ha atrevido a entrar en lo sobrenatural sin caer en los clichés, creando una película extraña, desasosegante, en la que su magistral uso del suspense se pone al servicio de una trama que bebe de influencias tan dispares como El Exorcista o el cine de Roman Polanski.

En el pequeño pueblo rural de Goksung, un hombre ha apuñalado hasta matar a su mujer e hijos sin tener ningún motivo aparente. Cuando el sargento Jeon Jong-gu (Kwak Do-won), un policía más bien cobarde y sin ninguna experiencia en delitos graves, y su equipo llegan a la escena del crimen encuentran al culpable con la mirada perdida, casi catatónico y con el cuerpo cubierto de una extraña erupción cutánea. Pronto empiezan a haber más casos parecidos, dejando a la policía sin saber qué hacer, ya que los asesinos son capturados para pronto ser hospitalizados, pero nadie tiene una pista de por qué han matado ni de qué les pasa.

Pronto la gente empieza a murmurar sobre un hombre japonés (Jun Kunimura) que se ha instalado en una cabaña en la montaña cerca del pueblo. Un lugareño afirma habérselo encontrado devorando el cadáver de un ciervo en el bosque. Jeon primero duda, pero los crímenes aumentan, tiene un extraño encuentro con una chica que luego piensa que puede ser un espíritu y ya cuando su querida hija Hyo-jin (Kim Hwan-hee) empieza a mostrar síntomas parecidos a los de los asesinos se desespera. Decide llamar a un chamán (Hwang Jung-min) para que la exorcise. El chamán culpa al japonés y empieza una ceremonia para liberar a la niña y terminar con él. Pero los hechos son confusos, Jeon no tiene claro quién quiere bien o mal a su hija.

The Wailing es una película compleja; por un lado tiene su parte thriller, con una investigación llena de suspense, aunque la lleven a cabo unos policías sin experiencia ni aptitud. Por otro tiene una trama sobrenatural que va emergiendo poco a poco hasta dominar y culminar en un final donde el protagonista, que ya ha perdido del todo su aura cómica, duda sobre quién le está contando la verdad. En este caso el terror bebe de la tradición chamánica para evocar una violencia primitiva, que surge tanto de la naturaleza como del propio hogar y donde el mal puede tomar forma humana. Ambas partes están rodadas de forma soberbia; Na Hong-jin ya ha demostrado que domina el lenguaje del thriller, en The Wailing demuestra que el terror también se le da muy bien. Evitando cuidadosamente el uso de recursos típicos del género, como los primeros planos o los efectos de sonido, la película tiene muchas escenas terriblemente inquietantes.

El casting de la cinta es un gran acierto. Kwak Do-won realiza una interpretación soberbia; resulta creíble en todo momento como tipo normal, buena gente, poco complicado. Su personaje empieza casi como alivio cómico pero poco a poco, a medida que la situación lo atrapa, abandona la veta cómica y se va desesperando. Jun Kunimura aporta el aire de misterio y autoridad que requiere su personaje. Hwang Jung-min interpreta a su chamán con energía y le sabe dar la ambigüedad que requiere el guion. Me gustó también Woo-hee Chun; su papel es pequeño pero las dos escenas que protagoniza son muy importantes.

El único problema que encontré en la película es la solidez argumental. Los múltiples giros en la trama del final son sorprendentes, ambiguos y no le dan mascado al espectador lo que está pasando. Eso en sí es positivo, pero el problema es que se hace a costa de la lógica; algunos hechos son contradictorios entre sí y no todo tiene sentido. Pero la espléndida realización y los temas de fondo de la película compensan ese problema con creces, The Wailing es espléndida en su conjunto, un trabajo fascinante que confirma a Na Hong-jin como uno de los mejores directores de Corea del Sur. No hay que perdérsela.

(c) 2016 Jordi Flotats