HELL OR HIGH WATER (COMANCHERÍA)

Una excelente mezcla thriller y western contemporáneo

El director británico David Mackenzie, autor de la magnífica Starred Up y el actor y guionista Taylor Sheridan, guionista de Sicario, se han aliado para crear una de las películas más redondas de lo que llevamos de 2016, Hell or High Water (titulada Comanchería en España). La cinta, un western moderno ambientado en una Texas rural sumida en la depresión económica, constituye un ejercicio de cine alejado del estilo pirotécnico basado en la acción que predomina en los thrillers actualmente.

Tras la muerte de su madre, dos hermanos, Toby y Tanner Howard (Chris Pine y Ben Foster) organizan una serie de atracos prácticamente consecutivos eligiendo siempre sucursales pequeñas del mismo banco. Parecen tener un objetivo muy concreto y un plan muy bien trazado por Toby, el hermano, divorciado y con hijos, que siempre se ha mantenido dentro de la ley y que estuvo junto a su madre hasta que murió. Tanner, ex-convicto y de vida mucho más descontrolada, le ayuda a llevarlo a la práctica. Un veterano ranger a semanas de su jubilación, Marcus Hamilton (Jeff Bridges), y su compañero Alberto Parker (Gil Birmingham), se encargarán de su persecución e intentarán frustrar sus planes.

La película se ambienta en una parte de Texas asolada por la crisis económica, en moribundas ciudades fantasma con la industria del petróleo medio parada y los ganaderos ganando cada vez menos. La gente es pobre, reaccionaria, amante de las armas y los más jóvenes emigran. En este entorno se desarrolla una trama que bebe del thriller, del drama y que tiene el aire de un western. A diferencia de muchos thrillers producidos actualmente, toda la película está construida en base a los diálogos; ácidos, intensos, ingeniosos y en ocasiones salpicados de sentido del humor, que llega a la cúspide en una escena de Jeff Bridges y Gil Birmingham con una anciana camarera. Este hecho permite a los actores construir sus personajes y lucirse con sus interpretaciones, cosa que hacen.

Chris Pine está espléndido en su papel de hombre desesperado por la pobreza y la miseria que ha afectado a su familia durante generaciones; claramente consciente de sus errores y sus carencias como persona, está decidido a hacer lo posible para ahorrar a sus hijos sus experiencias. Demacrado y desaliñado, con la mirada perdida, Pine está convincente y carismático, demostrándose capaz de papeles de más calado de los que normalmente interpreta. Ben Foster también brilla en su papel de hombre con la violencia siempre a flor de piel, con una veta de locura; pero también carismático y lo suficientemente lúcido para darse cuenta que no tiene ningún futuro.

Como era de esperar, Jeff Bridges está magnífico, dando vida a un tipo solitario con miedo a la jubilación. Su personaje demuestra ingenio y un sentido del humor irónico que casi siempre acaba enfocado en su compañero, al que Gil Birmingham da vida con maestría. Los dos actores consiguen una química increíble, sus escenas resultan divertidas, naturales y aportan la mayor parte del humor de la película.

Hell or High Water es una gran película que aúna a la perfección dirección, guion e interpretaciones. Cuenta una historia sencilla pero potente; pero lo mejor es el tono y la realización. La atmósfera me recordó a la literatura de Cormac McCarthy con humor añadido, logrando una película tensa, oscura y divertida que en cierta forma retrata el final de una época en Texas y quizá en Estados Unidos.

(c) 2016 Jordi Flotats